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Los ciclos solares y el próximo Gran Mínimo Solar
Como ya hemos visto en el artículo anterior «Causas y efectos de un Gran Mínimo Solar«,
los rayos cósmicos influyen definitivamente en el clima de la Tierra.
Hemos visto cómo se dan todas las condiciones para pensar que hemos
entrado en el siguiente Gran Mínimo Solar. Esto concuerda con los
siguientes síntomas: el hielo de la Antártida está aumentando, el hielo del mar Ártico se está recuperando. En 2017 se ha batido el record de todos los tiempos de desastres naturales en EEUU. Cada año se baten records de cientos de años de diferentes anomalías climáticas. Los terremotos han ido aumentando en las últimas décadas. Los glaciares de Islandia (según análisis de diciembre de 2018) crecen por primera vez en 30 años.
Puedes consultar las fechas y características de todos los ciclos solares que han sido registrados (desde el ciclo solar 1 en 1755) en (Telenet.be) y en (Wikipedia).
Sin embargo, su exacta progresión en el tiempo es difícil de predecir. En las siguientes consideraciones, excluimos otras posibles perturbaciones astronómicas, tales como impactos de restos de cuerpos sólidos provenientes del espacio exterior.
Preparación para tiempos complicados
Existen unos aspectos cruciales para preservar la supervivencia de nuestra civilización. Uno de ellos es la información y avisos sobre la actividad solar, además de otros eventos astronómicos. Gracias a ellos nuestra sociedad podrá tomar las medidas adecuadas para paliar sus efectos. Incrementar nuestra adaptación a todos los escenarios, debería ser nuestro empeño continuado, independientemente de las condiciones solares futuras.
Por lógica, los gobiernos deberían crear y mantener una infraestructura, viviendas y alimentos adaptados a las condiciones que ocurrieron por ejemplo en el «Mínimo de Maunder» (1645 - 1715). Asimismo prever la reubicación desde zonas de alto riesgo, incluyendo protección de la iluminación, la preparación opcional de refugios de hormigón para protegerse de las inclemencias atmosféricas y provisión de alimentos básicos para 1 año aproximadamente.
Existe una propuesta en la comunidad científica sobre denominar «Mínimo de Eddy» al Gran Mínimo Solar en el que estamos entrando. A pesar de que ele astrónomo John Allen Eddy (fallecido en 2009) no predijo el siguiente gran mínimo solar, identificó que vivimos bajo la luz de una estrella variable. Es por esa razón que se propone, en su honor, que el próximo gran mínimo solar lleve su nombre.
Sin embargo, para prevenir el síndrome de Pedro y el lobo, un Gran Mínimo Solar debería ser declarado oficialmente sólo tras haber comenzado, esto es, después de más de un ciclo muy bajo. Debido a que estamos tratando con nuevos escenarios en el entorno de la Tierra, de momento nadie sabe con certeza si ya estamos en el siguiente Gran Mínimo Solar o si nos recuperaremos una vez más.
Cambios climáticos asociados a un Gran Mínimo Solar
El actual y muy débil ciclo solar 24 nos proporcionará, en los próximos 2 años, un anticipo del siguiente (mínimo del 25). A comienzos de 2018 la actividad de manchas solares ya estuvo al nivel del mínimo pronosticado para 2 años. Alcanzaremos el mínimo del posterior CS25 alrededor de 2029/2030.
Siempre que se produzca el descenso final de actividad, durante un Gran Mínimo Solar debemos esperar un clima más severo, formación nubosa errática, vientos más fuertes, tormentas, granizo, malas cosechas. También sequías, terremotos, erupción volcánicas y, a largo plazo, un enfriamiento global. A todo esto añadiremos más tormentas con abundante aparato eléctrico, meteoros que pueden penetrar la atmósfera (ver «Black Death and Abrupt Earth Changes in the 14th century«, página 51) y el riesgo de erupciones solares que pueden inhabilitar la red eléctrica debido a nuestros debilitados escudos naturales, incluso en periodos de baja probabilidad de tormentas solares.
De manera cínica, los proponentes del falso dogma del cambio climático antropogénico (provocado por el hombre), o «calentamiento global», predicen el mismo clima extremo que se espera de un Gran Mínimo Solar, excepto el enfriamiento a largo plazo. Sin embargo, atribuyen esos extremos climáticos a causas erróneas. Esta debería ser la razón, aparte de su auténtica desesperación, por la que el IPCC y Al Gore (y toda su trama política) están todavía considerando la teoría del calentamiento global antropogénico a pesar de que no ha existido ningún calentamiento en 18 años.
Periodo de enfriamiento debido al Gran Mínimo Solar
Si continúa la tendencia del flujo de rayos cósmicos, muchas de las pesimistas predicciones de Al Gore se cumplirán (aunque no el calentamiento a largo plazo) y los indecisos respecto a si el cambio climático es «real» verán rápidamente que sí es real. Sin embargo, las masas aterrorizadas olvidarán el hecho de que no tendrán nada que ver con el CO2 y los gases de invernadero humanos.
Está bien demostrado que los registros de temperatura se han manipulado para crear la ilusión de un calentamiento global fuera de control. Sin embargo tampoco es conveniente deducir que cada tormenta de nieve es una evidencia de que el planeta sufre un enfriamiento en lugar de un calentamiento. Después de todo, la doctrina de que el clima cambia debido al CO2 se diseñó para cubrir todas las anomalías esperadas, excepto el calentamiento a largo plazo.
