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Grupo delictivo amenaza con decapitar mujeres si no les entregan sus propiedades; “Ejército los protege”: activista
Redacción Revolución
Grupo delictivo amenaza con decapitar mujeres si no les entregan sus propiedades; “Ejército los protege”: activista
(18
de marzo, 2015.Revolución TRESPUNTOCERO).- Decapitaciones, ejecuciones
extrajudiciales, tortura y desapariciones forzadas son las principales
características de la violencia en El Carrizal, Guerrero,
una más de las comunidades que conforman el círculo de inseguridad que
se ha propagado por toda la entidad, pero principalmente en zonas
rurales donde las autoridades “poco o nada hacen por los pobladores”, a
decir por los afectados de dichas regiones.
“Rostros ensangrentados, muertos a los que primero torturaron, mujeres y hombres mutilados y hasta niños aventados a los barrancos o las carreteras, así es la vida de un año a la fecha en el municipio de Ajuchitlán del Progreso. La muerte ha recorrido todos los caminos y ahora está estacionada en El Carrizal, es un grupo armado el que mantiene asolada a la población, no se ha identificado complemente, pero quieren despojarlos de sus tierras sembrando el miedo a que serán asesinados quienes no se vayan”, asevera a Revolución TRESPUNTOCERO, Alonso Cárdenas, poblador de dicho municipio.
A decir por Cárdenas, hombres con el rostro cubierto y vestidos con ropa militar son los que desde inicio de año han penetrado en la zona causando toda clase de violencia, “desde inicios de 2013 comenzaron a aparecerse, secuestraban jóvenes (hombres), y se los llevaban para trabajar con ellos, muchos padres buscaron oponerse y les quemaron sus viviendas, ese método volvió a repetirse a finales de 2015, pero ahora lo que buscan son las tierras y de nuevo han vuelto a quemar casas”, comenta.
Una fuente de la policía local, quien pidió mantenerse en anonimato, ha dicho a Revolución TRESPUNTOCERO que, “la violencia se ha intensificado por la zona, es paso de droga y por lo tanto la plaza es de las más importantes, las tierras son de cultivo, de lograr quedarse con la zona nadie, ni siquiera el mismo Ejército podría sacarlos ya de ahí, ellos están mejor preparados y armados que las mismas fuerzas de seguridad del país.
Es cierto que las fuerzas policíacas se encuentran, en su mayoría, a las órdenes de estos grupos violentos, y también que casi todos son por dinero, pero no todo es dinero, nos han ubicado bien y nos tienen amenazados, con o sin dinero, conocen a nuestras familias y de meternos con ellos, también nos han dicho que degollarán a nuestros hijos y violarán a nuestras hijas y ante eso hemos optado por obedecer”.
Esta semana el grupo armado volvió a causar disturbios en la comunidad el Porvenir, donde nuevamente hubo viviendas incendiadas, y al ver que la población aún no ha dejado sus hogares, amenazaron con que su siguiente acción sería cortarles la cabeza a las mujeres de la población.
“Son entre 50 y 60 civiles armados que durante algunos años ya nos han atacado, tienen un pleito con la población, quieren dominar la zona, pero sin gente, es posible que incluso tengan nexos con las autoridades porque hemos hecho lo posible porque nos escuchen, nos den protección pero eso nunca ha pasado.
Y por eso, han habido con frecuencia mujeres violadas, hombres asesinados y niños torturados y raptados, luego descubiertos muertos o jamás se ha vuelto a saber de ellos. A la luz del día ejecutan a quien se les atraviese y pueden hacerlo delante de los militares, quienes fingen demencia. A ese grado ha llegado el cinismo”, comenta Cárdenas.
Por su parte el activista rural, Santiago Pérez, afirma que el grupo armado está comandado por los Arreola, un grupo de hombres que se mantiene protegido por los militares que habitan la zona, quienes han sido los mensajeros para las poblaciones amenazadas, puesto que son los soldados quienes transmiten los avisos, en distintas ocasiones.
“Los soldados en Guerrero nunca han estado para resguardar la seguridad de la población, siempre han sido parte de los ejecutores de la violencia, en el Porvenir no han sido la excepción. A ellos los protege Salvador Cienfuegos y a éste el gobierno Federal, por lo tanto son inmunes a la justicia, por lo que han hecho grandes negocios brindando protección para los grupos delincuenciales, dando pitazos y ayudándolos a escapar o secuestrar, levantar o desaparecer sociedad civil”, afirma el activista.
