Usarán a Ejército en cruzada antihambre: Rosario Robles
Casa por casa ingresarán los elementos castrenses, pero con sus cocinas, sus brigadas médicas e ingenieros
Jaime Contreras S.
12/03/2013 05:47
Casa por casa, “ahí vamos a entrar con el Ejército. Pero con la cara social del Ejército. Con el Ejército y sus cocinas comunitarias, brigadas médicas e ingenieros. (Para eso) tiene una gran capacidad como institución. Vamos a estar en un proceso de contención y al mismo tiempo de construcción de una dinámica diferente cercana a la paz y a la no violencia”, asegura.
La secretaria de Desarrollo Social interrumpe la idea para reflexionar que la Cruzada Nacional Contra el Hambre —anunciada por el presidente Enrique Peña Nieto desde el 1 de diciembre— no es ni será una mera política sexenal basada, como antaño, en el asistencialismo, la dádiva o el maratón de despensas. Es la plataforma para que “en el largo plazo” se erradique de raíz el atraso y la marginación en la que se encuentran, en una primera fase, 7.4 millones de mexicanos, con la participación central... de ellos mismos.
La funcionaria sintetiza: “estamos hablando de un enfoque que va más allá del asistencialismo, que no se reduce a dar, sino que tiene como objetivo organizar productivamente a la comunidad, y poder sembrar las bases para que la comunidad, la gente, la que pueda salir por su propio pie de las condiciones de la pobreza”.
Acechados por el crimen
Sobre los municipios que acecha la violencia, destaca que en efecto la Sedesol trabajará al lado de los militares y marinos. “Vamos a hacerlo con mucha responsabilidad”, dice y apunta de inmediato: “es como en el caso de las elecciones: ni modo que digamos, pues que se mueran de hambre porque ahí hay una situación de violencia o de crimen organizado. No. Nosotros tenemos que apostarle a llegar hasta el último rincón de la patria”.
La combinación hambre con violencia no está sólo en las zonas rurales, subraya en entrevista con Excélsior. La miseria se ha disparado en las áreas urbanas en más de dos millones de mexicanos de 2008 a la fecha.
“La pobreza extrema en las zonas urbanas es la que nos genera violencia, encono y resentimiento”, sostiene la ex jefa de Gobierno del Distrito Federal.
“No es fácil, recalca. Es un reto muy ambicioso, un compromiso que ha establecido el presidente Peña Nieto, pero él tiene mucha fe en que el programa, que la cruzada a lo largo de seis años, podamos ir dando resultados para que al final del gobierno dejemos un legado de paz y de bienestar, en todas esas familias”.
La secretaria pone de ejemplo dos municipios emblemáticos, Acapulco y Ciudad Juárez “reconocidos por una situación complicada”. La Cruzada no va a ir a todas las demarcaciones. No. “Vamos a las zonas que se encuentran en extrema pobreza, donde hay carencia alimentaria. En Acapulco estamos hablando de 5 o 7%, del municipio. Claro, estamos hablando de 87 mil personas. Entonces, está tan focalizado que la primera etapa va a ser un barrido casa por casa”, anticipa.
La gente contra la corrupción
Rosario Robles conoció a Enrique Peña Nieto cuando él gobernaba el Estado de México, “y no soy de su partido”, y ha luchado desde hace muchos años en sus trincheras sindicales o en el gobierno capitalino, en favor de las causas sociales, de los pobres, de las mujeres, de los indígenas, de los ciudadanos.
Evoca que, luego del trajinar en la campaña presidencial, en donde ella encabezó la Red de Mujeres Comprometidas con la Paz, el entonces Presidente Electo la designó vicecoordinadora de Políticas Sociales en el equipo de transición, para luego ser invitada como secretaria de Desarrollo Social del gabinete.
“Me dio una gran emoción, una gran alegría, y sobre todo —apunta en voz alta— para mí es una gran oportunidad, una segunda oportunidad de trabajar por lo que yo he luchado toda mi vida, por lo que yo creo, por las causas sociales, las causas que tienen que ver con combatir la pobreza, la desigualdad, causas por las cuales yo he luchado desde que era muy joven”.
Más delgada que en otros tiempos, cuidado el atuendo, cabello y maquillaje, Rosario Robles dice que en la Cruzada Nacional Contra el Hambre no hay ni puede haber cabida a la corrupción (se utilizarán más de 20 mil millones de pesos directamente de diversas dependencias federales para la estrategia, sin contar el respaldo monetario de los gobiernos locales) y para ello, la gente, “la contraloría social”, como ella lo denomina, será el principal vigilante y denunciante de cualquier anomalía.
La organización de la gente “es la gran apuesta de la cruzada. Nosotros haremos asambleas en todas las comunidades, vamos a presentarle a la gente la Cruzada, las acciones que se van a realizar en su comunidad, ellos van a participar en un proceso de planeación estratégica, de qué es lo que quieren para su comunidad. Vamos a definir con ellos las prioridades y ellos van a tener la voz de mando. Va a ser la gente organizada, allá abajo, la que nos vigile y nos controle”, ratifica.
