El luto nacional: vacaciones sexenales “all inclusive” | Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedo Twitter: @GuruPolitico |
Quién conoce la
historia se acuerda del famoso caballero Don Rodrigo Díaz de Vivar,
alias el “Cid Campeador”, héroe épico, cuyos atributos era ser justo,
prudente, templado, leal hasta el sacrificio y temerario en el combate.
Dice la leyenda que este personaje legendario para ganar su última
batalla ante los árabes que habían sitiado la ciudad de Valencia -que
“El Cid” gobernaba- al ser herido de muerte, ordenó que lo amarraran a
su caballo, con una lanza en la mano, para simular la vida y darle
esperanzas a sus hombres de ser apoyados por su líder. La estrategia
resultó favorable, y el “Cid Campeador” ganó la batalla después de
muerto.
A Peña Nieto,
sus patrones lo subieron al “caballo electoral del 2012” metafóricamente
muerto. Lo único que tenía que hacer era leer el teleprompter, simular
que sabía y tenía liderazgo, aunque muchas veces hasta en esto fallaba
(véase el caso de la FIL de Guadalajara). Y sin embargo las similitudes,
el ex gobernador del Edomex no tiene los valores que ostentaba
gallardamente el “Cid Campeador”. Peña Nieto no es prudente y mucho
menos leal hasta el sacrificio, por lo menos no con su pueblo. Hace
menos de un día, de un “plumazo”, el presidente decretó tres días de
duelo nacional por la muerte de al menos 33 personas en la explosión
registrada en las oficinas centrales de Petróleos Mexicanos (Pemex). "La
tragedia nos ha llenado de tristeza como país y por ello México está de
luto y está de duelo", aseguraba el principal político mexicano.
En la red
social Twitter, Peña Nieto escribía sin ambages: "Reitero mi solidaridad
y apoyo a las familias de quienes lamentablemente fallecieron en estos
trágicos hechos". La valiosa solidaridad presidencial duró menos de 24
horas. Y aunque todavía la tarde de este sábado, los equipos
especializados en rescate trabajan en la sede central de Pemex en busca
de sobrevivientes o cadáveres -al menos diez-, el presidente Peña
vacaciona en el lujoso hotel St. Regis, en Punta Mita, ubicada en la
Riviera Nayarita. Y como “las penas con mar son buenas”, el lujoso
paraíso que disfruta EPN nos cuesta a los mexicanos entre 8 mil 256 y 35
mil 232 pesos por persona. Y si es verdad que Peña Nieto presuntamente
viajó con su esposa Angélica Rivera, así como las hijas de la Primera
Dama: Angélica Sofia, Fernanda y Regina, y los vástagos del jefe del
Ejecutivo federal, Paulina Alejandro y Nicole... échele usted números.
Mientras el
priista está “asoleándose” y tomando una piña colada en una playa de
Nayarit, a 100 kilómetros, frente a al hotel donde se encuentra
hospedado, está la prisión de las Islas Marías, donde hubo un motín de
600 reos que se rebelaron contra las autoridades carcelarias por
maltrato. En el estado de Guerrero unas fuerzas civiles, denominadas
“autodefensas”, armadas hasta los dientes y reveladas ante la autoridad,
hartos de la violencia que los aqueja y so pretexto de ello, retienen y
detienen a presuntos delincuentes, retomando así el control que el
Estado perdió hace mucho tiempo.
No es casual
que Peña Nieto vacacione en el mismo lugar donde los Senadores priístas
realizaron su reunión plenaria. Nayarit es el nuevo refugio del PRI. La
desconocedora de la materia turística -pero Secretaria del ramo- Claudia
Ruiz Massieu, ha anunciado importantes inversiones por parte del
Gobierno Federal en dicha zona del país.
Pleonasmo de sí
mismo, el mandatario nacional no manda, sólo hace como que lo hace. Los
errores suelen perdonarse, pero el desprecio popular nunca. Peña Nieto
se equivocó al vacacionar después de la tragedia. Demostró con hechos, a
menos de dos meses de ser investido como presidente constitucional, que
no es él quien dirige el rumbo de la Nación. En su lugar deja a Osorio
Chong y a Videgaray, encargados de conducir el destino de los mexicanos.
Pero ellos tampoco ostentan el poder, son simples empleados de algo más
grande, de alguien más poderoso, el Rey omnipotente y omnipresente...
el “innombrable”.
Sobran razones
para estar de luto. Una de ellas es que tenemos como capitán del barco a
un figurín sin timón. Pero eso sí, un presidente con vacaciones pagadas
por seis años, y, obvio, “all inclusive”.
Politólogo
con estudios en el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Consultor
Político. Se desempeñó como editor en jefe de varios portales, entre
ellos SinEmbargo.Mx. Ha publicado en diversos medios nacionales, entre
ellos Excélsior, y diversos medios estatales, así como sitios web.
Coautor de un libro editado por la Conapred. Correo:
contacto@gurupolitico.com Twitter: @GuruPolitico Facebook: GuruPolitico
*El contenido copiado ha sido publicado originalmente por GURUPOLITICO.COM
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