Bromas a bordo del tren bala
Política •
8 Abril 2013 - 3:47am — Crónica por Miriam Castillo/enviada
El Ejecutivo federal conoció y evaluó los prototipos del transporte para ponerlos en marcha en nuestro país.
Foto: Notimex
Sanya, China • ¿Cómo ven uno de estos?”, dijo
el presidente Enrique Peña mientras palmeaba el respaldo de dos de los
asientos de un tren bala, que comunica dos provincias de China.
Fue la segunda vez que el mandatario se subía a ese transporte, que disminuye a la mitad el tiempo de recorrido, al viajar a una velocidad de poco más de 200 kilómetros por hora.
El primer traslado lo hizo acompañado de algunos jefes de Estado asiáticos, que acudieron a la Cumbre de Boao, el llamado “Davos chino”.
El trayecto se efectúa de la provincia de Sanya a la de Boao, dos de los puntos que el gobierno chino procura impulsar como punta de lanza del turismo.
La intención era conocer y evaluar algunos de los prototipos para llevarlos al país y conectar algunas de las ciudades en distintas zonas de la República.
El Presidente de México se veía seguro y asentía con la cabeza al escuchar las especificaciones del transporte que conoció a través de un intérprete, quien hacía entendible lo que uno de los empresarios chinos pronunciaba en una velocidad récord.
“Quizá una de las verdaderas barreras para el comercio y el entendimiento, es el lenguaje”, dijo con un tono de broma el mandatario, después de una larga explicación en mandarín, que no pudo ser entendida por la comitiva.
Sin embargo, en el encuentro bilateral con el mandatario chino, Xi Jinping que se realizó horas antes, la barrera del lenguaje no hizo de las suyas.
El encuentro se prolongó por casi una hora, donde ambos encontraron coincidencias, sobre todo en materia económica.
El intérprete para México es un viejo conocido, que ayudó también a traducir los encuentros que Enrique Peña tuvo cuando era gobernador mexiquense.
Un chino que acudió a México en la década de los 90 para estudiar una beca en el CIDE, posteriormente se quedó en el país e incluso trabajó como funcionario en el Estado de México.
El Presidente bromeó en cada oportunidad que tuvo acerca de la duración de las traducciones.
“Creo que ya hasta le puso de su cosecha”, decía después de una largo monólogo chino que interpretaba lo dicho por el Peña.
Una relación que recién inicia y que se desarrolló en esos términos en los que solo ocurren en las relaciones que comienzan de cero. Donde ambos mandatarios acordaron no solo una relación en buenos términos, sino alejada de la ventaja abusiva y del dumping.
El propio Presidente comentó las diferencias con la segunda reunión que hubo con el resto de los mandatarios que acudieron a la cumbre.
El trato fue cercano y deferente, con atenciones específicas para los países latinoamericanos.
“Creo que un gesto de deferencia que tuvieron, normalmente en la inauguración los participantes en estricto sentido o tradicionalmente habían sido solo los países fundadores de este foro que cumplió 12 años, ahora abrieron un espacio de participación a quienes participamos en él, había la representación de dos países latinoamericanos”, dijo Peña Nieto satisfecho por la jornada.
Fue la segunda vez que el mandatario se subía a ese transporte, que disminuye a la mitad el tiempo de recorrido, al viajar a una velocidad de poco más de 200 kilómetros por hora.
El primer traslado lo hizo acompañado de algunos jefes de Estado asiáticos, que acudieron a la Cumbre de Boao, el llamado “Davos chino”.
El trayecto se efectúa de la provincia de Sanya a la de Boao, dos de los puntos que el gobierno chino procura impulsar como punta de lanza del turismo.
La intención era conocer y evaluar algunos de los prototipos para llevarlos al país y conectar algunas de las ciudades en distintas zonas de la República.
El Presidente de México se veía seguro y asentía con la cabeza al escuchar las especificaciones del transporte que conoció a través de un intérprete, quien hacía entendible lo que uno de los empresarios chinos pronunciaba en una velocidad récord.
“Quizá una de las verdaderas barreras para el comercio y el entendimiento, es el lenguaje”, dijo con un tono de broma el mandatario, después de una larga explicación en mandarín, que no pudo ser entendida por la comitiva.
Sin embargo, en el encuentro bilateral con el mandatario chino, Xi Jinping que se realizó horas antes, la barrera del lenguaje no hizo de las suyas.
El encuentro se prolongó por casi una hora, donde ambos encontraron coincidencias, sobre todo en materia económica.
El intérprete para México es un viejo conocido, que ayudó también a traducir los encuentros que Enrique Peña tuvo cuando era gobernador mexiquense.
Un chino que acudió a México en la década de los 90 para estudiar una beca en el CIDE, posteriormente se quedó en el país e incluso trabajó como funcionario en el Estado de México.
El Presidente bromeó en cada oportunidad que tuvo acerca de la duración de las traducciones.
“Creo que ya hasta le puso de su cosecha”, decía después de una largo monólogo chino que interpretaba lo dicho por el Peña.
Una relación que recién inicia y que se desarrolló en esos términos en los que solo ocurren en las relaciones que comienzan de cero. Donde ambos mandatarios acordaron no solo una relación en buenos términos, sino alejada de la ventaja abusiva y del dumping.
El propio Presidente comentó las diferencias con la segunda reunión que hubo con el resto de los mandatarios que acudieron a la cumbre.
El trato fue cercano y deferente, con atenciones específicas para los países latinoamericanos.
“Creo que un gesto de deferencia que tuvieron, normalmente en la inauguración los participantes en estricto sentido o tradicionalmente habían sido solo los países fundadores de este foro que cumplió 12 años, ahora abrieron un espacio de participación a quienes participamos en él, había la representación de dos países latinoamericanos”, dijo Peña Nieto satisfecho por la jornada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario