La corrupción se ha convertido en un problema a nivel mundial y México desafortunadamente no es la excepción.
Si
buscamos en el diccionario el significado de la palabra corrupción, uno
de los más exactos es: acto ilícito que consiste dar dinero a cambio de
algo deseado, pero tal parece ser que los mexicanos tienen su propia
percepción de esta palabra.A través de los años esta palabra ha cobrado singular importancia entre la población y cómo no ha de serlo, si tan solo en 2016 las pérdidas registradas por este cáncer alcanzaron a ser cinco veces más que en el resto del mundo. En promedio las pérdidas por corrupción a nivel internacional llegan a 2 % del PIB del planeta, en el país es de hasta 10 %, así lo advirtió la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Gracias a estas lamentables cifras, de acuerdo con el índice de Percepción de Corrupción de 2016, México alcanzó un nada honorable lugar 123 entre 176 economías analizadas. En el año 2000 estaba en la casilla 59.
A lo largo del tiempo en México han existido débiles intentos para intentar combatir este mal, simulaciones como el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) que continúa sin el nombramiento de un fiscal y de acuerdo a los expertos podría tardar hasta un año, ya que ese proceso se cruza con la reforma para dotar de autonomía a la Procuraduría General de la República (PGR) y convertirla en una Fiscalía General.
La corrupción es un cáncer que aqueja a la sociedad, que no distingue entre culturas y países y que lejos de erradicarse parece crecer más y más.
Hiram Hurtado, México
akm/hnb
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