COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA
CEPRID
Se autodenominan Conferencia del Departamento de Estado y
del Consejo de las Américas que, en realidad, es un Foro en el que se
pretende discutir sobre el futuro de las relaciones y diseño de nuevas
políticas para América Latina. La última Conferencia, que fue la 47,
trazó las primeras señales de lo que llaman "el nuevo Washington", el
administrado por Trump que responde a las aspiraciones y proyectos
políticos del bloque en el poder, que recoge el ideario de la derecha
más conservadora y reaccionaria existente en Estados Unidos y que, por
sus tesis y propuestas, se acerca mucho más al neofascismo, lo que es
un peligro para América Latina y para el mundo.
En esa famosa Conferencia nació el "Consenso de
Washington" en 1989, que tuvo el propósito de imponer un paquete de
reformas con la aplicación de 10 fórmulas específicas propuestas por
el economista John Williamson con las que se podrían "salvar" a los
países de América Latina y del mundo, azotados por las crisis
económicas, naturalmente bajo el mandato de Washington y con las
políticas ordenadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el Banco
Mundial y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Con esas
fórmulas que fueron conocidas como el Consenso de Washington, el imperio
de Reagan impuso políticas que, teóricamente, iban a establecer la
estabilización macroeconómica, "la liberalización económica con respecto
tanto al comercio como a la inversión, la reducción del Estado, y la
expansión de las fuerzas del mercado dentro de la economía doméstica",
la liberación del mercado, según Wikipedia, lo que en su conjunto se
denominó neoliberalismo que enriqueció a los ricos y empobreció a los
pobres, en tanto el capital transnacional despojaba a los pueblos de su
patrimonio.
Se reportó que en ese Foro varios políticos de alto
calibre expondrían ante un auditorio amplio que incluyó a empresarios
nicaragüenses. Se trataba de efectuar un balance entre las "nuevas" y
las "viejas" ideas que influirán en el diseño de la nueva política hacia
América Latina.
Trinchera de la Noticia reseñaba que en la 47ª
Conferencia Anual de Washington de las Américas, organizada por el
Departamento de Estado y el Consejo de las Américas (Council of the
Americas), celebrada el pasado nueve de mayo, afloró algunas de las
nuevas ideas que podrían pautar la política de la administración de
Donald Trump hacia la región.
En un marco de conferencias y debate, figuras
significativas de la política de Washington, concurrieron ante un amplio
auditorio. Este es el primer gran foro sobre cuestiones de política,
comercio y seguridad en el Hemisferio Occidental desde el comienzo de la
administración de Trump.
"Seguridad, prosperidad económica y defensa de los
valores de los Estados Unidos" fueron los "tres pilares" trazados por el
senador ultra conservador Marco Rubio, acerca de lo que deberían
conformar la estrategia de Estados Unidos hacia el hemisferio.
"Creo que ha habido una falta de enfoque en el
hemisferio", dijo, "y al final, nuestro futuro, tanto económico como de
seguridad, está profundamente ligado a nuestra región".
Durante su intervención en la 47ª Conferencia Anual de
Washington de las Américas, abordó la crisis venezolana, señalando que
"la solución a Venezuela está a una elección de distancia" y que el
presidente Nicolás Maduro debería seguir la constitución de su propio
gobierno. Agregó que los Estados Unidos deben apoyar a la Organización
de los Estados Americanos en el cumplimiento de su Carta Democrática.
Según Rubio, la nueva administración estadounidense
debería aprovechar esta oportunidad para reforzar los vínculos con el
hemisferio y difundir los valores democráticos y, si es necesario,
aislar diplomáticamente a aquellos países que reprimen a su pueblo, como
Cuba.
Junto a Rubio, la extrema derecha republicana habría
decidido el congelamiento de las relaciones con Cuba para reforzar la
propuesta de campaña de Trump. El 16 de junio, ese populista, en la
ciudad de Miami junto a los senadores y representantes de la mafia
cubano-americana expresó: "Estoy cancelando el acuerdo completamente
unilateral con Cuba de la administración previa". Con esas palabras
propias del lenguaje anticastrista, bastante similares a las que
utilizaba Reagan o Bush canceló el avance de normalización de las
relaciones estadounidenses-cubanas. Frente a esa agresión, Raúl Castro,
con toda la dignidad característica de la Revolución Cubana respondió:
"Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político en Cuba, ya
sea la que pretenda lograrlo a través de presiones e imposiciones, o
empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso: Agregó:
"Asumiremos cualquier riesgo y continuaremos firmes y seguros en la
construcción de una nación soberana, independiente, socialista y
democrática, próspera y sostenible."
