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- Fuente: Agencia AFP
Bombarderos furtivos B-2 de EU intervienen en contencioso coreano
Dos bombarderos furtivos B-2 estadounidenses
con capacidad nuclear realizaron una misión de entrenamiento el jueves
sobre Corea del Sur en un contexto de fuertes tensiones con el régimen
norcoreano, anunció el ejército de Estados Unidos.
Dos bombarderos furtivos B-2 estadounidenses con capacidad
nuclear realizaron una misión de entrenamiento el jueves sobre Corea del
Sur en un contexto de fuertes tensiones con el régimen norcoreano,
anunció el ejército de Estados Unidos.
Los dos bombarderos B-2 Spirit, que partieron de la Base Whiteman de la Fuerza Aérea de Misuri (Estados Unidos, centro), dejaron caer municiones artificiales sobre un blanco en el territorio surcoreano, según un comunicado de las fuerzas norteamericanas acantonadas en Corea del Sur.
Este vuelo, que se inscribe en el marco de importantes ejercicios conjuntos organizados todos los años entre las fuerzas norteamericanas y surcoreanas, “demuestra la capacidad de Estados Unidos para llevar a cabo ataques a grandes distancias, rápidos y cuando quiera”, señaló un comunicado.
Se espera que este anuncio provoque una fuerte reacción de Pyongyang, que recientemente amenazó a Estados Unidos con ataques contra su territorio continental o sus islas de Guam y Hawai, en respuesta a los vuelos de entrenamiento de los B-52 sobre Corea del Sur.
El B-2, que fue utilizado por primera vez en Serbia (1999) y luego fundamentalmente en Afganistán y Libia (2011), “es un elemento importante de la capacidad de disuasión (...) de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico”, precisa dicho texto.
Se trata de una advertencia a Corea del Norte, cuyas autoridades todavía no han digerido la adopción de nuevas sanciones de la ONU después de su ensayo nuclear del 12 de febrero, precedido por el disparo en diciembre de un cohete considerado por Estados Unidos como un ensayo de misil balístico.
Pyongyang denuncia las provocaciones norteamericanas y surcoreanas y afirma que está preparado para responder pese al riego de desencadenar “una guerra termonuclear” en la Península Coreana.
Desde comienzos de marzo y la adopción de nuevas sanciones de la ONU contra Pyongyag, Corea del Norte incrementó aún más su retórica belicosa, amenazando regularmente a Corea del Sur y a su aliado, Estados Unidos, con “ataques estratégicos” y una “guerra total”.
Con 11.000 km de autonomía, el B-2 es un avión temible concebido para misiones especiales de bombardeo estratégico a gran altura (hasta 15.000 metros) tras las líneas enemigas.
Este aparato, considerado indetectable, que vuela alrededor de la velocidad del sonido, puede cargar hasta 18 toneladas de armamento convencional o nuclear, incluyendo 16 bombas de 900 kilos guiadas por satélite u ocho terribles GBU-37 antibúnker.
El secretario norteamericano de Defensa, Chuck Hagel, reiteró el miércoles “el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con nuestra alianza con la República de Corea, especialmente durante esta época de incrementada tensión en la Península Coreana” luego de las amenazas norcoreanas, en una conversación telefónica con su homólogo surcoreano.
Los dos ministros hablaron sobre la firma, la semana pasada, de un nuevo pacto militar entre ambos aliados. Este acuerdo prevé una respuesta conjunta en caso de provocación aunque fuese pequeña por parte de Corea del Norte, como una incursión “limitada” de las tropas del Norte hacia el Sur.
Varios expertos en Corea del Sur consideran que Corea del Norte aumenta sus amenazas sin lograr que la comunidad internacional vuelva a la mesa de negociaciones en conformidad con sus propias condiciones.
Los norcoreanos “refuerzan su retórica, pero la comunidad internacional no reacciona tal como ellos esperaban”, sostuvo Cho Han-Bum, un analista del Instituto Coreano para la Unificación Nacional.
