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Por qué la bolsa se moverá siempre en sentido contrario a lo que piense la mayoría
Marc Fortuño
@Marc__Fb
La Teoría de la Opinión Contraria se describe mejor como la idea de que cuando la gran mayoría de la gente está de acuerdo en algo, por lo general se equivoca. Se trata en realidad de un concepto psicológico, que se aleja de los análisis tradicionales.
Esta idea fue expuesta por Neil en su libro "The Art of Contrary Thinking" en la década de 1950, fue en 1964 cuando Sibbet aplicó los principios al mercado de futuros. Comenzó un servicio de asesoría que sondeaba las cartas semanales de asesoría de mercado alcista o bajista, y cuantificaba el sentimiento del mercado a partir de ellas. Se suponía que muchos operadores están influenciados por las cartas, por lo que representan el sentimiento generalizado del mercado.
Para que un mercado continúe su trayectoria alcista, es imprescindible que existan nuevos conversos. Inversores que tenían sus miedos en eso de 'la bolsa' pero que en el momento presente, creen que es una oportunidad adquirir derechos de propiedad de diferentes empresas en el mercado. Ese nuevo alcista, aporta su pequeño granito de arena en la demanda para que los precios suban. Al incrementarse el número de alcistas que demanden y quieran conservar sus títulos, se produce el contexto perfecto para que las cotizaciones suban.
Pero ¿Qué sucede cuando todo el mundo ya es alcista? Cuando el gran público vive en la euforia colectiva y piensa que la bolsa va a subir, consecuentemente ya ha tomado posición compradora en la renta variable, y por ello, ya no existen nuevos conversos que implementen una demanda adicional como catalizador de los precios. En tendencias a largo plazo, normalmente ese público que forma parte de la última fase de los nuevos conversos tiende a ser el menos familiarizado con 'la bolsa'... De ahí la famosa frase de Rockefeller: 'Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo'.
A partir de ahí sólo queda la realización de beneficios por parte de los adquirientes, es decir, la toma de beneficios que supondrá el principio de la fase bajista del mercado con las consecutivas caídas en las cotizaciones.
Lo mismo sucede en entornos bajistas, para que se materialicen es
imprescindible que exista una alteración en el sentimiento de los
titulares de acciones, pasando de alcistas a bajistas para que vayan soltando 'papel' y esa oferta adicional vaya tumbando los precios.
A medida que los miedos sobre la bolsa se extienden y se entra en fase
pánico, las caídas bursátiles se acentúan, produciéndose un hundiendo en
el mercado.
Pero ¿Qué sucede cuando todo el mundo ya es bajista? Cuando todo el mundo cree que 'la bolsa' le ha supuesto una ruina y han vendido para no ver cómo mes a mes el valor de sus inversiones se estaba depreciando, justo en ese punto, se produce un extremo de mercado... No hay nuevos conversos que fruto del pánico quieran deshacerse de sus acciones. Estas fases las podemos identificar claramente, cuando los medios de comunicación y el público general habla de la bolsa o de conceptos asociados a los mercados ¿Nos acordamos cuando la prima de riesgo llegó a ser más famosa que el fútbol?
Si todos los que tenían que vender ya han vendido, consecuentemente la bolsa sólo puede hacer una cosa... Subir si la demanda está dispuesta a pagar más para que otros inversores se deshagan de sus titulos. Por ello, la bolsa se moverá siempre en sentido contrario a lo que piense la mayoría.
Uno de estos indicadores sería el índice de volatilidad VIX, descrito como el indicador del miedo, porque aumenta cuando los inversores compran una cantidad significativa de opciones de venta para proteger sus carteras: los inversores que compran opciones de venta creen que el precio de las acciones subyacentes caerá. Los giros en las lecturas altas de este indicador, por encima de 20, se interpretan como que el miedo a corto plazo ha alcanzado su frenesí, y es una buena oportunidad para 'comprar'.
Otro indicador para evaluar el sentimiento de mercado sería la línea avance/descenso
que recoge el número de empresas que suben y bajan en una sesión,
mostrando cuántos valores alcanzan máximos o mínimos en las últimas 52
semanas. La interpretación no tiene mucha dificultad, para una subida o
bajada 'sana' de un índice se requiere que la mayoría de valores estén
moviendo al índice haciendo nuevos máximos o mínimos, pero cuando son
unos pocos, se interpreta que el sentimiento de fondo está cambiando y
únicamente existe un sentimiento intenso alcista o bajista focalizado en
unos valores.
