El tabaco burla las leyes de control en América Latina
Trasnacionales tabacaleras derrochan creatividad… para burlar las leyes que acotan el consumo de cigarros en países de América Latina. Las políticas comerciales y publicitarias de las empresas buscan banalizar las campañas que advierten de los efectos del tabaco en los seres vivos, así como expandir su mercado entre la población vulnerable
Marcela Valente/IPS //Fuente Contralínea
Buenos Aires, Argentina. A pesar de
los avances en América Latina en materia de legislación contra el hábito
de fumar, la industria tabacalera elude restricciones a la publicidad
mediante variadas estrategias, alertan organizaciones sociales y
especialistas en la materia.
Con la publicidad prohibida en todos
los países, las campañas se dirigen ahora a los puntos de venta, donde
se busca aumentar la visibilidad de los productos, además de financiar
programas de responsabilidad social que ayudan a mantener la vigencia de
las marcas asociadas a causas altruistas.
Así se desprende del informe La salud no se negocia. La sociedad civil frente a las estrategias de la industria tabacalera en América Latina (www.ficargentina.org/images/stories/biblioteca/la_salud_no_se_negocia%20_-_casos_de_estudio.pdf),
elaborado por los capítulos argentino y mexicano de la Fundación
InterAmericana del Corazón (FIC) y la Alianza Contra el Tabaquismo en
Brasil, entre otras entidades.
Mariela Alderete, vicedirectora de la
FIC Argentina, explica a Inter Press Service (IPS) que en este país la
industria aprovecha la rendija que deja la falta de reglamentación de la Ley Nacional de Control del Tabaco aprobada en 2011.
“El reglamento ayudaría mucho a cubrir vacíos legales, por ejemplo en publicidad o en áreas libres de humo”, detalla.
Argentina es el único país de América
del Sur que no ratificó el Convenio Marco de la Organización Mundial de
la Salud para el Control del Tabaco, firmado por el gobierno en 2003,
debido a la oposición de provincias tabacaleras que argumentan que esas
normas atentan contra las economías locales, pese a que el 80 por ciento
del cultivo se exporta.
El reporte de la FIC y la Alianza
sostiene que en los últimos años hubo “grandes avances” en la región
para controlar el hábito de fumar. “No obstante, la industria despliega
estrategias innovadoras para alcanzar nuevos públicos y violar o eludir
políticas de salud”, que procuran prevenir enfermedades y muertes
causadas por el tabaquismo.
Las
estrategias se repiten casi idénticas en algunos casos, con iguales
argumentos, rebatidos una y otra vez por las entidades sanitarias que
promueven el control. El objetivo es evitar la sanción de leyes o
debilitarlas una vez que salen, denuncia el estudio publicado a finales
de 2012, pero casi ignorado por los medios de comunicación.
Según el informe, las empresas
presionan contra las normas amparándose en “grupos de fachada”, que
pueden ser pequeños productores de tabaco, propietarios de bares,
restaurantes, salas de juego o quioscos, con el objetivo de resaltar los
supuestos impactos negativos que tendrían las limitaciones para fumar.
También condicionan a dirigentes
políticos y legisladores mediante financiamientos de campañas
electorales o de otras iniciativas, y manipulan datos para poner en
cuestión medidas que son eficaces para combatir esta adicción, como el
incremento de los impuestos sobre el producto.
La ley argentina prohibió la
publicidad con la excepción de los puntos de venta. El Ministerio de
Salud resolvió el año pasado, además, que los paquetes de cigarrillos
contuvieran un pictograma con advertencias sanitarias del tipo “fumar
causa cáncer” o “la mujer embarazada que fuma causa daños irreparables a
su hijo”, por mencionar algunos.
Pero según Alderete, para banalizar la
advertencia se fabrican cigarreras con un recorte que sólo permite que
se vea la marca y, del lado en que debería verse el pictograma, llevan
un cartel que dice “no me jodas”.
