Cassez y los perros
Escrito por Monitoreo Informativo
Guillermo Osorno
El Universal
Ayer en la comida una amiga comparaba
con cierta gracia el caso de los perros de Iztapalapa con el de Florence
Cassez. Las autoridades encuentran cinco personas muertas en Iztapalapa
que mostraban mordeduras de perro y entonces inician una captura de
canes callejeros en distintas partes de la ciudad. Los presenta como
autores del crimen. La sociedad se indigna. La policía hace las pruebas
pertinentes. No encuentra evidencia que pueda inculparlos y los exonera.
En el caso de Cassez, el sistema de
justicia penal mexicano ha sido un poco más lento y su procedimiento más
tortuoso para reconocer que en el asunto Cassez hay el mismo problema
de fondo: la fabricación de culpables.
La última vez que la opinión púbica se
ocupó del asunto fue en marzo de 2012, cuando el ministro de la Suprema
Corte Arturo Zaldívar argumentó, entre otras cosas, que el proceso penal
en contra de Cassez tenía fallas de origen por la manera en que los
agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) habían manipulado
la realidad para presentar a Cassez como secuestradora, antes de
llevarla al Ministerio Público. Zaldívar proponía su liberación
inmediata.
Los
ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte deliberaron. Zaldívar y
Olga Sánchez Cordero estaban de un lado; los conservadores Jorge Pardo y
Guillermo Ortiz, estaban del otro. El ministro José Ramón Cossío, cuyo
voto definiría la cuestión, salió con un argumento enredado: sí
encontraba que se habían violado los derechos constitucionales de la
detenida, pero rechazó la liberación inmediata. El expediente se turnó a
la ministra Olga Sánchez Cordero para que ella elaborara un nuevo
proyecto de sentencia.
Y es en eso en lo que estamos ahora.
Como en el asunto de los perros, la ministra encuentra que las pruebas
cruciales que inculpan a Cassez, es decir, los testimonios de los
secuestrados Cristina Ríos Valladares y su hijo no son válidos porque
ellos no identificaron a Cassez en sus declaraciones iniciales ante el
Ministerio Público, sino que lo hicieron en los medios, luego del
montaje y el show de televisión. Tampoco el testimonio de la otra
víctima de ese secuestro procede, pues se ha demostrado que las
declaraciones de Ezequiel Elizalde eran contradictorias.
A diferencia de los perros que han sido
liberados, si gana el proyecto de Cordero, el asunto se pasará a un
tribunal para que dicte una nueva sentencia. Como las pruebas
presentadas originalmente no son válidas, lo más seguro es que
finalmente las autoridades liberen a Cassez después de siete años de
prisión.
Las sociedades protectoras de animales
han puesto el grito en el cielo por la actuación de la policía en la
detención de los perros. A mi me parece, como lo he expresado en otras
ocasiones, que los ciudadanos debemos mover el foco de nuestra atención
hacia la policía de Genaro García Luna, quien no fue cesado después de
que se demostró este montaje, sino que se le nombró Secretario de
Seguridad Pública y, en el sexenio que acaba de terminar, nos regaló
episodios mediáticos igualmente fantásticos y nunca aclarados, como los
tiroteos entre policías en el aeropuerto y en la carretera de Toluca,
sólo por mencionar los dos últimos.
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