En el último lugar hay encuestas amplias como la Encuesta de Sentimiento del Inversor AAII que se inicia desde 1987 en la que se pregunta a los inversores qué dirección creen que tomará la bolsa en los próximos meses.
Las opciones son alcista, neutral, bajista. Históricamente, las
lecturas del sentimiento alcista inusualmente bajas (por debajo de 30%)
han sido seguidas por retornos por encima del promedio y por encima de
la mediana, de 6 y 12 meses en el índice S&P 500.
Esta idea fue expuesta por Neil en su libro "The Art of Contrary Thinking" en la década de 1950, fue en 1964 cuando Sibbet aplicó los principios al mercado de futuros. Comenzó un servicio de asesoría que sondeaba las cartas semanales de asesoría de mercado alcista o bajista, y cuantificaba el sentimiento del mercado a partir de ellas. Se suponía que muchos operadores están influenciados por las cartas, por lo que representan el sentimiento generalizado del mercado.
La Teoría de la Opinión Contraria
La Teoría de la Opinión Contraria hay que enmarcarla dentro de las finanzas conductuales que tratan de analizar el sujeto que toma la decisión de invertir o desinvertir. Los humanos no tendemos a tomar las decisiones bajo un pensamiento racional sino estrictamente emocional. En consecuencia, la Teoría de la Opinión Contraria trata de exponer cómo se mueve el mercado en relación al sentimiento generalizado de la masa.Para que un mercado continúe su trayectoria alcista, es imprescindible que existan nuevos conversos. Inversores que tenían sus miedos en eso de 'la bolsa' pero que en el momento presente, creen que es una oportunidad adquirir derechos de propiedad de diferentes empresas en el mercado. Ese nuevo alcista, aporta su pequeño granito de arena en la demanda para que los precios suban. Al incrementarse el número de alcistas que demanden y quieran conservar sus títulos, se produce el contexto perfecto para que las cotizaciones suban.
Pero ¿Qué sucede cuando todo el mundo ya es alcista? Cuando el gran público vive en la euforia colectiva y piensa que la bolsa va a subir, consecuentemente ya ha tomado posición compradora en la renta variable, y por ello, ya no existen nuevos conversos que implementen una demanda adicional como catalizador de los precios. En tendencias a largo plazo, normalmente ese público que forma parte de la última fase de los nuevos conversos tiende a ser el menos familiarizado con 'la bolsa'... De ahí la famosa frase de Rockefeller: 'Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo'.
A partir de ahí sólo queda la realización de beneficios por parte de los adquirientes, es decir, la toma de beneficios que supondrá el principio de la fase bajista del mercado con las consecutivas caídas en las cotizaciones.
Pero ¿Qué sucede cuando todo el mundo ya es bajista? Cuando todo el mundo cree que 'la bolsa' le ha supuesto una ruina y han vendido para no ver cómo mes a mes el valor de sus inversiones se estaba depreciando, justo en ese punto, se produce un extremo de mercado... No hay nuevos conversos que fruto del pánico quieran deshacerse de sus acciones. Estas fases las podemos identificar claramente, cuando los medios de comunicación y el público general habla de la bolsa o de conceptos asociados a los mercados ¿Nos acordamos cuando la prima de riesgo llegó a ser más famosa que el fútbol?
Si todos los que tenían que vender ya han vendido, consecuentemente la bolsa sólo puede hacer una cosa... Subir si la demanda está dispuesta a pagar más para que otros inversores se deshagan de sus titulos. Por ello, la bolsa se moverá siempre en sentido contrario a lo que piense la mayoría.
Algunos analistas se guían por los indicadores de sentimiento de mercado
Debido a que en el mercado se libra continuamente una batalla entre la oferta y demanda para 'colocar papel' o 'conseguir papel', muchos analistas dan más peso en sus análisis a los indicadores de sentimiento de mercado frente a los datos macroeconómicos o los indicadores de valoración como puedan ser diferentes ratios: PER, P/B, ROA, ROE, etc.Uno de estos indicadores sería el índice de volatilidad VIX, descrito como el indicador del miedo, porque aumenta cuando los inversores compran una cantidad significativa de opciones de venta para proteger sus carteras: los inversores que compran opciones de venta creen que el precio de las acciones subyacentes caerá. Los giros en las lecturas altas de este indicador, por encima de 20, se interpretan como que el miedo a corto plazo ha alcanzado su frenesí, y es una buena oportunidad para 'comprar'.
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