sábado, 13 de mayo de 2017

¿Hacia el Trumpgate?


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¿Hacia el Trumpgate?




El cese fulminante del director del FBI ha provocado que la sombra del Watergate volviera a planear sobre Washington
El actual sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas, teniendo como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos fagocitados por el lobby judío.
Para intentar explicar la sorpresiva victoria de Trump, inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” como “una vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaría gestando en EEUU y que terminará por provocar un cambio cualitativo en el status quo actualmente imperante“. El concepto de cambio cualitativo o discontinuidad se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva. Así, con el inesperado triunfo de Donald Trump en las presidenciales de EE.UU, asistimos a la irrupción del llamado “escenario teleonómico” en contraposición al ”escenario teleológico” actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de volatilidad.
Nueva Geopolítica “Primus Inter pares”
En una entrevista a la cadena estadounidense ABC, el futurible candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump expresó sin ambages la idea de que la “OTAN está obsoleta, no sirve para combatir el terrorismo y cuesta demasiado a EEUU”, por lo que exigió a los países europeos integrantes de la OTAN “ pasar por caja” , pues la aportación económica de dichos países europeos sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU (el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto). Asimismo, en una conferencia pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política “The National Interest”, Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que podrían sintetizarse en su lema “EEUU lo primero”, lo que de facto supondría suponer un retorno a la Doctrina Monroe (América para los americanos) y el retorno al proteccionismo económico tras cancelar el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLCAN).
Por otra parte, el finiquito de la Unipolaridad de EEUU y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva doctrina geopolítica “Primus Inter Pares” o G2 (EEUU y Rusia) en la gobernanza mundial perseguida por Trump y Putin, sería un misil en la línea de flotación del complejo militar-industrial de EE.UU que tiene perfilado para la etapa post-Obama la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el exterior (léase Nueva Guerra en Oriente Medio). Así, la primitiva CIA se habría transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU (la Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt) , agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo, verdadero poder en la sombra fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de la Geopolítica Primus InterPares o G2, por lo que no sería descartable la gestación de una trama para mediante métodos legales ('impeachement') o expeditivos (léase Magnicidio) lograr neutralizar a Trump.
La “conexión rusa”
La nueva doctrina geoestratégica conocida como “Guerra Híbrida” sería atribuible al Jefe de Estado Mayor de las FF.AA. Rusas, Valery Gerasimov quien afirmó que “ cada vez es más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo que estarían sustentadas en la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos”, concepto que se habría puesto en práctica por primera vez con ocasión de las recientes elecciones presidenciales en EEUU. Así, en la web de investigación “Mother Jones” apareció una versión reducida del informe de los servicios de inteligencia de EEUU en el que acusaban directamente al Gobierno de Putin de estar detrás de “supuestos ataques cibernéticos de hackers rusos para desequilibrar la campaña electoral de Hilary Clinton e inclinar la balanza a favor del supuesto submarino ruso, Donald Trump”.
Según el citado documento de los servicios de inteligencia de EEUU, el Departamento Central de Inteligencia ruso (GRU) con sede en Moscú, considerado el “servicio de espionaje más poderoso y efectivo ruso en la actualidad tras asumir las funciones del primigenio Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) “,se habría servido del pirata informático Guccifer 2.0 así como de la página web DC Leaks.com y de WikiLeaks para “difundir públicamente información de los correos secretos de Hillary Clinton obtenidos mediante hackeo cibernético”, extremo negado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. En consecuencia, siguiendo el principio de “acción-reacción”, Obama advirtió a Putin que “dichas operaciones cibernéticas podrían ser consideradas como potenciales actos de guerra” y como represalia, ordenó la salida de 35 diplomáticos rusos y aplicó nuevas sanciones a diversos organismos y empresas rusas, en especial contra el citado GRU, lo que de facto significó el retorno a escenarios ya olvidados de espionaje y contraespionaje propios de la Guerra Fría y tuvo como primera víctima colateral al asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn tras filtrarse que habría mentido al VicePresidente Mike Pence sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, pero Donald Trump habría negado la existencia de la llamada “conexión rusa”, acusando a la Agencia Nacional de Seguridad y al FBI de estar implicadas en la filtración de informaciones perjudiciales para su Administración.
¿Hacia el Trumpgate?
Sin embargo, en un momento crucial para finiquitar la investigación de la presunta relación del Gobierno ruso con varias personas del entorno del Presidente Trump al igual que de la denuncia contra Putin tras acusarlo de “interferir en el proceso electoral norteamericano para favorecer al entonces candidato Donald Trump” encargada al FBI, el cese fulminante de su Director, James Camey, habría provocado que la sombra del Watergate volviera a planear sobre Washington. Así, crecen las sospechas de que dicho cese sería un claro caso de obstrucción a la justicia, delito por el que el Congreso de EEUU podría iniciar un proceso de destitución que termine por deponer a Trump y tras lo que su Vice-Presidente Mike Pence asumiría la Presidencia para hacer que EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra (Cuarta Rama del Gobierno de EEUU).
La Haine

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