La acrimonia norcoreana se explica también, según estos expertos, debido a la llegada al poder en Corea del Norte del joven Kim Jong-Un en 2011, que lo obliga a consolidar su autoridad sobre el ejército, y a causa de la elección de la presidenta surcoreana de Park Geun-hye, jefa del Partido Conservador, que siempre se ha mostrado muy hostil al régimen comunista desde la Guerra de Corea (1950-53).
Los dos bombarderos B-2 Spirit, que partieron de la Base Whiteman de la Fuerza Aérea de Misuri (Estados Unidos, centro), dejaron caer municiones artificiales sobre un blanco en el territorio surcoreano, según un comunicado de las fuerzas norteamericanas acantonadas en Corea del Sur.
Este vuelo, que se inscribe en el marco de importantes ejercicios conjuntos organizados todos los años entre las fuerzas norteamericanas y surcoreanas, “demuestra la capacidad de Estados Unidos para llevar a cabo ataques a grandes distancias, rápidos y cuando quiera”, señaló un comunicado.
Se espera que este anuncio provoque una fuerte reacción de Pyongyang, que recientemente amenazó a Estados Unidos con ataques contra su territorio continental o sus islas de Guam y Hawai, en respuesta a los vuelos de entrenamiento de los B-52 sobre Corea del Sur.
El B-2, que fue utilizado por primera vez en Serbia (1999) y luego fundamentalmente en Afganistán y Libia (2011), “es un elemento importante de la capacidad de disuasión (...) de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico”, precisa dicho texto.
Se trata de una advertencia a Corea del Norte, cuyas autoridades todavía no han digerido la adopción de nuevas sanciones de la ONU después de su ensayo nuclear del 12 de febrero, precedido por el disparo en diciembre de un cohete considerado por Estados Unidos como un ensayo de misil balístico.
Pyongyang denuncia las provocaciones norteamericanas y surcoreanas y afirma que está preparado para responder pese al riego de desencadenar “una guerra termonuclear” en la Península Coreana.
Desde comienzos de marzo y la adopción de nuevas sanciones de la ONU contra Pyongyag, Corea del Norte incrementó aún más su retórica belicosa, amenazando regularmente a Corea del Sur y a su aliado, Estados Unidos, con “ataques estratégicos” y una “guerra total”.
Con 11.000 km de autonomía, el B-2 es un avión temible concebido para misiones especiales de bombardeo estratégico a gran altura (hasta 15.000 metros) tras las líneas enemigas.
Este aparato, considerado indetectable, que vuela alrededor de la velocidad del sonido, puede cargar hasta 18 toneladas de armamento convencional o nuclear, incluyendo 16 bombas de 900 kilos guiadas por satélite u ocho terribles GBU-37 antibúnker.
El secretario norteamericano de Defensa, Chuck Hagel, reiteró el miércoles “el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con nuestra alianza con la República de Corea, especialmente durante esta época de incrementada tensión en la Península Coreana” luego de las amenazas norcoreanas, en una conversación telefónica con su homólogo surcoreano.
Los dos ministros hablaron sobre la firma, la semana pasada, de un nuevo pacto militar entre ambos aliados. Este acuerdo prevé una respuesta conjunta en caso de provocación aunque fuese pequeña por parte de Corea del Norte, como una incursión “limitada” de las tropas del Norte hacia el Sur.
Varios expertos en Corea del Sur consideran que Corea del Norte aumenta sus amenazas sin lograr que la comunidad internacional vuelva a la mesa de negociaciones en conformidad con sus propias condiciones.
Los norcoreanos “refuerzan su retórica, pero la comunidad internacional no reacciona tal como ellos esperaban”, sostuvo Cho Han-Bum, un analista del Instituto Coreano para la Unificación Nacional.
La acrimonia norcoreana se explica también, según estos expertos, debido a la llegada al poder en Corea del Norte del joven Kim Jong-Un en 2011, que lo obliga a consolidar su autoridad sobre el ejército, y a causa de la elección de la presidenta surcoreana de Park Geun-hye, jefa del Partido Conservador, que siempre se ha mostrado muy hostil al régimen comunista desde la Guerra de Corea (1950-53).
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