En el Foro de Washington, con su natural injerencia, el
senador Rubio se refería a Colombia con este pensamiento recogido la
de la extrema derecha imperialista: "Por mucho tiempo hemos descuidado a
nuestros socios en la región. Necesitamos profundizar en los lazos que
tenemos con países como Canadá, México y Colombia ", agregando que
"Estados Unidos debe mantener su compromiso con la paz y la prosperidad
en Colombia "al asegurar al pueblo colombiano que Estados Unidos apoya
la implementación de la Paz Colombia, condicionada al pleno cumplimiento
del acuerdo por parte de las FARC". El senador Rubio, fiel a su
pensamiento anticubano, contrarrevolucionario, maniqueo y fascistoide
afirmó "Y trabajaremos con el gobierno de Colombia para asegurar que los
crímenes cometidos por las FARC no queden impunes y que las víctimas
sean compensadas".
Se debe recordar que Estados Unidos ha penetrado
profundamente en Colombia en donde tiene acceso a todas las bases
militares y no sólo a las siete bases que inicialmente propuso dentro
del Plan Colombia primero y Plan Patriota después. El imperio ha
gastado miles de millones de dólares en lo que llamó la guerra contra el
narcotráfico que, en realidad, fue un aguerra contra las FARC-EP y ELN
"Paz Colombia es el paquete de asistencia por varios millones de dólares
de Estados Unidos para ayudar a implementar el acuerdo de paz en ese
país, que puso fin a más de medio siglo de conflicto con las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Casi todos los colombianos
conocen a alguien afectado personalmente por la guerra, que ha dejado
miles de muertos y millones de desplazados, sostiene Trinchera.
En la 47 Conferencia de Washington sobre las Américas
intervino lo más destacado del grupo de políticos ultraconservadores que
respaldan a Trump y que recuerdan la famosa frase de Monroe: "América
para los americanos". A esos personajes les interesa América Latina para
despojarla de sus riquezas naturales, para explotar a sus pueblos y
subordinarlos política, económica y culturalmente al imperio. En otras
palabras, Estados Unidos quiere que América Latina, su patio trasero y
el Caribe, su lago particular, sean colonias del imperio o tengan un
status similar a Puerto Rico.
A ese tenor se rigió el Subsecretario de Estado Adjunto
de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco
Palmieri, quien al presentar el evento destacó la importancia que la
región mantiene para los intereses estratégicos y económicos de Estados
Unidos. "Juntos, con nuestros socios, perseguimos una visión compartida:
un hemisferio seguro, democrático y libre, – una región con orden y ley
a lo largo de nuestras fronteras, donde las redes criminales
transnacionales y los caminos para las actividades ilícitas se cierran,
Región donde el terrorismo no puede arraigar. Esta región puede ser
conocida por su paz y prosperidad – una que puede y enfrentará desafíos
globales juntos ", expresaba Palmieri. En otras palabras, ya ordenó a
América Latina cual debe ser su comportamiento, según la óptica del
imperio.
En la 47ª Conferencia Anual de Washington sobre las
Américas compareció el Senador y Presidente del Comité Senatorial de
Servicios Armados John McCain y el Gobernador del Estado de Colorado
John Hickenlooper. El senador McCain se refirió a las renegociación del
TLCAN, los inmigrantes indocumentados, la seguridad centroamericana y
las próximas elecciones presidenciales de México. Fiel al injerencismo
imperial sostuvo los mismos objetivos que Trump mantiene en sus
discursos.
McCain pidió un papel más activo de Estados Unidos en la
crisis de Venezuela. "Esto es una afrenta a todo lo que representamos
dentro de nuestro propio hemisferio", dijo. "Si realmente creemos en los
derechos humanos, debemos tener el presidente de los Estados Unidos
hablando." La misma perorata de las derechas más recalcitrantes y su
intervencionismo contra la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Otros expositores de la línea ultraconservadora en la
47a Conferencia de Washington sobre las Américas incluyeron al Analista
Político Senior de Washington, Michael Barone; a la Jefa de Asuntos
Internacionales de Política, a la columnista Susan Glasser; el
editorialista del Washington Post, Charles Lane; al presidente y
fundador de NDN, Simon Rosenberg; y al jefe de la oficina del Financial
Times en Washington, Demetri Sevastopulo, entre otros.
Para continuar con las proclamas de Trump, el secretario
de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, manifestaba que su país
buscará "un calendario más agresivo" para renegociar el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) e insistió en que aún no ha
decidido si será "un nuevo acuerdo trilateral o dos bilaterales" con
Canadá y México. Ross reconoció que "los empresarios odian la
incertidumbre", por lo que trabajarán para "evitar este problema", al
referirse a la falta de precisión del Gobierno estadounidense sobre el
proceso de renegociación del TLCAN, en vigor desde 1994 con Canadá y
México, que es una promesa de campaña del presidente Donald Trump.
