El
líder regional del grupo falleció en un operativo militar; el
presidente afgano celebró la "determinación del gobierno por luchar
contra el terrorismo".
El jefe del Estado Islámico (EI) en Afganistán, Abu Saad Arhabi, murió en un ataque militar
contra escondites del grupo extremista en la oriental provincia de
Nangarhar, informaron este domingo fuentes oficiales afganas.
La Dirección Nacional de Seguridad confirmó en un comunicado la muerte del líder y de otros 10 miembros del grupo militante, durante una operación terrestre y aérea conjunta de fuerzas afganas y extranjeras.
“El líder del Daesh en Afganistán, Abu Saad Arhabi, murió anoche junto con otros 10 combatientes en la aldea de la jungla por fuerzas conjuntas afganas y extranjeras en el distrito de Khogyani”, dijo Attaullah Khogyani, vocero de gobierno de Nangarhar, utilizando el acrónimo en árabe del EI.
En declaraciones a la prensa, Khogyani afirmó, citando fuentes de la Inteligencia, dijo que el operativo destruyó dos depósitos de armas ligeras y pesadas y una gran cantidad de explosivos, según un reporte de la agencia informativa Pajhwok Afghan News (PAN).
El funcionario dijo que el líder extremista, también conocido como Abu Sayed Orakzai, era un residente de la región tribal de Orakzai de Pakistán y que fue nombrado jefe local de EI, luego del asesinato de su predecesor, Abu Saeed Bajuari, el 14 de julio de 2017 en la provincia oriental de Kunar.
El portavoz de la Presidencia Afgana, Shahhussain Murtazawi, celebró a través de un comunicado la muerte del líder terrorista, y afirmó que las acciones del grupo militar “testifican la determinación del gobierno a luchar contra el terrorismo”.
Por su parte, la agencia de noticias del grupo yihadista, Amaq, no ha hecho ningún comentario sobre la muerte del Arhabi, el cuarto líder del EI en Afganistán en ser asesinado desde julio de 2017.
El grupo, mejor conocido como Estado Islámico de Khorasan (EI-K), ha logrado gran fortaleza en Nangarhar, ubicada cerca de la frontera oriental de Afganistán con Pakistán, convirtiéndose en uno de los grupos militantes más peligrosos del país, a la par de la insurgencia Talibán.
El número exacto de combatientes del Estado Islámico (EI) en Afganistán es difícil de calcular, ya que con frecuencia cambian de un grupo a otro, aunque fuentes militares estadunidense en el país estiman que hay alrededor de dos mil.
En días pasados, más de 150 combatientes del EI se rindieron a las fuerzas de seguridad afganas en la provincia noroccidental de Jawzjan, donde el grupo lucha por el control de las rutas de contrabando hacia la vecina Turkmenistán. (Con información de NTMX)
La Dirección Nacional de Seguridad confirmó en un comunicado la muerte del líder y de otros 10 miembros del grupo militante, durante una operación terrestre y aérea conjunta de fuerzas afganas y extranjeras.
“El líder del Daesh en Afganistán, Abu Saad Arhabi, murió anoche junto con otros 10 combatientes en la aldea de la jungla por fuerzas conjuntas afganas y extranjeras en el distrito de Khogyani”, dijo Attaullah Khogyani, vocero de gobierno de Nangarhar, utilizando el acrónimo en árabe del EI.
En declaraciones a la prensa, Khogyani afirmó, citando fuentes de la Inteligencia, dijo que el operativo destruyó dos depósitos de armas ligeras y pesadas y una gran cantidad de explosivos, según un reporte de la agencia informativa Pajhwok Afghan News (PAN).
El funcionario dijo que el líder extremista, también conocido como Abu Sayed Orakzai, era un residente de la región tribal de Orakzai de Pakistán y que fue nombrado jefe local de EI, luego del asesinato de su predecesor, Abu Saeed Bajuari, el 14 de julio de 2017 en la provincia oriental de Kunar.
El portavoz de la Presidencia Afgana, Shahhussain Murtazawi, celebró a través de un comunicado la muerte del líder terrorista, y afirmó que las acciones del grupo militar “testifican la determinación del gobierno a luchar contra el terrorismo”.
Por su parte, la agencia de noticias del grupo yihadista, Amaq, no ha hecho ningún comentario sobre la muerte del Arhabi, el cuarto líder del EI en Afganistán en ser asesinado desde julio de 2017.
El grupo, mejor conocido como Estado Islámico de Khorasan (EI-K), ha logrado gran fortaleza en Nangarhar, ubicada cerca de la frontera oriental de Afganistán con Pakistán, convirtiéndose en uno de los grupos militantes más peligrosos del país, a la par de la insurgencia Talibán.
El número exacto de combatientes del Estado Islámico (EI) en Afganistán es difícil de calcular, ya que con frecuencia cambian de un grupo a otro, aunque fuentes militares estadunidense en el país estiman que hay alrededor de dos mil.
En días pasados, más de 150 combatientes del EI se rindieron a las fuerzas de seguridad afganas en la provincia noroccidental de Jawzjan, donde el grupo lucha por el control de las rutas de contrabando hacia la vecina Turkmenistán. (Con información de NTMX)
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