Miguel
Blesa, protagonista de uno de los mayores casos de corrupción de España
de los últimos años, apareció muerto hoy en una finca de caza, con un
disparo en el pecho. Aunque, en principio tanto los investigadores como
sus familiares creen que se trató de un suicidio, no se descarta ninguna
hipótesis, a la espera de la autopsia.
Blesa se hospedaba en la finca Puerta del Toro, en la localidad de Villanueva del Rey, en Córdoba, y su cuerpo apareció junto a un coche, en el estacionamiento del inmueble, con un disparo de rifle en el tórax. Luego de desayunar con el dueño de la finca, le dijo a su anfitrión que movería su auto de lugar. Pocos minutos después se oyó un disparo. A las 8,40 de la mañana un servicio de emergencias certificó la muerte del banquero.
El entorno de Blesa negó que el empresario estuviera deprimido aunque reconoció que estaba preocupado por las derivaciones judiciales del caso Caja Madrid, ahora en manos del Tribunal Supremo.
El caso estalló cuando dejó la presidencia del banco, que ejerció entre 1996 y 2009. En febrero pasado había sido condenado a seis años de prisión por el uso de de las tarjetas corporativas, las llamadas “tarjetas black”, concedidas a los principales ejecutivos de Caja Madrid, que no estaban obligados a justificar los gastos. Viajes, restaurantes de lujo, vinos para Navidad, fueron algunos de los gastos registrados. En su caso, fueron 436 mil euros.
Mientras Blesa esperaba la ratificación de su primera condena, seguía abierta otra causa en la cual se investigaba un desfalco de casi quince millones de euros en perjuicio de la misma Caja Madrid, que podría haberle sumado otros cuatro años más de cárcel.
Además de Blesa, en la misma trama de corrupción estaban implicados el ex titular del FMI y ex ministro de Economía del Partido Popular, Rodrigo Rato, quien sucedió a Blesa al frente de Caja Madrid y ató los destinos de la banca madrileña a una nueva entidad, con sede en Valencia, Bankia, donde ganaba 2,3 millones de euros al año, uno de los sueldos más altos de toda la banca española.
Rato y Blesa habían hecho carrera en el Partido Popular, uno de cuyos bastiones ha sido desde hace años la Comunidad de Madrid. De allí que accedieran al control de Caja Madrid, que al momento de la asunción de Blesa era la segunda entidad de ahorros en España.
El trama de corrupción de Caja Madrid se sumó al tendal de denuncias que comprometen al PP, entre ellas el “caso Gürtel” y la contabilidad paralela del ex tesorero Luis Bárcenas.
Blesa se hospedaba en la finca Puerta del Toro, en la localidad de Villanueva del Rey, en Córdoba, y su cuerpo apareció junto a un coche, en el estacionamiento del inmueble, con un disparo de rifle en el tórax. Luego de desayunar con el dueño de la finca, le dijo a su anfitrión que movería su auto de lugar. Pocos minutos después se oyó un disparo. A las 8,40 de la mañana un servicio de emergencias certificó la muerte del banquero.
El entorno de Blesa negó que el empresario estuviera deprimido aunque reconoció que estaba preocupado por las derivaciones judiciales del caso Caja Madrid, ahora en manos del Tribunal Supremo.
El caso estalló cuando dejó la presidencia del banco, que ejerció entre 1996 y 2009. En febrero pasado había sido condenado a seis años de prisión por el uso de de las tarjetas corporativas, las llamadas “tarjetas black”, concedidas a los principales ejecutivos de Caja Madrid, que no estaban obligados a justificar los gastos. Viajes, restaurantes de lujo, vinos para Navidad, fueron algunos de los gastos registrados. En su caso, fueron 436 mil euros.
Mientras Blesa esperaba la ratificación de su primera condena, seguía abierta otra causa en la cual se investigaba un desfalco de casi quince millones de euros en perjuicio de la misma Caja Madrid, que podría haberle sumado otros cuatro años más de cárcel.
Además de Blesa, en la misma trama de corrupción estaban implicados el ex titular del FMI y ex ministro de Economía del Partido Popular, Rodrigo Rato, quien sucedió a Blesa al frente de Caja Madrid y ató los destinos de la banca madrileña a una nueva entidad, con sede en Valencia, Bankia, donde ganaba 2,3 millones de euros al año, uno de los sueldos más altos de toda la banca española.
Rato y Blesa habían hecho carrera en el Partido Popular, uno de cuyos bastiones ha sido desde hace años la Comunidad de Madrid. De allí que accedieran al control de Caja Madrid, que al momento de la asunción de Blesa era la segunda entidad de ahorros en España.
El trama de corrupción de Caja Madrid se sumó al tendal de denuncias que comprometen al PP, entre ellas el “caso Gürtel” y la contabilidad paralela del ex tesorero Luis Bárcenas.
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