Amnistía
Internacional (AI) urge a los líderes del G20 a presionar al príncipe
heredero de Arabia Saudí por violaciones de los derechos humanos.
“Los líderes (participantes en la cumbre del Grupo de los 20 en Buenos Aires) han de presionar al príncipe saudí (Muhamad bin Salman) y pronunciarse contra violaciones ilegales de los derechos humanos dentro y fuera del reino” de los Al Saud, señaló el viernes la organización pro derechos humanos.
La monarquía de Arabia Saudí, en la actualidad, se ha convertido en el epicentro de la atención internacional, en concreto por el asesinato de Khashoggi —el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Turquía— y la brutal campaña militar liderada por Riad contra Yemen desde marzo de 2015.
Por todo ello, existía una incertidumbre sobre el viaje de Bin Salman a Buenos Aires (capital argentina), si bien este ya se encuentra en el país suramericano, donde hasta el momento ha hablado con un número de líderes internacionales, pese a las críticas a nivel mundial.
De acuerdo con los medios británicos, May señaló al heredero de la corona saudí la necesidad de que Riad tome medidas para generar confianza en que un incidente tan deplorable no podría volver a ocurrir.
Macron, no obstante, adoptó un tono más severo al hablar con Bin Salman, advirtiéndole que “es un hombre de palabra”. “Nunca me escuchas”, indicó el mandatario galo.
Sin embargo, varios medios de comunicación han destacado el aislamiento del gobernante de facto saudí en su presencia en G20 como primera cita internacional del príncipe después del asesinato de Khashoggi.
Conforme han indicado algunos análisis al respecto, varios líderes se abstuvieron, incluso, de dar la mano a Bin Salman por temor a perturbar su propia imagen ante la opinión pública.
tqi/ktg/fmk/hnb
“Los líderes (participantes en la cumbre del Grupo de los 20 en Buenos Aires) han de presionar al príncipe saudí (Muhamad bin Salman) y pronunciarse contra violaciones ilegales de los derechos humanos dentro y fuera del reino” de los Al Saud, señaló el viernes la organización pro derechos humanos.
La monarquía de Arabia Saudí, en la actualidad, se ha convertido en el epicentro de la atención internacional, en concreto por el asesinato de Khashoggi —el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Turquía— y la brutal campaña militar liderada por Riad contra Yemen desde marzo de 2015.
Por todo ello, existía una incertidumbre sobre el viaje de Bin Salman a Buenos Aires (capital argentina), si bien este ya se encuentra en el país suramericano, donde hasta el momento ha hablado con un número de líderes internacionales, pese a las críticas a nivel mundial.
Los líderes (participantes en la cumbre del Grupo de los 20 en Buenos Aires) han de presionar al príncipe saudí (Muhamad bin Salman) y pronunciarse contra violaciones ilegales de los derechos humanos dentro y fuera del reino” de los Al Saud, señala Amnistía Internacional.Entre las figuras prominentes con las que Bin Salman habló el viernes al margen de la primera jornada de la referida cumbre, se destacan la primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuyo Gobierno, enojado por el caso Khashoggi, había anunciado la semana pasada sanciones contra 18 autoridades saudíes.
De acuerdo con los medios británicos, May señaló al heredero de la corona saudí la necesidad de que Riad tome medidas para generar confianza en que un incidente tan deplorable no podría volver a ocurrir.
Macron, no obstante, adoptó un tono más severo al hablar con Bin Salman, advirtiéndole que “es un hombre de palabra”. “Nunca me escuchas”, indicó el mandatario galo.
Sin embargo, varios medios de comunicación han destacado el aislamiento del gobernante de facto saudí en su presencia en G20 como primera cita internacional del príncipe después del asesinato de Khashoggi.
Conforme han indicado algunos análisis al respecto, varios líderes se abstuvieron, incluso, de dar la mano a Bin Salman por temor a perturbar su propia imagen ante la opinión pública.
tqi/ktg/fmk/hnb
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