El
derribo de un cazabombardero sirio por parte de un avión de EE.UU. pone
en entredicho la capacidad de los misiles estadounidenses en un combate
real.
"Las armas no siempre funcionan como se anuncia", indicó el domingo Dave Mujamdar, analista del portal militar estadounidense National Interest, en alusión al reciente derribo de un caza Su-22 del Ejército sirio en Al-Raqa por parte de la llamada coalición internacional anti-Daesh, liderada por EE.UU.Mujamdar afirmó que aunque hasta el momento el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) no ha difundido ningún detalle sobre el incidente, es muy probable que el moderno misil aire-aire AIM-9X no haya impactado contra el caza sirio en un primer ataque.
Conforme al experto, el piloto del caza estadounidense F/A-18E que despegó desde el portaaviones USS George H.W. Bush lanzó un misil guiado a una distancia de poco más de medio kilómetro del obsoleto cazabombardero de la antigua Unión Soviética (URSS) Su-22 que dispersó bengalas que desviaron al aparato norteamericano, frustrando así el primer ataque.
Las armas no siempre funcionan como se anuncia", indicó el analista Dave Mujamdar del portal militar estadounidense National Interest.Como consecuencia, el piloto de la Marina estadounidense se vio obligado a recurrir a otro misil, un Raytheon AIM-120C AMRAAM, una arma considerablemente más cara y de mucho mayor alcance para poder derribar al caza sirio.
"La pregunta que cabe formular es la siguiente: ¿Cómo el piloto del Su-22 pudo desviar con un lanzabengalas un moderno misil AIM-9X dotado de un avanzado buscador infrarrojos?", escribió el autor.
Mujamdar, asimismo, subrayó que a pesar de que el AIM-9X es un misil moderno diseñado para neutralizar las contramedidas de la lucha electrónica durante la era soviética, este sistema no cumple con los niveles apropiados de rendimiento durante el combate real.
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