jueves, 23 de mayo de 2013

La reforma migratoria pasa su primera prueba

La reforma migratoria pasa su primera prueba

Барак Обама
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El proyecto de reforma migratoria pasó su primera prueba en el Comité Judicial del Senado. Pero aun hacen falta otros debates que no serán nada fácil.

El Comité Judicial del Senado aprobó el martes por trece votos a favor y cinco en contra el plan de reforma migratoria del Grupo de los Ocho.
El proyecto de ley fue entregado al Comité la segunda semana de abril y recibió más de trescientas enmiendas, la mayoría dirigidas a modificar el camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados.
Luego de cinco intensos debates en casi tres semanas, la iniciativa esquivó varios intentos por desarmarla, abriéndose paso ahora en el pleno del Senado que la debatirá en el mes de junio.
Al conocerse el resultado final, muchos en la audiencia, incluyendo inmigrantes que se beneficiarán de la reforma migratoria, corearon “Sí se puede”.
El histórico proyecto podría convertirse durante el verano en la primera reforma migratoria amplia en casi tres décadas. La anterior fue aprobada en 1986 durante la administración del republicano Ronald Reagan y favoreció a unos tres millones de inmigrantes sin papeles.
La mayoría de las enmiendas aprobadas durante los debates de las últimas semanas fueron con amplio respaldo bipartidista. El mismo respaldo fue utilizado para desestimar enmiendas encaminadas, varias de ellas, a entorpecer el camino hacia la ciudadanía para los indocumentados.
Tras la aprobación del plan por parte del Comité Judicial, el presidente Barack Obama felicitó al panel y dijo, en un comunicado difundido por la Casa Blanca, que el anteproyecto es sólido y guarda consistencia con los principios que ha explicado claramente sobre el tema.
El mandatario reiteró que el sistema migratorio "está roto", "no funciona" y que debe ser reparado cuanto antes.
Obama presentó a finales de enero un plan de reforma migratoria similar al del Grupo de los Ocho y pidió en ese momento al Congreso aprobar cuanto antes una legislación que saque de las sombras a los once millones de indocumentados y los coloque en el camino a la ciudadanía, cuya espera no debe ser más larga que ocho años.
"Exhorto al Senado a que considere este proyecto de ley bipartidista a la mayor brevedad posible y que mantengan la esperanza de que en el pleno del senado se discuta lo antes posible el anteproyecto y que le introduzca mejoras", dijo.
El plan de reforma migratoria del Grupo de los Ocho tiene de base un fuerte componente de seguridad nacional como seguridad en las fronteras, verificación de empleo e inmigración legal y un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados.
Para otorgar la ciudadanía la condición es que primero el gobierno federal certifique que controla en un 90 % el ingreso de indocumentados por zonas de alto riesgo y el 100 % en el resto de la frontera.
Los indocumentados para calificar deben demostrar que se encuentran en EEUU desde antes del 31 de diciembre de 2011, pagan impuestos, carecen de antecedentes penales, entreguen sus huellas digitales al Departamento de Seguridad Nacional y cancelen multas, entre otros requisitos.
Una vez autorizados entrarán en un estado de No Inmigrante que dilatará entre diez a trece años, al término de los cuales podrán pedir la residencia legal permanente o green card.
Tres años más tarde podrán iniciar el trámite de la ciudadanía.
Durante el tiempo de permanencia como no inmigrante los favorecidos con la reforma migratoria obtendrán un permiso de trabajo, las deportaciones quedarán suspendidas y tendrán derecho a gestionar un permiso de viaje para salir y reingresar a EEUU.
Pero no todo es gloria. La reforma migratoria enfrenta un nuevo escenario, esta vez en el pleno del Senado que dominan los demócratas con cincuenta y un asientos más los cuatro votos republicanos correspondientes a los integrantes del Grupo de los Ocho, los senadores Marco Rubio (Florida), Lindsey Graham (Carolina del Sur), Jeff Flake (Arizona) y John McCain (Arizona). La mayoría también contaría con los dos votos independientes.
Se necesitan sesenta votos para ser aprobada. Analistas estiman que el proyecto pasará fácil con setenta apoyos, no sin antes ser modificada durante la guerra de enmiendas que se avizora.
El proyecto de ley solo entrará en vigencia después de que lo apruebe el Senado en pleno, y que la cámara baja haga lo propio tras recibir una versión aprobada por su comité judicial, que hasta el momento solo ha presentado proyectos de ley separados.
 Solo después de que ambas cámaras reconcilien sus versiones es que podría pasar al presidente Obama para que firme el ejecútese reforma, con lo que once millones de indocumentados podrán salir de la oscuridad.
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