Advierte que serán los implicados quienes dirán si hay corrupción, “si un funcionario no está cumpliendo con su trabajo o con su tarea. Nosotros vamos a tener a gente en cada municipio, encargado de la cruzada para que la gente tenga esa comunicación. Vamos a tener comités participando constantemente para que la gente organizada nos diga. Aquí la gran apuesta es la gente, la contraloría social. No hay mejor control, que el de la gente”, subraya.
No será botín político
La política de izquierda, como se denomina, asegura que frente a las críticas de que la Cruzada Nacional Contra el Hambre pudiera ser clientelar con fines electorales, no hay tal. También la gente es el principal escudo de que eso no ocurra.
En este año, recuerda Rosario Robles, va a haber elecciones en 14 estados y están en juego mil 435 municipios, pero la Cruzada Nacional Contra el Hambre sólo va a 213 y de éstos,113 se eligen por usos y costumbres. Es decir, “no están sujetos a las dinámicas electorales, a la competencia entre partidos”.
O sea, añade la secretaria, 100 municipios formarán parte de la dinámica electoral y aparte, en muchos de estos municipios la cruzada no va a la totalidad, “sino solamente a las zonas de la región que tienen alta o muy alta marginación, que tienen condiciones de hambre y de pobreza extrema. Entonces el argumento (político) cae por su propio peso desde el momento mismo en que estamos realmente diciendo que participamos en un porcentaje muy pequeño de lo que será el proceso electoral este año”.
Además, comenta, “aunque fuera ciento por ciento, no se les puede decir a las personas que viven en pobreza extrema, en carencia alimentaria, la gente que tiene hambre, pues que se esperen porque habrá elecciones, que nos vemos después de julio de 2013. Sería una irresponsabilidad absoluta”.
Recalca en su planteamiento que “sinceramente México ya creció. La gente, aunque esté en condiciones de pobreza, es digna. La gente ya no se deja manipular por una migaja, ni por una prebenda. La gente sabe que son sus derechos, que el Estado está obligado a otorgarle esos derechos y la gente vota, al final de cuentas, como su conciencia le dicta”.
Tan es así, complementa, que el partido que estaba en el gobierno se fue al tercer lugar en las elecciones presidenciales, y entonces “realmente hay que apostarle a la gente, a confiar que la gente ha crecido, que sabe el valor de su voto, y que no lo vende por nada. La gente agarra lo que le dan, sí, pero al final de cuentas a la hora de votar ante las urnas lo hace con una gran libertad”.
Sensibilizar a la sociedad
En abril aterriza la estrategia nacional. Rosario Robles ya está preparada para dar el paso. Son 400 municipios. Será intensa y compleja la labor de coordinación de la Federación a través de la Sedesol y otras dependencias con los gobiernos estatales.
Hay que dar resultados e informar en todas las instancias, apunta y dice que en la primera etapa, lo clave será sensibilizar a toda la sociedad que en México… hay hambre, mucha hambre.
Agita las manos para respaldar su dicho: “no estamos acostumbrados a que, cuando nos dicen la palabra hambre, nuestras imágenes tienen que ver con otros países, no el nuestro. Entonces, la primera etapa, la etapa de corto plazo, es sensibilizar a la sociedad. Yo creo que el presidente Peña Nieto ha puesto en el centro de la agenda nacional un tema que estaba oculto, un tema al que nadie hacía referencia, que no se encaraba y que él ya tiene el mérito de decir, a ver, aquí en México hay hambre y tenemos que enfrentarlo”.
Pero hay que encararlo, remata, con una estrategia integral que tiene que ver con la alimentación, la nutrición, pero también que tiene que ver con la salud, la educación, la vivienda, con la transformación del entorno de esas familias y de esas comunidades. Estamos hablando de una población objetivo de 7.4 millones de mexicanos. Entonces, no es un trabajo de corto plazo. Tenemos que ir a transformar y este proceso durará muchos años”.
Las mujeres no quieren migajas
Las mujeres mexicanas tienen dignidad, por lo que no quieren migajas de las políticas sociales, sino mayores oportunidades para demostrar que saben trabajar, afirmó la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles.
La secretaria de Estado asistió con la representación del presidente Enrique Peña Nieto, a entregar, junto con el gobernador Graco Ramírez, apoyos económicos a tres mil mujeres jefas de familia, con los cuales pondrán en marcha 976 proyectos productivos.
Durante el acto realizado en el Centro de Convenciones de Morelos, dijo que deben quedar atrás las políticas asistencialistas.
“No se trata de repartir despensas. Las mujeres no quieren migajas, sino un empujoncito, porque quieren y saben trabajar; muestra de ello es que uno de cuatro hogares morelenses son sostenidos por ellas”, agregó.
Cruzada contra la pobreza
El gobienro federal pretende atender a 7.4 millones de habitantes en 400 municipios.
Será una estrategia integral e incluyente, cuyo éxito dependerá de la suma de voluntades de toda la sociedad
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