La reglamentación está frenada, entre
otras causas, por la oposición de Lotería Nacional, el organismo estatal
encargado de administrar las salas de juego, que reclama la
habilitación de lugares para fumadores y que se valide la instalación de
purificadores y sistemas de ventilación.
“Esa propuesta es la que hace la
industria tabacalera en su programa Convivencia en Armonía, pero se sabe
que esos sistemas son inefectivos y afectan el derecho a la salud de
los trabajadores y de los no fumadores. Es decir que la industria se
vale de Lotería Nacional como fachada”, denuncia Alderete.
En México, las empresas buscaron
desacreditar los intentos de subir impuestos que tengan impacto en el
precio final, al argumentar que con esa medida lo único que se lograba
era aumentar el contrabando. Los ejecutivos del sector utilizaron
incluso datos contradictorios con la información oficial.
Mientras que las firmas difundían en
medios de comunicación y en campañas callejeras que el comercio ilegal
se había quintuplicado, cifras oficiales citadas en el informe indican
que el contrabando se redujo “significativamente” en los últimos años.
Sin embargo, también en los últimos
años crecieron sin control los expendios de cigarrillos en los que se
venden sueltos y a niños y niñas, pese a que la ley lo prohíbe
expresamente, dice a IPS el experto Erick Ochoa, de la FIC México.
“De nada sirve ratificar el convenio
marco y contar con una legislación sólida si después no se cumple con
ambos instrumentos en los hechos”, remarca Ochoa. “Las buenas
intenciones no bastan, se requiere voluntad de una dirigencia política
dispuesta a diseñar una normatividad sólida y que se cumpla”.
En tanto, en Brasil, pionero en vedar
la publicidad (desde 2000), también hay interferencias. Como la
prohibición no alcanza al interior de los puntos de venta, los
cigarrillos, que antes se adquirían sólo en quioscos, ahora se
comercializan también en panaderías, supermercados, puestos de diarios o
discotecas.
Según el informe La salud no se negocia,
la filial de la empresa trasnacional British American Tobacco presentó
en 2012 una demanda judicial contra la Alianza de Control del
Tabaquismo, para que la entidad retirara de la televisión un spot que llamaba a imitar el consumo de cigarrillos. La justicia rechazó la demanda.
El litigio también fue el camino
elegido por la industria en Uruguay, donde por ley se prohíbe fumar en
todos los lugares públicos bajo techo y que desde 2009 aprobó por
decreto la exigencia de pictogramas de advertencia de enfermedades en 80
por ciento del espacio de cada cara del paquete de cigarrillos.
La firma trasnacional tabacalera
estadunidense Philip Morris demandó a Uruguay ante tribunales
internacionales por la presunta afectación de inversiones, pero el
gobierno del izquierdista Frente Amplio mantuvo la misma postura que
impulsó la norma en 2008 (www.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=18256&Anchor=).
En Colombia, donde la prohibición de
publicidad es completa, se presentaron dos demandas de
inconstitucionalidad que fueron rechazadas. Luego se avanzó sobre los
comercios al ofrecer el patrocinio de actividades de la Federación
Nacional de Comerciantes, con encuentros en todo el país.
Las empresas tabacaleras financian los
encuentros de quiosqueros y organizan concursos, descuentos, premios e
incentivos para el sector.
“Hasta ofrecen becas para la universidad a los hijos de los comerciantes”, dice Alderete.
Pero mayor inquietud provoca a las
organizaciones no gubernamentales la promoción de programas contra el
trabajo infantil, actividades artísticas y culturales, o proyectos de
reinserción de desmovilizados (exmiembros de organizaciones armadas
ilegales de izquierda y de derecha) y sus familias, que suelen tener
como socios a organismos del Estado que comparten esos fines.
Así, es posible encontrar en diarios
trabajos periodísticos con títulos tales como “Programas sociales de la
firma Coltabaco han beneficiado a 13 mil 500 desmovilizados desde 2008”.
“Es una burla a la prohibición completa y no es percibido como estrategia publicitaria”, denuncia el informe.
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