El secretario de Comercio, quien ha sido designado por
Trump para liderar las discusiones, apuntó que "pronto" se enviará al
Congreso la carta con 90 días de antelación para cumplir con el
requisito formal para el inicio las conversaciones. En este sentido,
mostró su esperanza de que el Senado apruebe a Robert Lighthizer como
representante de Comercio Exterior de EE.UU., figura clave para esta
renegociación.
Quizá quepa destacar la parte del discurso de Ross
cuando recalcó que, pese a las acusaciones de proteccionismo, el nuevo
Gobierno de EE.UU. no busca "una guerra comercial con nadie" y menos con
sus "aliados de Latinoamérica". A estas alturas nos estamos enfocando
más en la sustancia que en la forma, pero cuando nos acercamos a las
negociaciones comerciales
nuestra primera prioridad deben ser nuestros vecinos cercanos". No
obstante, subrayó que el objetivo de Washington es trabajar por "un
comercio justo" y reducir los déficit comerciales y que "la imposición
de aranceles" sólo será empleada "cuando las otras herramientas hayan
fallado".
Las dudas sobre el futuro del TLCAN están comenzando a
incrementarse ante los comentarios dispares y, a veces contradictorios,
que han salido últimamente de la Casa Blanca. A finales de abril, Trump
sorprendió al afirmar que estaba listo para terminar el TLCAN de una vez
por todas, pero que optó por renegociar el acuerdo después de que se lo
pidieran su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro
canadiense, Justin Trudeau.
El mandatario reconoció que retirar a Estados Unidos del
TLCAN sería "un golpe bastante grande para el sistema", pero agregó
que, si es "incapaz de alcanzar un acuerdo justo para los trabajadores y
empresas estadounidenses", entonces sí lo "finalizará".
Los expositores en el Foro sobre de Washington sobre las Américas fueron:
Wilbur Ross, Secretary, U.S. Department of Commerce
John Hickenlooper, Governor, State of Colorado @hickforco
John McCain, Senator, U.S. Senate @senjohnmccain
Marco Rubio, Senator, U.S. Senate @marcorubio (Watch the senator’s remarks)
Francisco Palmieri, Acting Assistant Secretary, Bureau of Western Hemisphere Affairs, U.S. Department of State
François-Philippe Champagne, Minister, International Trade, Government of Canada
Michael Barone, Senior Political Analyst, The Washington Examiner @michaelbarone
Susan Glasser, Chief International Affairs Columnist, POLITICO @sbg1
Charles Lane, Editorial Writer, The Washington Post @chucklane1
Simon Rosenberg, President and Founder, NDN @simonwdc
Demetri Sevastopulo, Washington Bureau Chief, Financial Times @dimi
Andrés Gluski, Chairman, Americas Society/Council of the Americas
Susan Segal, President and CEO, Americas Society/Council of the Americas @s_segal
Eric Farnsworth, Vice President, Americas Society/Council of the Americas @ericfarns
Donald Trump en su campaña política para llegar a la
Presidencia de Estados Unidos acogió todas las propuestas del senador
Rubio de origen cubano y casado con una dama colombiana respecto de las
relaciones con Cuba. Rubio se declaró enemigo de la propuesta de Obama
para poner fin al rompimiento de relaciones diplomáticas con Cuba.
Contrarrevolucionario pertinaz de la mafia
cubano-americana de Miami, Rubio odia a la Revolución Cubana y a sus
líderes quizá más que el resto de participantes en la 47 Conferencia de
Washington sobre las Américas, razón por la que apenas toparon las
relaciones con Cuba, lo que confirma con las declaraciones de Palmieri,
Subsecretario interino para el Hemisferio Occidental, que simplemente
decía que su gobierno realiza todavía una "revisión integral" de su
política hacia Cuba.
En el pasado mes de febrero, el portavoz de la Casa
Blanca Sean Spicer, luego de que en la campaña electoral Trump, dejó
entrever la posibilidad de revertir el "deshielo" iniciado por Barack
Obama. Sin embargo, Palmieri fue más allá al expresar que "A medida que
avanzamos en la revisión, sospecho que emergerán importantes diferencias
en cómo este gobierno planea afrontar la situación en Cuba". Como
siempre, para tratar de justificar su antipatía a la Revolución cubana,
se refirió al tema de los derechos humanos.
"Una de las áreas que va a ser una alta prioridad será
asegurarnos de que Cuba hace avances más sustantivos hacia un mayor
respeto a los derechos humanos dentro del país. Esa es, ciertamente, un
área en la que veremos un mayor énfasis cuando la revisión se complete",
afirmó Palmieri con lo reiteraba lo que dijera Spicer, que, además,
aseguraba la tesis de Donald Trump que "está comprometido con una agenda
que garantice los derechos humanos", lo que daba prioridad al tema en
los futuros vínculos con la Isla.
