Rusia está dispuesta a suministrar a Siria sistemas antiaéreos S-300
Foto: RIAN
Algunos partidos políticos de Gran Bretaña
calificaron esta medida de craso error la cual, lejos de arreglar el
conflicto, provocaría su escalada.
La decisión de
levantar el embargo, impuesto por Londres y París, de hecho, ha generado
una escisión en la Unión Europea. Austria es uno de los países que se
opone de manera más enérgica al suministro de armas a los rebeldes
sirios. El canciller austríaco, Michael Spindelegger, ha dado a entender
que en caso de iniciarse tal suministro a la oposición siria, Austria
abandonará el contingente de paz, acuartelado en los Altos del Golán y
ocupado por Israel. “El apoyo a la oposición automáticamente convierte a
nuestros soldados en blancos de ataque”, ha expresado el canciller:
—La
UE no debe cruzar la línea roja. Jamás nos hemos puesto del lado de uno
de los bandos en conflicto mediante el suministro de armas. Somos una
comunidad mundial y sería deseable que mantuviéramos esta condición.
La
reacción de Moscú ha sido dura y predecible. El viceministro de Asuntos
Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, ha anunciado la disposición de
Moscú de cumplir todos los contratos de suministro de sistemas
defensivos antiaéreos S-300 a Siria, al calificarlos de “factor
estabilizador” que disuade a algunas mentes retorcidas de la tentación
de internacionalizar el conflicto.
Riabkov ha dicho sin
ambages que al suministrar los S-300, Moscú quiere impedir que se repita
lo que sucedió en Libia en 2011, cuando EEUU y la OTAN decretaron el
espacio aéreo de Libia zona de exclusión aérea y empezaron a bombardear
ese país, apoyando a la oposición armada.
El
levantamiento del embargo socava los esfuerzos por poner coto al
conflicto armado en Siria, ha defendido Serguéi Riabkov en una rueda de
prensa en Moscú:
—Es
lamentable que se haya dado este paso haciendo patente el doble rasero
político aplicado por nuestros socios europeos. No se puede, por un
lado, expresar el deseo de detener el derramamiento de sangre y, por
otro, ir incrementando el suministro de armas a Siria. En rigor, la UE
echa leña al fuego del conflicto, reduciendo las posibilidades de
celebrar una conferencia constructiva sobre el arreglo político en Siria
en cuyo éxito debería, en principio, estar interesado.
La
visita que el pasado 27 de mayo hizo a Siria el senador republicano
estadounidense John McCain evidencia que los planes de intervención ya
se están ensayando. El político cruzó la frontera turco-siria para
reunirse con el general Salim Idris, comandante del Ejército Libre de
Siria. McCain es uno de los partidarios empedernidos de decretar una
zona de exclusión aérea y proveer de armamento pesado a los rebeldes.
Según dijo el portavoz del presidente de EEUU, James Carney, la Casa
Blanca estaba al tanto del viaje de McCain y, ahora, esperan los
resultados. Los rumores sobre una eventual operación militar de EEUU en
Siria ya circulan por Washington. A la luz de ello, el pasado 28 de
mayo, el Pentágono tuvo que desmentir la noticia sobre la enérgica
preparación de una intervención militar, publicada por Newsweek.
El portavoz de la secretaría de Defensa, George E. Little, afirmó que
no se han elaborado planes militares adicionales con respecto a Siria.
Mientras,
los ciudadanos rusos residentes en Siria, preocupados por un eventual
aumento del conflicto, siguen retornando a Moscú. En la madrugada del
pasado 29 de mayo, en un aeropuerto de la capital, aterrizó otro avión
del Ministerio de Situaciones de Emergencia con ciento treinta
ciudadanos de Rusia y de otros países de la CEI que decidieron marcharse
de Siria. Este año, regresaron a su país natal casi cuatrocientos rusos
residentes en Siria en unos diez vuelos.
ach/as/sm
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