Un
artículo considera a Taiwán como un problema para la seguridad regional
y mundial por el que EE.UU. y China podrían entrar en guerra directa.
“Mientras
la atención se centra actualmente en la península coreana debido al
desarrollo de misiles balísticos por Corea del Norte capaces de alcanzar EE.UU.,
en un segundo plano se avecina la crisis en torno a Taiwán. De hecho,
es por Taiwán que EE.UU. y China podrían entrar en conflicto directo”,
indica un artículo publicado el jueves en el portal militar
estadounidense The National Interest.El texto se refiere a acontecimientos recientes que han convertido Taiwán en un problema para la seguridad de su región y del mundo, haciendo que represente un grave desafío para la seguridad de EE.UU. y sus aliados, incluida Australia.
La amplia victoria en las elecciones taiwanesas de enero de 2016 del opositor Partido Democrático Progresista (PDP), que ganó tanto la Presidencia como la mayoría del Legislativo, ha puesto a Taiwán en una situación de colisión con China, que considera la reunificación de la isla no negociable y su principal prioridad nacional.
Mientras la atención se centra actualmente en la península coreana debido al desarrollo de misiles balísticos por Corea del Norte capaces de alcanzar EE.UU., en un segundo plano se avecina la crisis en torno a Taiwán. De hecho, es por Taiwán que EE.UU. y China podrían entrar en conflicto directo”, indica un artículo publicado en el portal militar estadounidense National Interest.De acuerdo con el informe, el contexto estratégico de la intensificación de la rivalidad entre EE.UU. y China —que se debe al ascenso de Pekín y al desafío que crea para la hegemonía estadounidense en Asia oriental— ha significado que Taiwán asuma cada vez más importancia estratégica para EE.UU.
En este sentido, el artículo hace alusión a los recientes actos de provocación de Washington, que han incrementado la tensión por Taiwán ente China y EE.UU.
A principios de julio, la Administración del actual presidente de EE.UU., Donald Trump, aprobó la venta de armas a Taiwán por valor de 1300 millones de dólares, que Pekín llamó después al inquilino de la Casa Blanca a desistir de materializar. Por otra parte, el Senado de EE.UU. aprobó un proyecto que permite a los buques de guerra estadounidenses desplazarse a Taiwán, lo que suscitó una protesta oficial por parte de China.
Según The National Interest, dados los fuertes sentimientos antichinos existentes en el Congreso de EE.UU., es poco probable que Washington no responda a un hipotético uso de la fuerza por parte de China por Taiwán. EE.UU. es consciente además de que la adquisición de Taiwán por parte de China alteraría significativamente el statu quo regional, con inmensas consecuencias para la seguridad regional y mundial.
La constante situación de tensión entre Taiwán y China aumentó tras la llamada de la presidenta taiwanesa a Trump, que podría implicar un apoyo a la independencia de la isla. Ello enojó a China, que instó a Washington a respetar el principio de ‘una sola China’.
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