Foto: Ángel Aguirre, el gobernador de las matanzas, apapachado en la fiesta del PRD
Ha sido dos veces gobernador. La primera, entre 1996 y 1999. Llegó al cargo por la matanza de Aguas Blancas que obligó a retirarse al entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer.
No se trató de un cambio radical, ya que Aguirre y Figueroa eran, y siguen siendo, cercanísimos.
Los dos, en aquel momento, militaban en el PRI. Aguirre ya no es priista. Se pasó al PRD, partido que durante años lo acusó de represor.
Al señor Aguirre, dichoso él, las tragedias le tienen muy sin cuidado y hasta lo favorecen. En el mejor de los casos, no deja de acudir a fiestas solo por el sufrimiento de los guerrerenses.
La matanza de Aguas Blancas lo hizo gobernador a mediados de los noventa. Y el año pasado, mientras la tormenta Manuel causaba terribles daños en Guerrero, Ángel Aguirre andaba de fiesta. Uno de sus invitados de honor era Figueroa, sí, el acusado de haber causado la carnicería de Aguas Blancas.
¿Por qué el PRD hizo a Aguirre su candidato a gobernador? Fue una decisión de Marcelo Ebrard y Los Chuchos Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Guadalupe Acosta Naranjo y Carlos Navarrete.
Ebrard y Los Chuchos olvidaron que el perredismo, durante años, había denunciado a Ángel Aguirre por sus propias matanzas, como la de junio de 1998 en la comunidad de El Charco, donde fueron acribilladas 11 personas acusadas de colaborar con el grupo guerrillero Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, ERPI.
En la actualidad, el gobierno de Guerrero, se supone que encabezado por Aguirre, no existe.
Recientemente “desaparecieron” más de 40 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, que quizá han aparecido en fosas clandestinas. Se está investigando para determinar si los restos calcinados que se han encontrado son de los jóvenes que nadie encuentra.
Desde luego, el gobierno de Guerrero y su gobernador nada saben. Ni les importa saber.
Para Ángel Aguirre ha sido más importante estar, en la Ciudad de México, en la fiesta del PRD en la que se eligió al nuevo presidente del partido, Carlos Navarrete.
Feliz se ve en la foto al gobernador de las matanzas compartiendo, con los jefes del PRD y los otros gobernadores perredistas, la dicha inicua de estar en la plenitud del pinche poder, por usar la expresión de un gran clásico de la política mexicana.
Y cómo no iba a estar contento en la fiesta perredista, donde Los Chuchos sí se acordaron de Ayotzinapa, pero solo para defender a su gobernador, Aguirre, al que piden que nadie toque ni con el pétalo de una rosa.
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