Corea del Norte eleva su desafío al declararse en "estado de guerra"
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Seúl,
30 mar (EFE).- Corea del Norte se declaró hoy "estado de guerra" con su
vecino Sur, anuncio que Seúl y Washington consideran un episodio más de
su campaña retórica de amenazas, aunque extreman la vigilancia ante la
posibilidad de un ataque.
"Desde este momento, las relaciones Norte-Sur entrarán en estado de guerra, y todas las cuestiones entre el Norte y el Sur se tratarán de acuerdo a la regulación de tiempos de guerra", expuso el régimen de Kim Jong-un en un comunicado difundido este sábado por la agencia estatal KCNA.
"Desde este momento, las relaciones Norte-Sur entrarán en estado de guerra, y todas las cuestiones entre el Norte y el Sur se tratarán de acuerdo a la regulación de tiempos de guerra", expuso el régimen de Kim Jong-un en un comunicado difundido este sábado por la agencia estatal KCNA.
El
líder norcoreano, Kim Jong-un, durante una reunión en la madrugada de
este viernes en la que ordenó tener preparados sus misiles para atacar
en "cualquier momento" intereses de EEUU y Corea del Sur. EFE/KCNA
Pyongyang
también declaró "finalizado" el "estado de la península coreana en el
que no hay paz ni guerra", en referencia a la situación entre Norte y
Sur desde la Guerra de Corea (1950-53), concluida con un armisticio que,
al no haber sido reemplazado por un tratado de paz, sitúa a ambos lados
como enemigos técnicos.
La nueva advertencia norcoreana se produce un día después de que el joven líder ordenara al Ejército Popular del país, uno de los más numerosos del mundo con 1,1 millones de efectivos, disponer sus misiles estratégicos para atacar "en cualquier momento" intereses de EEUU y Corea del Sur.
El último escalón en la ofensiva de amenazas prácticamente diarias de Corea del Norte tuvo inmediata respuesta de la Casa Blanca, que trató de restarle importancia al considerarlo "una declaración poco constructiva" que sigue los patrones de la reciente -y exclusivamente retórica- campaña belicista del Norte.
Caitlin Hayden, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de Washington, remarcó sin embargo que el país "toma en serio las amenazas" de Corea del Norte y seguirá aplicando "medidas adicionales" como "incrementar los interceptores terrestres y radares" en territorio estadounidense.
Mientras, Corea del Sur calificó la ofensiva retórica norcoreana como una serie de "amenazas inaceptables" que "perjudican la paz y la estabilidad" y reiteró su compromiso de responder con dureza a un hipotético ataque del vecino.
Fuentes militares confirmaron, en todo caso, que no detectaron este sábado movimientos inusuales en las tropas norcoreanas, mientras el Ejército "mantiene una estrecha vigilancia" sobre las fuerzas del país comunista, indicó a Efe un portavoz de Defensa de Seúl.
Por su parte, el Ministerio de Unificación, encargado de las relaciones con el Norte, restó valor al último anuncio de Pyongyang, y en línea con la postura de Washington, lo enmarcó en la ofensiva verbal del país comunista.
Ante la situación de tensión imperante en las últimas semanas, China realizó el viernes un llamamiento a la calma a las partes implicadas en el conflicto, a las que instó a "hacer esfuerzos conjuntos para revertir" la crisis que ha convertido a la región en un foco de atención global.
Tradicional aliado y principal valedor del régimen comunista de Kim Jong-un, China confirmó el pasado día 7 su reciente distanciamiento con Corea del Norte al apoyar las sanciones económicas y comerciales que le impuso la ONU tras su tercera prueba nuclear.
Mientras, en la capital surcoreana y sus alrededores, donde más de 20 millones de ciudadanos residen a escasas decenas de kilómetros de la frontera con el Norte, la situación es de absoluta normalidad a pesar del anuncio del país vecino, considerado por la mayoría de expertos locales una estrategia de doble vía.
Dada la precaria situación económica del país, "Corea del Norte usa la tensión para fortalecer el control de la población y del Ejército" además de presionar a Seúl y Washington para lograr ayudas y concesiones, explicó a Efe el investigador Chang Yong-seok, de la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl.
La tensión entre Norte y Sur, que se mantiene en niveles especialmente elevados desde 2010, ha sido la tónica habitual en sus relaciones durante las últimas seis décadas, en las que ambos países han vivido diversas crisis e incluso confrontaciones militares aisladas.
Atahualpa Amerise
La nueva advertencia norcoreana se produce un día después de que el joven líder ordenara al Ejército Popular del país, uno de los más numerosos del mundo con 1,1 millones de efectivos, disponer sus misiles estratégicos para atacar "en cualquier momento" intereses de EEUU y Corea del Sur.
El último escalón en la ofensiva de amenazas prácticamente diarias de Corea del Norte tuvo inmediata respuesta de la Casa Blanca, que trató de restarle importancia al considerarlo "una declaración poco constructiva" que sigue los patrones de la reciente -y exclusivamente retórica- campaña belicista del Norte.
Caitlin Hayden, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de Washington, remarcó sin embargo que el país "toma en serio las amenazas" de Corea del Norte y seguirá aplicando "medidas adicionales" como "incrementar los interceptores terrestres y radares" en territorio estadounidense.
Mientras, Corea del Sur calificó la ofensiva retórica norcoreana como una serie de "amenazas inaceptables" que "perjudican la paz y la estabilidad" y reiteró su compromiso de responder con dureza a un hipotético ataque del vecino.
Fuentes militares confirmaron, en todo caso, que no detectaron este sábado movimientos inusuales en las tropas norcoreanas, mientras el Ejército "mantiene una estrecha vigilancia" sobre las fuerzas del país comunista, indicó a Efe un portavoz de Defensa de Seúl.
Por su parte, el Ministerio de Unificación, encargado de las relaciones con el Norte, restó valor al último anuncio de Pyongyang, y en línea con la postura de Washington, lo enmarcó en la ofensiva verbal del país comunista.
Ante la situación de tensión imperante en las últimas semanas, China realizó el viernes un llamamiento a la calma a las partes implicadas en el conflicto, a las que instó a "hacer esfuerzos conjuntos para revertir" la crisis que ha convertido a la región en un foco de atención global.
Tradicional aliado y principal valedor del régimen comunista de Kim Jong-un, China confirmó el pasado día 7 su reciente distanciamiento con Corea del Norte al apoyar las sanciones económicas y comerciales que le impuso la ONU tras su tercera prueba nuclear.
Mientras, en la capital surcoreana y sus alrededores, donde más de 20 millones de ciudadanos residen a escasas decenas de kilómetros de la frontera con el Norte, la situación es de absoluta normalidad a pesar del anuncio del país vecino, considerado por la mayoría de expertos locales una estrategia de doble vía.
Dada la precaria situación económica del país, "Corea del Norte usa la tensión para fortalecer el control de la población y del Ejército" además de presionar a Seúl y Washington para lograr ayudas y concesiones, explicó a Efe el investigador Chang Yong-seok, de la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl.
La tensión entre Norte y Sur, que se mantiene en niveles especialmente elevados desde 2010, ha sido la tónica habitual en sus relaciones durante las últimas seis décadas, en las que ambos países han vivido diversas crisis e incluso confrontaciones militares aisladas.
Atahualpa Amerise
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