EE.UU.
expresa su preocupación por el proyecto de ‘Pequeña Rusia’, impulsado
en Ucrania por los independentistas del este del país.
La
portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Heather Nauert,
expresó el martes la profunda preocupación de Washington por la
iniciativa de la autoproclamada República Popular de Donetsk de
establecer en Ucrania un nuevo Estado llamado Malorrusia (Pequeña
Rusia), y lo calificó de “retórica provocativa”."Los llamados separatistas —y los llamo "llamados separatistas"— quieren ver un nuevo Estado. Ese nuevo Estado sería el de Ucrania, algo que ciertamente nos preocupa. Simplemente no. Más allá de eso, no quiero dignificarlo con una respuesta", dijo Nauert ante la prensa.
La iniciativa de los independentistas del este de Ucrania que no reconocen al Gobierno establecido en Kiev ha indignado a las autoridades del país. El presidente Petro Poroshenko reaccionó el martes asegurando que Kiev restablecerá la soberanía sobre el Donbás (región del este de Ucrania que incluye Donetsk y Lugansk) y Crimea, mientras su canciller, Pavlo Klimkin, acusó al Kremlin de intentar "repetir el guión de Abjasia en el Donbás".
En Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió que la idea de establecer un nuevo Estado no tiene nada ver con Moscú y es una “iniciativa personal” de Alexandr Zajarchenko, jefe de la referida república autoproclamada, por lo que aclaró que su país mantiene su compromiso con los acuerdos de Minsk.
Los llamados separatistas —y los llamo "llamados separatistas"— quieren ver un nuevo Estado. Ese nuevo Estado sería el de Ucrania, algo que ciertamente nos preocupa. Simplemente no. Más allá de eso, no quiero dignificarlo con una respuesta", ha dicho la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Heather Nauert.Ayer, 18 de julio, el líder de Donetsk propuso crear el Estado de Malorrusia en un periodo de transición de tres años. Tras calificar a Ucrania de “Estado fallido” y afirmar que el país se encuentra en “un callejón sin salida”, Zajarchenko recalcó que su iniciativa permitiría poner punto y final al conflicto.
Desde 2014, cuando la península de Crimea se adhirió mediante un referendo (no reconocido por Kiev) a la Federación Rusa y comenzó la operación del Ejército de Kiev en Lugansk y Donetsk, estas regiones son escenario de un conflicto armado que ha provocado unas 10.000 muertes, entre ellas las de 2000 civiles, de acuerdo con cifras dadas a conocer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los Acuerdos de Minsk, firmados en septiembre de 2014 y febrero de 2015, no han derivado hasta el momento en el cese de la violencia. Ambas partes se acusan mutuamente de violarlos.
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