Según medios locales, una joven de la comunidad, dio a conocer que su hermano fue amenazado por soldados, asegurando que serían los Arreola quienes lo iban a desaparecer si no les entregaba sus tierras, después de decirle eso lo agredieron físicamente y lo dejaron inconsciente, pero decidió no abandonar sus propiedades, por lo que días más tarde fue interceptado por elementos del grupo armado para después darle muerte, por medio de un ahorcamiento.
“Se asegura que los Arreola secuestraron a un menor para después abrirle el pecho y extraerle el corazón -estando vivo-, pero no es una cuestión que podamos comprobar, lo que es muy cierto es que cuando cometen ciertos actos delictivos lo hacen a plena luz del día y como es una manera de amedrentamiento exhiben a sus víctimas.
Desde enero los comandos han irrumpido cada vez más seguido, han secuestrado menores de edad, para después quemar sus casas, como advertencia que deben abandonar dichas tierras. En ese mes fueron Ángel Grande Montor y Jesús Grande Montor, quienes fueron raptados, cuyas edades son entre 8 y 9 años respectivamente.
Fue un sábado cuando el grupo se dirigió a la casa de los niños y tras amenazar a sus padres, Adrián Grande y Dominga Montor, se llevaron a los menores un grupo de civiles encapuchados, esto en la comunidad de Carrizal, les exigieron se fueran de ahí y hasta el momento se desconoce el paradero de los menores, siendo esta una grave situación repetitiva y constante”, explica Pérez.
Los pobladores narran que nunca se sabe el día en que van a llegar, pero cuando ven llegar camionetas a lo lejos, saben que harán acto de presencia los hombres encapuchados, quienes portan armas de alto calibre, también saben que habrá secuestros, muerte e incendio de casas.
El Carrizal se encuentra en la parte alta de la sierra de Ajuchitlán del Progreso, colindando con el municipio de Tecpan de Galeana la conforman alrededor de 200 personas, su extensión territorial está poblada también de árboles de madera fina, cuya ubicación está a 8 horas de la cabecera municipal y no hay forma de comunicación de ningún tipo. Por lo que se asevera, el grupo delictivo “tiene más posibilidades de masacrarnos en el momento que quiera y nadie se dará cuenta, será una muerte colectiva silenciosa”, puntualiza Cárdenas.
“Rostros ensangrentados, muertos a los que primero torturaron, mujeres y hombres mutilados y hasta niños aventados a los barrancos o las carreteras, así es la vida de un año a la fecha en el municipio de Ajuchitlán del Progreso. La muerte ha recorrido todos los caminos y ahora está estacionada en El Carrizal, es un grupo armado el que mantiene asolada a la población, no se ha identificado complemente, pero quieren despojarlos de sus tierras sembrando el miedo a que serán asesinados quienes no se vayan”, asevera a Revolución TRESPUNTOCERO, Alonso Cárdenas, poblador de dicho municipio.
A decir por Cárdenas, hombres con el rostro cubierto y vestidos con ropa militar son los que desde inicio de año han penetrado en la zona causando toda clase de violencia, “desde inicios de 2013 comenzaron a aparecerse, secuestraban jóvenes (hombres), y se los llevaban para trabajar con ellos, muchos padres buscaron oponerse y les quemaron sus viviendas, ese método volvió a repetirse a finales de 2015, pero ahora lo que buscan son las tierras y de nuevo han vuelto a quemar casas”, comenta.
Una fuente de la policía local, quien pidió mantenerse en anonimato, ha dicho a Revolución TRESPUNTOCERO que, “la violencia se ha intensificado por la zona, es paso de droga y por lo tanto la plaza es de las más importantes, las tierras son de cultivo, de lograr quedarse con la zona nadie, ni siquiera el mismo Ejército podría sacarlos ya de ahí, ellos están mejor preparados y armados que las mismas fuerzas de seguridad del país.