Trump y sus adláteres sostienen la reiterada tesis de
los derechos humanos en Cuba, sin enterarse que organismos
internacionales como la propia ONU que reconoce el respeto a los
derechos humanos en Cuba. En su comunicado, los diplomáticos cubanos les
recordaron a los políticos estadounidenses que la Isla es parte de 44
de los 61 instrumentos internacionales reconocidos en el tema de
protección de los derechos humanos, "mientras que los Estados Unidos
solo han asumido obligaciones con 18 de estos instrumentos".
La realidad de los derechos humanos en Estados Unidos es
catastrófica. Los afroamericanos son asesinados por las policías
blancas, son discriminados, ofendidos y humillados al igual que el resto
de minorías estadounidenses. La población carcelaria de Estados Unidos
es mayoritariamente negra con alrededor del 90%, la pobreza y extrema
pobreza se localizan en la población afroamericana, lo mismo que la
drogadicción y múltiples formas delincuenciales. Si n hay un país en
dponde más se violan los derechos humanos es en Estados Unidos, el
"ejemplo de democracia y respeto a los derechos humanos".
Sin embargo, Estados Unidos insiste en el tema de los
derechos humanos a pesar de que mantiene el genocida bloqueo contra
Cuba. "El propio mandatario republicano llegó a tuitear después de su
elección: "Si Cuba no está dispuesta a hacer un mejor acuerdo para los
cubanos, los cubanoamericanos y Estados Unidos en conjunto, terminaré el
trato."
Más recientemente, a mediados de abril, la embajadora
estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, incluyó a la Isla entre los
países donde "se desprecian ampliamente los derechos humanos".
En el pasado mes de febrero, congresistas republicanos y
demócratas viajaron a Cuba y expresaban que el progreso de las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba "es inevitable". El senador
demócrata Patrick Leahy, dijo entonces que no es posible regresar a "una
política fallida de 50 años".
"En abril, el gobernador de Mississippi, Phil Bryant,
convocó desde La Habana al presidente Trump a retomar las negociaciones
iniciadas por la administración anterior. Y poco después un grupo de
militares estadounidenses de alto rango ya retirados hizo el mismo
llamado al gobierno de su país.
"La ubicación de Cuba en el Caribe y la proximidad a los
Estados Unidos la convierten en un socio natural y estratégicamente
valioso sobre cuestiones de interés inmediato, incluido el terrorismo,
el control de fronteras, el enfrentamiento a las drogas, la protección
del medioambiente, y el manejo de emergencias", escribieron los
militares en una carta coordinada por la organización no partidista
American Security Project (ASP).
El pasado 1ro de mayo, un editorial de The New York
Times abordó lo que llamó un debate "silencioso" sobre Cuba en la Casa
Blanca, en el que –junto a una corriente que desea revertir lo hecho por
Obama– señaló la existencia de una numerosa coalición pro-engagement
compuesta por legisladores demócratas y republicanos, intelectuales y
jóvenes cubanoamericanos que pide a la presidencia seguir construyendo
sobre lo heredado.
Esta es una posición compartida por agricultores y
empresarios de los Estados Unidos, deseosos de posicionarse en un
mercado en apertura a la inversión extranjera y el comercio global.
También por un amplio número de estadounidenses que, aun cuando no
pueden viajar a Cuba como turistas a causa de las leyes del bloqueo,
continúan visitando la Isla.
El gobierno cubano, por su parte, ha sido cauteloso en
sus declaraciones sobre la actual administración. En enero, poco después
de la investidura de Trump, el presidente Raúl Castro confirmó la
voluntad de La Habana de proseguir el "diálogo respetuoso" y la
cooperación en temas de interés común con el nuevo presidente
estadounidense.
"Cuba y los Estados Unidos pueden cooperar y convivir
civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello
que beneficie a ambos países y pueblos", dijo entonces Raúl, aunque
reafirmó que "no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones
inherentes a su soberanía e independencia".
Por su parte, Tomasz Malinowski, secretario adjunto para
Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado,
expresaba que existe la necesidad de "relacionarse civilizadamente
dentro del reconocimiento y el respeto a esas diferencias".
La 47th. Conferencia de Washington sobre las Américas
concluyó sin que el "nuevo" Washington se mostrara capaz de respetar la
soberanía e independencia de los países y pueblos de América a Latina y
el Caribe. De manera directa o velada continúa la política injerencista
con la que el imperio cree que debe dar lecciones de democracia y
respeto a las libertades y derechos de los pueblos, cuando
históricamente han sido los Estados Unidos los que han atropellado y
destruido democracias y derechos humanos al imponer dictaduras crueles y
sanguinarias que, conjuntamente con la Agencia Central de Inteligencia
-CIA-, han asesinado, desaparecido y masacrado a los pueblos
latinoamericanos y caribeños. Hoy Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia
están en la mira imperial.
Correo electrónico: tribunalpazecuador.yahoo.com
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