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Los responsables de tantas muertes acusan a #Cuba de afectar a sus diplomáticos en La Habana.
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El contexto de este malpaso estadunidense es la contraofensiva que la derecha venía empujando en América Latina por medio de un puñado de viejos y nuevos métodos. Estos coinciden en desacreditar gobiernos legítimamente electos para derrocarlos de una u otra forma y, acto seguido, instaurar un orden “constitucional” a su gusto, mediante escenificaciones electorales propias de una “democracia” reducida a orquestar comicios periódicos que así lo mantengan y reproduzcan. Eso no se inventó ayer; así le serrucharon el piso a Getulio Vargas, a Perón y a Salvador Allende, entre otros. Pero ayer como hoy, todos sabemos que ese género de campañas no funciona localmente sino a escala global: para implementarla se necesita conspicuo apoyo político, logístico y mediático estadunidense.
Para dorar la píldora, la jerga diplomática de Obama a eso ahora lo denomina “transición”. Últimamente los ejemplos han evolucionado de unos golpes bastante burdos como los perpetrados en Honduras y Paraguay a operaciones metódicamente más sofisticadas, con importantes componentes mediáticos que luego inducen movilizaciones sociales supuestamente no partidistas y hasta no políticas, como está haciéndose en Argentina y Brasil.
En Venezuela el mismo esquema se aplicó desde los inicios del proceso revolucionario chavista. Las campañas mediáticas de los primeros años instigaron movilizaciones “apolíticas” y culminaron en un cruento golpe de estado. Luego, tras la elección de Nicolás Maduro, reprodujeron el esquema suponiendo que sin Chávez eso podía resultar. Pero tal conspiración, con sus “guarimbas” solo causó más muertes, destrozos y descrédito sin cumplir el objetivo de defenestrar el gobierno por medios no electorales. Fiasco que el reciente complot tampoco logró remontar.
Esta reiteración de fracasos deformó el modelo hasta volverlo contraproducente. Venezuela está en vísperas de elecciones legislativas a las que la derecha irá escindida entre quienes se obstinan en repetir la intentona golpista y quienes buscan un relevo constitucional. Si la oposición ganase, el Congreso podría convocar un referéndum para revocar el actual mandato presidencial.
Sin embargo, en el momento más inoportuno este traspié de Obama pone a la vista todas las cartas de Washington como protagonista visible de la crisis venezolana, destruyéndole la excusa de que los problemas y conflictos existentes en Venezuela se debían al malestar causado por desaciertos de su propio gobierno. Al hacerlo, desnuda a Estados Unidos como potencia intervencionista en las antevísperas de la venidera Cumbre de las Américas, donde la normalización de las relaciones ofrecía una notable oportunidad de reacercamiento con América Latina.
En medio de los graves líos en que Washington sigue envolviéndose alrededor del mundo, el presidente norteamericano estropea lo poco que parecía listo para salir bien. Hay dos figuras que eso recuerda: la del torpe que emborrona con el codo la fina caligrafía que una vez logró trazar, o la del rey que desfila desnudo ante la multitud… con la diferencia de que este monarca se desviste a si mismo sobre la marcha.
– Nils Castro es escritor y catedrático panameño
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Hay que tener muy poca vergüenza para hacer ese tipo de acusación contra Cuba, país víctima de cientos de ataques mortales por parte de Estados Unidos.
¿Se les habrá olvidado a los funcionarios del Departamento de Estado, que fue Estados Unidos quien intentó asesinar al presidente Fidel Castro cientos de veces y ante la denuncia no les quedó otro remedio que conformar una comisión senatorial, conocida como Comisión Church, la cual reconoció casi una decena de intentos de asesinato, por el solo hecho de que Fidel tenía una línea de pensamiento diferente a la de ellos? Eso es un delito grave y jamás la ONU los condenó.
Tendrán los yanquis tan mala memoria para no recordar la epidemia de meningoencefalitis introducida en Cuba en 1964, causante de la muerte de decenas de niños y la del dengue hemorrágico en 1981, que solo en ese año provocó la muerte de 158 personas, de ellas 101 niños e infectó a 344 mil 203.