Es cierto que las fuerzas policíacas se encuentran, en su mayoría, a las órdenes de estos grupos violentos, y también que casi todos son por dinero, pero no todo es dinero, nos han ubicado bien y nos tienen amenazados, con o sin dinero, conocen a nuestras familias y de meternos con ellos, también nos han dicho que degollarán a nuestros hijos y violarán a nuestras hijas y ante eso hemos optado por obedecer”.
Esta semana el grupo armado volvió a causar disturbios en la comunidad el Porvenir, donde nuevamente hubo viviendas incendiadas, y al ver que la población aún no ha dejado sus hogares, amenazaron con que su siguiente acción sería cortarles la cabeza a las mujeres de la población.
“Son entre 50 y 60 civiles armados que durante algunos años ya nos han atacado, tienen un pleito con la población, quieren dominar la zona, pero sin gente, es posible que incluso tengan nexos con las autoridades porque hemos hecho lo posible porque nos escuchen, nos den protección pero eso nunca ha pasado.
Y por eso, han habido con frecuencia mujeres violadas, hombres asesinados y niños torturados y raptados, luego descubiertos muertos o jamás se ha vuelto a saber de ellos. A la luz del día ejecutan a quien se les atraviese y pueden hacerlo delante de los militares, quienes fingen demencia. A ese grado ha llegado el cinismo”, comenta Cárdenas.
Por su parte el activista rural, Santiago Pérez, afirma que el grupo armado está comandado por los Arreola, un grupo de hombres que se mantiene protegido por los militares que habitan la zona, quienes han sido los mensajeros para las poblaciones amenazadas, puesto que son los soldados quienes transmiten los avisos, en distintas ocasiones.
“Los soldados en Guerrero nunca han estado para resguardar la seguridad de la población, siempre han sido parte de los ejecutores de la violencia, en el Porvenir no han sido la excepción. A ellos los protege Salvador Cienfuegos y a éste el gobierno Federal, por lo tanto son inmunes a la justicia, por lo que han hecho grandes negocios brindando protección para los grupos delincuenciales, dando pitazos y ayudándolos a escapar o secuestrar, levantar o desaparecer sociedad civil”, afirma el activista.
Según medios locales, una joven de la comunidad, dio a conocer que su hermano fue amenazado por soldados, asegurando que serían los Arreola quienes lo iban a desaparecer si no les entregaba sus tierras, después de decirle eso lo agredieron físicamente y lo dejaron inconsciente, pero decidió no abandonar sus propiedades, por lo que días más tarde fue interceptado por elementos del grupo armado para después darle muerte, por medio de un ahorcamiento.
“Se asegura que los Arreola secuestraron a un menor para después abrirle el pecho y extraerle el corazón -estando vivo-, pero no es una cuestión que podamos comprobar, lo que es muy cierto es que cuando cometen ciertos actos delictivos lo hacen a plena luz del día y como es una manera de amedrentamiento exhiben a sus víctimas.
Desde enero los comandos han irrumpido cada vez más seguido, han secuestrado menores de edad, para después quemar sus casas, como advertencia que deben abandonar dichas tierras. En ese mes fueron Ángel Grande Montor y Jesús Grande Montor, quienes fueron raptados, cuyas edades son entre 8 y 9 años respectivamente.
Fue un sábado cuando el grupo se dirigió a la casa de los niños y tras amenazar a sus padres, Adrián Grande y Dominga Montor, se llevaron a los menores un grupo de civiles encapuchados, esto en la comunidad de Carrizal, les exigieron se fueran de ahí y hasta el momento se desconoce el paradero de los menores, siendo esta una grave situación repetitiva y constante”, explica Pérez.
Los pobladores narran que nunca se sabe el día en que van a llegar, pero cuando ven llegar camionetas a lo lejos, saben que harán acto de presencia los hombres encapuchados, quienes portan armas de alto calibre, también saben que habrá secuestros, muerte e incendio de casas.
El Carrizal se encuentra en la parte alta de la sierra de Ajuchitlán del Progreso, colindando con el municipio de Tecpan de Galeana la conforman alrededor de 200 personas, su extensión territorial está poblada también de árboles de madera fina, cuya ubicación está a 8 horas de la cabecera municipal y no hay forma de comunicación de ningún tipo. Por lo que se asevera, el grupo delictivo “tiene más posibilidades de masacrarnos en el momento que quiera y nadie se dará cuenta, será una muerte colectiva silenciosa”, puntualiza Cárdenas.
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