lunes, 14 de agosto de 2017

Fidel Castro, la armonía en torno a la Humanidad*


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Fidel Castro, la armonía en torno a la Humanidad* Kaos en la red


El 13 de Agosto de 1926, llegó al mundo destinado a dar señales de Devoción por los seres humanos. La Paloma se ha encargado de confirmarlo
Un parteagua en la Historia de Cuba sin duda lo constituye el Gran Enero de 1959 que llevó a que el pueblo cubano conquistara el inicio de su auténtica emancipación con el liderazgo del Eterno Comandante en Jefe de la Revolución Cubana (1). En ello, una brújula cercana está en sus discursos de los primeros días de ese mes, particularmente el del 8 en la antigua fortaleza de Columbia, hoy Ciudad Escolar, en La Habana (2).
En esa oportunidad, Fidel realizó una advertencia significativa: “Una de las ansias mayores de la nación, consecuencia de los horrores padecidos, por la represión y por la guerra, era el ansia de paz, de paz con libertad, de paz con justicia y de paz con derechos. Nadie quería la paz a otro precio”. “Lo que no perdonaría hoy nadie en Cuba sería que alguien conspirase contra la paz”.
Así, se me ocurre pensar que hubo una Paloma —entre las tantas que fueron entrenadas para saludar con su vuelo la llegada del Ejército Rebelde en la Caravana de la Libertad a la capital de la República— que ¿por mandato Divino? se posó en el hombro izquierdo (¡!) del Líder indiscutible del pueblo cubano para anticipar que en la perspectiva la lucha por la Paz equivaldría a tributar a la armonía en torno a la Humanidad, razón de ser de nuestro proceso revolucionario.
(Vale recordar que en la misma ocasión él pregunta y responde: “¿Quiénes pueden ser hoy o en lo adelante los enemigos de la Revolución? ¿Quiénes pueden ser ante este pueblo victorioso, en lo adelante, los enemigos de la Revolución? Los peores enemigos que en lo adelante pueda tener la Revolución Cubana somos los propios revolucionarios”. Y luego, acota: “Creo que todos debimos estar desde el primer momento en una sola organización revolucionaria”).
Tres décadas después, volvió Fidel al mismo escenario y expresó:
[Frente a la marcada debilidad del socialismo liderado por Moscú (3)] La actual generación tiene la tarea de consolidar la Revolución, perfeccionar la Revolución y defender la Revolución; la actual generación tiene la tarea de fortalecer los mecanismos de defensa de la patria, para defender la integridad y la independencia del país; la nueva generación tiene que perfeccionar y desarrollar el socialismo y defender el socialismo. Algunos pueden haber pensado que esa etapa pasó; sin embargo, nuestro criterio y nuestra convicción más profunda es que esa etapa está más presente que nunca” (4).
Encuentro en esas palabras otra advertencia para que cubanas y cubanos —más allá de ese traumático momento internacional— continuáramos la construcción de nuestra Patria Revolucionaria y Socialista, condición indispensable para existir en la propia Paz pro armonía entre los seres humanos por la cual miles y miles de Hombres y Mujeres a lo largo y ancho del país entregaron sus mejores energías y hasta la vida.
Así, se me ocurre pensar también que ¿por otro mandato Divino? la reencarnación de la misma Paloma, pasado 30 años, volvió a posarse en el hombro de Fidel, específicamente en el derecho, esta vez para anunciar literalmente que marchábamos por el camino correcto para el bienestar del grueso del pueblo y en son de coexistencia pacífica —jamás presupone renunciar a nuestro Antimperialismo (5).
Por esa senda, alcanzamos los últimos tiempos. El Compañero Fidel continuó su quehacer revolucionario como contribución a la lucha de los pobres de la Tierra por un mundo de oportunidades para infantes, adolescentes, jóvenes y personas adultas; para la prosperidad, felicidad y sostenibilidad en mujeres y hombres; para la buenaventura de quienes habitamos el universo, sin el menor asomo de discriminación. Con fuerza descomunal su pensamiento recurrentemente hace acto de presencia (6), sin descartar que ni en los momentos más graves de su enfermedad dejó de aportar su sabiduría y experiencia ante cada problema y decisión cardinal en la Mayor de las Antillas (7).
Confieso que he pensado más de una vez en la posibilidad de que el discípulo sin par de José Martí (8) y anunciador de la necesidad de “luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo” (9) haya tenido tiempo para hacer realidad lo que publicó justamente doce meses atrás, a saber: “Deseo expresar mi más profunda gratitud por las muestras de respeto, los saludos y los obsequios que he recibido en estos días, que me dan fuerzas para reciprocar a través de ideas que trasmitiré a los militantes de nuestro Partido y a los organismos pertinentes” —las negritas son mías (10). ¡Ojalá que SÍ!
Llegó el momento en que el Fidel nuestro del día a día saltara al infinito (11). Millones y millones de compatriotas e individuos en el mundo entero hicimos nuestro el verso “aprendimos a saberte eterno/ así como Olofi, Jesucristo” (12). En el orden personal, de cara a su actual trinchera de combate, exclamé que por la Revolución Cubana mi Madre me inculcó Lealtad a él y que así será mientras respire (13). Y entretanto, otra vez ¿por mandato Divino? asoma la reencarnación de la misma Paloma, ahora en Santa Ifigenia.
Testigos acreditan que esa especie de ave milagrosa escogió para posarse el conjunto escultórico de Fidel Alejandro Castro Ruz en el camposanto de Santiago de Cuba; que nadie sabe exactamente cuándo llegó, pero hace más de seis meses se alza, vuela lejos y siempre regresa a allí; que los más asiduos cuentan que en las tardes tranquilas, abandona su pináculo y llega hasta la piedra; y que unos dicen que la cuida, al tiempo que para otros es un símbolo mesiánico de Paz (14).
Entonces, un día como hoy tengo a bien revelar que me acompaña la convicción según la cual el 13 de Agosto de 1926 nuestro Líder Histórico llegó al mundo destinado a dar señales de Devoción por los seres humanos, todavía más a juzgar por las veces en que la Paloma sui géneris se ha encargado de confirmar que Fidel Castro nació para la armonía en torno a la Humanidad. Sobran razones, pues, para que los agradecidos/as lo resguardemos en nuestros corazones. ¡Amén!
Referencias:
  • El autor es Presidente de la Cátedra Honorífica de Estudio del Pensamiento y Obra de Fidel Castro Ruz en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Cuba.

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