Los que poseen laboratorios especiales para la producción de armas letales son precisamente los Estados Unidos y es público que de tales centros salen numerosas epidemias que infestan a pueblos inocentes.
En 1986 un informe elaborado para el Congreso de Estados Unidos, aseguró que el Gobierno de ese país logró conformar agentes biológicos, entre ellos virus modificados, toxinas naturales y agentes alterados mediante la ingeniería genética, para cambiar su carácter inmunológico e impedir el tratamiento por medio de todas las vacunas existentes en la actualidad.
Un año después, el Departamento de Defensa admitió que continuaba la ejecución de investigaciones en 127 institutos y universidades de toda la nación, para el desarrollo de agentes biológicos, a pesar de la prohibición establecida en tratados internacionales firmados por Estados Unidos. El centro principal de toda esa actividad se encuentra .
Cuba siempre ha sido respetuosa de los tratados y convenciones internacionales sobre la protección de las misiones diplomáticas acreditadas en la isla. Quienes no la respetan son los Estados Unidos que utilizan los locales de su misión diplomática, para realizar actos de espionaje electrónico y con fuentes humanas, así como la preparación e instigación de la contrarrevolución interna para ejecutar actos provocativos contra el gobierno cubano.
El mundo debe saber que los Estados Unidos son los responsables de introducir enfermedades contra otros países y no es Cuba la que provoca enfermedades a seres humanos.
Ejemplo de esos actos criminales fue la contaminación en 1931, de cientos de ciudadanos puertorriqueños con células cancerígenas, cuando Cornelius Rhoads, realizaba ciertos experimentos médicos patrocinados por el Instituto Rockefeller, quien además formó parte de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU.
¿Ya no recuerdan en la Casa Blanca que, en el año 1951, Estados Unidos utilizó plumas de aves infectadas con Ántrax para enfermar a la población de Corea del Norte y que posteriormente también inoculó la fiebre amarilla en ese país?
Y qué dicen los puritanos funcionarios del Departamento de Estados, respecto a lo ejecutado en 1966 por el Pentágono cuando diseminó a través las rejas de ventilación del metro de Nueva York, varias bolsas con la bacteria Bacillus subtilis, exponiendo a más de un millón de personas.
Otro acto semejante ocurrió en 1990 en Los Ángeles, California, cuando especialistas en guerra biológica aplicaron de forma experimental, la vacuna del sarampión a bebes negros y latinos para observar su reacción ante esa enfermedad.
Hace solo 6 años, en el 2011, el ex presidente de Guatemala, Álvaro Colom, denunció que Estados Unidos inoculó enfermedades venéreas a 696 guatemaltecos durante 1946 y 1948. Ante el escándalo que esa acción provocó, el gobierno de Estados Unidos solo pidió disculpas, pero no indemnizó a nadie ni fue condenado por los organismos encargados de velar por el respeto a los derechos humanos.
Es evidente que los funcionarios yanquis han perdido la audición, porque no escuchan los reclamos del mundo para que eliminen la despiadada guerra económica, comercial y financiera que pretende matar por hambre y enfermedades a 11 millones de cubanos.
Aun no se conoce qué tenebrosos planes se ocultan tras la falsa acusación contra Cuba, respecto ante el supuesto ataque acústico contra sus diplomáticos, pero lo que sí está más que definido es que son los propios Estados Unidos quienes tienen una larga historia de crímenes en el mundo en esa materia.
Tampoco es descartable que se trate de una auto provocación para actuar contra la Revolución; la explosión del acorazado Maine en 1898 para justificar su intervención en la guerra contra España, está muy presente en el pueblo cubano que conoce de lo que son capaces, como lo fue la guerra contra Iraq acusándolos de poseer armas químicas que nunca existieron.
Podrán fabricar historias de todo tipo, pero los cubanos nunca se rendirán ante ellos, porque como dijera José Martí:
“Alzar la frente es mucho más hermoso que bajarla”
Tomado de El Heraldo Cubano
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