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La eliminación de Abu Bakr al-Baghdadi
El presidente estadounidense Donald Trump anunció
triunfalmente al mundo la eliminación física del "Califa" del Emirato
Islámica (Daesh) [1].
Según los detalles divulgados desde que el presidente Trump anunció personalmente la noticia -el 27 de octubre de 2019- al-Baghdadi fue localizado en la gobernación siria de Idlib (noroeste de Siria) gracias a informaciones recogidas por Irak. Con esa información, las fuerzas especiales estadounidenses montaron una operación secreta desde Erbil (capital del gobierno regional del Kurdistán iraquí). Siete u 8 helicópteros cruzaron el territorio sirio, 2 aterrizaron para desembarcar los comandos mientras que los demás les garantizaban una cobertura aérea. El califa huyó por un túnel llevándose como escudos humanos a 3 de sus hijos y, arrinconado por perros de los comandos estadounidenses, accionó un cinturón explosivo que llevaba puesto matando también a sus 3 hijos en la explosión. Nueve de sus escoltas y otro niño también habrían muerto durante el asalto de las fuerzas especiales estadounidenses. La muerte de al-Baghdadi fue rápidamente confirmada mediante un análisis del ADN de los restos de su cuerpo. Los comandos estadounidenses no sufrieron bajas en la acción.
Happy end y... God Bless America.
En esta superproducción, el papel del Califa lo hizo un descendiente directo del profeta Mahoma. Nacido en Faluya, bastión de la resistencia iraquí contra la invasión estadounidense en Irak, este individuo pasó 10 meses en los campamentos de Bucca y Adder, donde la CIA y la Marina de Guerra de Estados Unidos realizaron experimentos de acondicionamiento mental con los prisioneros, aunque se ignora si al-Baghdadi estuvo entre los elementos sometidos a esos experimentos. En todo caso, 10 años después, en julio de 2014, al-Baghdadi proclamó solemnemente el Califato en la ciudad iraquí de Mosul. Sin embargo, después de haber realizado aquella actuación, al-Baghdadi no parece haber desempeñado ninguna responsabilidad en el seno del grupo terrorista designado indistintamente como Emirato Islámico, Estado Islámico, EIIL, ISIS, EI o Daesh, limitándose solamente a leer algunos comunicados atribuidos a esa organización yihadista.
Según la versión oficial, al-Baghdadi se escondía en la aldea siria de Barisha, que se halla en la gobernación de Idlib, donde aún hay zonas controladas por los yihadistas de al-Qaeda y Daesh, empujados hasta allí por las operaciones de las tropas del gobierno sirio. Los yihadistas que aún controlan parte de la gobernación gozan de la protección del ejército turco mientras que las tropas gubernamentales sirias los asedian desde el sur y el este. La aldea de Barisha está muy cerca de la frontera con Turquía. La insistencia en esta precisión sobre la situación geográfica de Barisha es una forma de acusar al ejército turco de haber protegido al califa de Daesh.
En su anuncio, el presidente Trump agradeció a Rusia, Turquía, Siria, Irak y también a los kurdos de Siria -por cierto, es la primera vez en mucho tiempo que Estados Unidos agradece algo a Siria.
Sin embargo, el estado mayor ruso hizo saber de inmediato que no dispone de absolutamente ninguna información que demuestre la existencia tal operación estadounidense y ni siquiera el desplazamiento de algún grupo de helicópteros en la región, ni el sábado pasado ni los demás días de la semana. También recalcó que las fuerzas armadas de la Federación Rusa no saben qué les agradeció el presidente-candidato Donald Trump.
[1] "Donald Trump on the Death of Abu Bakr al-Baghdadi", por Donald Trump, Voltaire Network, 27 de octubre de 2019.
Según los detalles divulgados desde que el presidente Trump anunció personalmente la noticia -el 27 de octubre de 2019- al-Baghdadi fue localizado en la gobernación siria de Idlib (noroeste de Siria) gracias a informaciones recogidas por Irak. Con esa información, las fuerzas especiales estadounidenses montaron una operación secreta desde Erbil (capital del gobierno regional del Kurdistán iraquí). Siete u 8 helicópteros cruzaron el territorio sirio, 2 aterrizaron para desembarcar los comandos mientras que los demás les garantizaban una cobertura aérea. El califa huyó por un túnel llevándose como escudos humanos a 3 de sus hijos y, arrinconado por perros de los comandos estadounidenses, accionó un cinturón explosivo que llevaba puesto matando también a sus 3 hijos en la explosión. Nueve de sus escoltas y otro niño también habrían muerto durante el asalto de las fuerzas especiales estadounidenses. La muerte de al-Baghdadi fue rápidamente confirmada mediante un análisis del ADN de los restos de su cuerpo. Los comandos estadounidenses no sufrieron bajas en la acción.
Happy end y... God Bless America.
En esta superproducción, el papel del Califa lo hizo un descendiente directo del profeta Mahoma. Nacido en Faluya, bastión de la resistencia iraquí contra la invasión estadounidense en Irak, este individuo pasó 10 meses en los campamentos de Bucca y Adder, donde la CIA y la Marina de Guerra de Estados Unidos realizaron experimentos de acondicionamiento mental con los prisioneros, aunque se ignora si al-Baghdadi estuvo entre los elementos sometidos a esos experimentos. En todo caso, 10 años después, en julio de 2014, al-Baghdadi proclamó solemnemente el Califato en la ciudad iraquí de Mosul. Sin embargo, después de haber realizado aquella actuación, al-Baghdadi no parece haber desempeñado ninguna responsabilidad en el seno del grupo terrorista designado indistintamente como Emirato Islámico, Estado Islámico, EIIL, ISIS, EI o Daesh, limitándose solamente a leer algunos comunicados atribuidos a esa organización yihadista.
Según la versión oficial, al-Baghdadi se escondía en la aldea siria de Barisha, que se halla en la gobernación de Idlib, donde aún hay zonas controladas por los yihadistas de al-Qaeda y Daesh, empujados hasta allí por las operaciones de las tropas del gobierno sirio. Los yihadistas que aún controlan parte de la gobernación gozan de la protección del ejército turco mientras que las tropas gubernamentales sirias los asedian desde el sur y el este. La aldea de Barisha está muy cerca de la frontera con Turquía. La insistencia en esta precisión sobre la situación geográfica de Barisha es una forma de acusar al ejército turco de haber protegido al califa de Daesh.
En su anuncio, el presidente Trump agradeció a Rusia, Turquía, Siria, Irak y también a los kurdos de Siria -por cierto, es la primera vez en mucho tiempo que Estados Unidos agradece algo a Siria.
Sin embargo, el estado mayor ruso hizo saber de inmediato que no dispone de absolutamente ninguna información que demuestre la existencia tal operación estadounidense y ni siquiera el desplazamiento de algún grupo de helicópteros en la región, ni el sábado pasado ni los demás días de la semana. También recalcó que las fuerzas armadas de la Federación Rusa no saben qué les agradeció el presidente-candidato Donald Trump.
[1] "Donald Trump on the Death of Abu Bakr al-Baghdadi", por Donald Trump, Voltaire Network, 27 de octubre de 2019.
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