lunes, 29 de enero de 2018

LA O.N.U. Y SUS FRACASOS EN LA TAREA DE GARANTIZAR LA PAZ


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LA O.N.U. Y SUS FRACASOS EN LA TAREA DE GARANTIZAR LA PAZ



Fundada en 1945, cuando Europa apenas estaba levantando los escombros de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas pretendía ser un foro internacional para alcanzar la paz. La idea no sonaba nada mal, en particular porque luego de dos grandes conflictos bélicos y aproximadamente 55 millones de muertos o desaparecidos (Putzger, 1979), la noción de resolver conflictos sin tener que recurrir a las armas era casi tan tentadora como ponerle un freno definitivo al belicismo alemán.
Ya la Sociedad de Naciones había propuesto algo similar en 1920 después de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, tras una serie de eventos desafortunados (como la Segunda Guerra Mundial), fue disuelta en 1946. Sin embargo, el mundo consideraba que valía la pena darle una nueva oportunidad a la promoción de la paz y la resolución de conflictos de forma no bélica. Para ello necesitaba de un organismo internacional más incluyente que, contrario a su predecesor, no sirviera nada más de adorno.

Ruanda, el Congo y otros países de Africa ejemplifican la inoperancia de
unas "misiones de paz" que frecuentemente se limitan a dar testimonio de
matanzas atroces cuyas salpicaduras evitan los cascos azules. Eso, cuando
no agravan más la situación, como en la crisis humanitaria de Haití
Así nació la ONU, el mayor organismo internacional que existe actualmente, con 193 países miembros. Desde entonces, la organización ha tenido éxitos importantes como la constitución de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la creación de los Cascos Azules y diversas mediaciones para evitar la escalada de conflictos regionales. Sin embargo, también ha tenido fracasos memorables, como los siguientes:
Invasión de Checoslovaquia
El 20 de agosto de 1968, la URSS invadió Checoslovaquia amparada en el Pacto de Varsovia. Canadá, Dinamarca, Francia, Paraguay, Reino Unido y Estados Unidos solicitaron una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para definir qué plan de acción seguir. Durante el evento Jan Muzik, entonces embajador checoslovaco, denunció tanto la llegada de los soviéticos a su país como los métodos que se habían utilizado contra su pueblo. Sin embargo el embajador soviético Jacob Malik comentó que todo se trataba de “ayuda fraterna” en contra de las “fuerzas antisociales”.

Al día siguiente diez países condenaron la intervención y solicitaron una retirada inmediata, tres se abstuvieron de votar, mientras que la URSS (que tenía poder de veto) y Hungría sostuvieron que estaban en lo correcto al ocupar Praga. Con los dirigentes checoslovacos cautivos (y el presidente Alexander Dubcek llevado a la fuerza a Moscú) no se podía hacer mucho. La delegación canadiense pidió que un representante de Naciones Unidas fuera a Praga para liberarlos y llegara a un acuerdo. Sin embargo, la URSS nombró a un nuevo representante de Checoslovaquia y lo envió a desacreditar la solicitud del Consejo de Seguridad.
A nadie le pareció sospechoso que de un día para otro cambiara la administración y dijera cosas tan contradictorias. Por evitarse un problema con la URSS, la ONU se hizo de la vista gorda sobre el incidente y se desentendió de la zona.
Conflicto palestino-israelí
Todo va mal ahí. Desde el inicio, la instauración del Estado de Israel fue producto de la culpabilidad que sentían los ingleses tras el genocidio de la Segunda Guerra Mundial y de la necesidad de evitar que una zona de influencia soviética se instaurara en Medio Oriente (entre otras cosas, zona estratégica para el petróleo y el comercio). Nadie tomó en consideración que, justo el cachito de Tierra donde iban a purgar sus culpan era la zona más importante para las tres religiones monoteístas. Y que ya había gente viviendo ahí.

¿Qué consecuencias trajo que la ONU aceptara a Israel como Estado? La masacre de Munich, guerras en Líbano y la ocupación de Cisjordania, por mencionar algunas. Además, del no respeto del gobierno israelí por las fronteras establecidas en 1967 y la nulificación de Palestina a nivel internacional (hasta 2012, al menos). Justo es decir que Israel se ampara en que Estados Unidos lo necesita ahí, pero al ser misión de la ONU salvaguardar la paz, la falta de resoluciones que ha dado no deja de considerarse un fracaso.
Crisis de los Misiles, Vietnam y demás conflictos periféricos durante la Guerra Fría
“I wanna know, have you ever seen the rain coming down on a sunny day?”, esa canción de Cleedence Clearwater Revival refiere a las bombas que Estados Unidos lanzó sobre Vietnam en la guerra y ejemplifica claramente el rol de Naciones Unidas: ninguno.
Durante los primeros días de todos los conflictos relacionados con la Guerra Fría y los Estados colchón, la organización condenó lo que ocurría pero no tuvo un papel enfático para resolver el conflicto. Fue como el niño que no quiere jugar en la clase de deportes y se guarece en una esquina para que no le toque ningún pelotazo mientras hace acto de presencia.

La ONU pasó lista en la Crisis de los Misiles y en la Guerra de Vietnam, pero no tuvo un rol destacado en eso de “buscar la paz”. O quizás buscaba la paz con Estados Unidos, país al que históricamente le ha importado poco menos que nada lo que se vote en el Consejo de Seguridad. Operación Fuerza Aliada
Así se le conoció a la funesta operación de la OTAN para bombardear Yugoslavia en 1999. Una vez más, los países implicados decidieron que era mejor pedir perdón que permiso y no dijeron ni agua va.
Muchas agrupaciones y personalidades como Noam Chomsky condenaron el ataque por considerarlo una violación a la Carta de las Naciones Unidas y, por tanto, un crimen de guerra. Pero la ONU, madre condescendiente con sus hijos, no dijo esta boca es mía durante todo el conflicto.
Iraq y Afganistán
Y aquí, otra vez, la Organización de las Naciones Unidas aplicó la estrategia del Sumo Pontífice y condenó la invasión de Estados Unidos a Medio Oriente para luego irse a hacer quién sabe qué. Lo cierto es que casi nadie estaba de acuerdo con que se bombardeara un país porque había armas de destrucción masiva imaginarias. Obviamente, medio mundo estaba conmocionado por el atentado a las Torres Gemelas, pero eso no validaba una invasión porque “puede que aquí estén los terroristas”.

El costo de este fracaso de Naciones Unidas todavía no deja un saldo final. Ya van más de diez años de conflicto bélico e inestabilidad interna que, entre otras calamidades, mantienen a Afganistán como el país de mayor mortandad infantil en el mundo. Eso sí, sus reportes de UNICEF le quedan preciosos …
Éstos son sólo algunos ejemplos de ocasiones importantes en que la ONU fracasó en su misión de resolver conflictos internacionales. Nadie niega que en otras ocasiones haya favorecido el diálogo entre naciones o, en verdad, se haya dedicado a generar condiciones de justicia para combatir otra suerte de problemas, pero eso no lo es todo. Hoy, día de su 68 aniversario, convendría recordar que para un organismo de tanto peso a nivel mundial, no ser consistente con sus acciones y no ejercer su poder (o ser complaciente) se traduce en un fracaso no sólo para la institución sino para la humanidad.
(Fuente: http://www.lahojadearena.com/; visto en https://desmontandoababylon.wordpress.com/)

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