México y Japón elaboran mapa digital de Tenochtitlán
El estudio servirá de
base para la reconstrucción hipotética del recinto sagrado. Su
información es tridimensional y su formato digital.
(Imagen: La Jornada)
El estudio servirá de base para la reconstrucción hipotética del recinto sagrado, explicó en entrevista con el diario La Jornada el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, quien encabeza al grupo de especialistas junto con el investigador japonés Saburo Sugiyama.
Este nuevo mapa “tiene como características principales su precisión milimétrica, su información de tipo tridimensional y su formato digital”.
Esto último, añade el arqueólogo, permite modificarlo y enriquecerlo constantemente con los resultados de trabajos de campo y gabinete que están en curso.
Los expertos recurrieron a los adelantos tecnológicos más recientes, se valieron de posicionadores satelitales, estaciones totales de última generación, escáneres tridimensionales, cámaras digitales y programas de cómputo que aún se desarrollan en Japón.
De esta forma lograron incorporar al nuevo mapa todos los vestigios prehispánicos hoy día expuestos en el Centro Histórico de la ciudad de México: en la zona arqueológica del Templo Mayor, el Palacio del Marqués del Apartado, el Colegio de Cristo, el Centro Cultural de España, el Mayorazgo de Nava Chávez (conocido como Las Ajaracas), la Plaza Gamio, el predio de Guatemala 16, además del Sagrario Metropolitano, el antiguo Arzobispado, el Palacio Nacional, la casa de los Condes de Santiago Calimaya y la estación Pino Suárez, del Metro.
“Hasta ahora la superficie total topografiada representa poco más de 18 mil metros cuadrados”, señala López Luján, quien desde 1980 realiza investigaciones arqueológicas en el área y desde 2006 encabeza las excavaciones en torno al majestuoso monolito con la representación de la deidad de la tierra, Tlaltecuhtli.
Entre los múltiples usos del mapa digital, subraya Leonardo López Luján, destacan “el cálculo exacto de las dimensiones de los edificios mexicas, la identificación de antiguos sistemas de medida, el registro de las modificaciones arquitectónicas que sufrieron los edificios a lo largo del tiempo, así como la elaboración de modelos hipotéticos tridimensionales que ofrecen información sobre las características de las distintas etapas constructivas del Templo Mayor y el gasto energético que implicó su edificación”.
(Con información de La Jornada)
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