sábado, 30 de marzo de 2013

Ven a @ManceraMiguelMx cerca del PRI y del PRD chucho, que es lo mismo, y peleado con @m_ebrard

Ven a @ManceraMiguelMx cerca del PRI y del PRD chucho, que es lo mismo, y peleado con @m_ebrard

La Navidad 
En El Universal, el columnista Jorge Zepeda Paterson hace un interesante análisis de Miguel Ángel Mancera en términos de su cercanía con el PRI y Enrique Peña Nieto (y con el PRD chucho, que es uno de los nuevos partidos paleros del PRI), así como de la distancia que empieza a tomar respecto de su antecesor Marcelo Ebrard Casaubón.
Para empezar, Zepeda ve “deslavada” a la izquierda capitalina. Y tiene razón. Si Ebrard, priista distinguido todo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, ya era poco izquierdista comparado con los primeros dos jefes de gobiernos electos del DF (Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador), Mancera de plano no vibra con los asuntos ideológicos. Mancera, que no pertenece a ningún partido y que ha tenido una breve carrera política, podría representar a cualquier partido sin problemas.
Según Zepeda, “a ojos de Ebrard, incluso, el gobierno actual de Mancera se ha acercado demasiado al PRI de Peña Nieto… Para nadie es un secreto que Mancera no era el candidato de Ebrard… Ebrard y Mancera no se han reunido en privado en más de tres meses… La distancia se ha acentuado por las modificaciones asumidas por el nuevo gobierno con respecto al paquete fiscal 2013 que dan marcha atrás a posiciones de Marcelo”.
Además de eso, está la estrecha relación de Mancera con Peña Nieto: “Ebrard, Morena y los bejaranistas, cada uno por su lado, consideran que el alcalde ha ido mucho más allá de la distancia que debe existir entre gobiernos de distintos partidos. Ellos consideran que la actitud de Mancera con el PRI es un coqueteo con el tricolor. Un coqueteo por demás recíproco. El PRI quiere recuperar el gobierno del DF luego de 21 años de preeminencia perredista (se cumplirán en 2018) y Mancera y un delfín de éste podrían ser la carta para conseguirlo”.
Convertido ya en partido palero del PRI, el PRD chucho ha decidido dejar de apoyar a Ebrard como su opción para parar a AMLO. Los chuchos, así, “han expresado ya su negativa a la candidatura de Ebrard a la presidencia del PRD. Con ello Marcelo queda colgado de una brocha… Mientras tanto, PRD y PRI cortejan a Mancera”.
El columnista termina su texto preguntándose si el carisma de Mancera y el arropamiento del PRI y el PRD chucho “le permitirán superar la curva de aprendizaje, o si su gobierno terminará entre el descrédito y las expectativas frustradas. Tomará un par de años descubrirlo”.
Una pregunta que el columnista Zepeda no se hizo es la de qué hará Ebrard si los chuchos no le permiten llegar a la dirigencia del PRD. ¿Conformarse con ser diputado federal en 2105, como ha dicho Zepeda, para desde ahí tratar de dar el salto a la candidatura presidencial de 2018? ¿Es suficiente eso para aspirar a la Presidencia de México? ¿No estará considerando Ebrard la posibilidad de negociar con AMLO su ingreso, el de Ebrard, a Morena, para ser candidato presidencial apoyado por el propio López Obrador? No es un escenario descabellado. Después de todo, Andrés Manuel se la debe a Ebrard, ¿o no?

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