Viktor Nadein-Rajewski, experto ruso en asuntos internacionales, en declaraciones hechas este lunes a la agencia rusa Sputnik, considera no honestas las recientes declaraciones conciliatorias de altos mandos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre Rusia.
La OTAN ahora pretende mostrar que no tiene una política hostil hacia Rusia, sin embargo, no ha dejado de llevar a cabo actos provocativos e incluso ha desplegado tropas y equipos de guerra pesados en las zonas fronterizas de los países que limitan con el territorio ruso, explica el analista.
“Algunas de las declaraciones de la OTAN inspiran esperanza, esto es correcto, pero por ahora solamente son habladurías. La OTAN debe abandonar las políticas que conllevan una amenaza directa contra Rusia”, recomienda.
El más reciente caso de este tipo de declaraciones tuvo lugar el domingo cuando el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, insistió en que la OTAN no es una amenaza para Rusia, país que, a su juicio, debe considerar su futuro ligado a Europa.
Del mismo modo se ha referido a la situación de los países que integraban la antigua la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y recuerda que la OTAN ha tratado y trata de ejercer influencia sobre estas repúblicas que, tradicionalmente, están en la esfera de influencia del Kremlin para convertirlas en sus aliadas y en enemigas de Rusia.
De acuerdo con Nadein-Rajewski, la OTAN presenta a Rusia como una amenaza a los países de Europa Oriental y, de hecho, ha conseguido que algunos de los países vecinos de Rusia la consideren un enemigo y un actor hostil que en cualquier momento puede invadir sus territorios.
Las relaciones entre Moscú y Occidente se empeoraron cuando comenzó la crisis de Ucrania y la posterior anexión de Crimea a Rusia. A raíz de ello, EE.UU. y la Unión Europea (UE) aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú, que respondió a ellas imponiendo similares medidas.
Mientras se espera una solución pacífica a la crisis ucraniana, la OTAN despliega sus efectivos militares a los países europeos limítrofes con la frontera occidental de Rusia, como Polonia. Una presencia que Moscú considera de provocativa.
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