Al Gore ya preparó la manera de explicar los fenómenos de enfriamiento como un resultado del Calentamiento Global (cambio climático provocado por el hombre) sólamente 5 años después de su documental «Una Verdad Inconveniente» (2006). Ya en 2011 Al Gore declaró que «las fuertes tormentas de nieve son completamente consistentes con lo que ellos (los científicos) han estado prediciendo como una consecuencia del calentamiento global provocado por el hombre». Han llegado por lo tanto a niveles de culto religioso, en el que todo lo que ocurra con el clima tiene un origen antropogénico.
El registro de tormentas es una evidencia de que, antes que nada, la variabilidad del clima está aumentando. La caída real del promedio de temperatura puede perfectamente estar relacionado con la progresión del próximo Gran Mínimo Solar. Cuando miramos la correlación de la actividad solar con la temperatura, no debemos olvidar que lo que afecta a las civilizaciones es sobre todo el «mal clima» y la pérdida de cosechas, en lugar de una caída de temperatura. Incluso una glaciación comienza generalmente con nevadas erráticas antes de que se establezca una caída sustancial de temperatura.
Hasta el momento, el CS 24 ya es el «tercer ciclo solar más débil desde 1755 en términos de anomalías acumuladas en el número de manchas solares, según el valor medio en esta etapa del ciclo solar». Comenzó en 2008, por lo que podemos considerar que en el momento de redactar este artículo, el CS25 ya ha comenzado.
En la imagen anterior podemos ver el pronóstico preliminar, de fecha 5 abril 2019, que el organismo NOAA/NASA ha realizado del Ciclo Solar 25. Será similar en forma y duración al CS 24 y sería el de menor número de manchas solares de los últimos 200 años. Esto nos confirma que entraremos en una situación similar a la que produjo el pasado «Mínimo de Dalton». Se espera que su máximo de manchas solares ocurra no antes de 2023 y no más tarde de 2026. Se estima un mínimo de 95 manchas solares y un máximo de 130.
Predicciones de temperatura
En 2013, Mike Lockwood, profesor de física ambiental del espacio en la universidad de Reading, UK, publicó en New Scientist que ahora existe un 25% de probabilidad de que se produzca una repetición del pasado «Mínimo de Maunder». En aquella época hubo un periodo de 70 años sin ninguna mancha solar. «La actividad solar está descendiendo muy rápidamente en estos momentos. Estimamos que en los últimos 9.300 años nunca lo ha hecho tan rápidamente como ahora.»
La siguiente gráfica muestra las temperaturas registradas y pronosticadas según el estudio de Ole Humlum y sus colaboradores (2011) «Identificando las contribuciones naturales en el cambio climático del Holoceno tardío» (en inglés).
Estos son los resultados del estudio de V. V. Zharkova et al (2011): «Latidos del Sol desde un Análisis Constitutivo Principal y predicción de la actividad solar a una escala de miles de años» (en inglés).
El resumen es de Anthony Watts, 9 de Agosto de 2016:
Zharkova sugiere que podría ser una repetición de lo que se denominó «Mínimo de Maunder», un periodo del S.XVII caracterizado por una baja actividad solar que pudo haber originado un enfriamiento de la Tierra.
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Fuentes consultadas:
Puedes consultar las fechas y características de todos los ciclos solares que han sido registrados (desde el ciclo solar 1 en 1755) en (Telenet.be) y en (Wikipedia).
Sin embargo, su exacta progresión en el tiempo es difícil de predecir. En las siguientes consideraciones, excluimos otras posibles perturbaciones astronómicas, tales como impactos de restos de cuerpos sólidos provenientes del espacio exterior.
Preparación para tiempos complicados
Existen unos aspectos cruciales para preservar la supervivencia de nuestra civilización. Uno de ellos es la información y avisos sobre la actividad solar, además de otros eventos astronómicos. Gracias a ellos nuestra sociedad podrá tomar las medidas adecuadas para paliar sus efectos. Incrementar nuestra adaptación a todos los escenarios, debería ser nuestro empeño continuado, independientemente de las condiciones solares futuras.
Por lógica, los gobiernos deberían crear y mantener una infraestructura, viviendas y alimentos adaptados a las condiciones que ocurrieron por ejemplo en el «Mínimo de Maunder» (1645 - 1715). Asimismo prever la reubicación desde zonas de alto riesgo, incluyendo protección de la iluminación, la preparación opcional de refugios de hormigón para protegerse de las inclemencias atmosféricas y provisión de alimentos básicos para 1 año aproximadamente.
Existe una propuesta en la comunidad científica sobre denominar «Mínimo de Eddy» al Gran Mínimo Solar en el que estamos entrando. A pesar de que ele astrónomo John Allen Eddy (fallecido en 2009) no predijo el siguiente gran mínimo solar, identificó que vivimos bajo la luz de una estrella variable. Es por esa razón que se propone, en su honor, que el próximo gran mínimo solar lleve su nombre.
Sin embargo, para prevenir el síndrome de Pedro y el lobo, un Gran Mínimo Solar debería ser declarado oficialmente sólo tras haber comenzado, esto es, después de más de un ciclo muy bajo. Debido a que estamos tratando con nuevos escenarios en el entorno de la Tierra, de momento nadie sabe con certeza si ya estamos en el siguiente Gran Mínimo Solar o si nos recuperaremos una vez más.
Cambios climáticos asociados a un Gran Mínimo Solar
El actual y muy débil ciclo solar 24 nos proporcionará, en los próximos 2 años, un anticipo del siguiente (mínimo del 25). A comienzos de 2018 la actividad de manchas solares ya estuvo al nivel del mínimo pronosticado para 2 años. Alcanzaremos el mínimo del posterior CS25 alrededor de 2029/2030.
Siempre que se produzca el descenso final de actividad, durante un Gran Mínimo Solar debemos esperar un clima más severo, formación nubosa errática, vientos más fuertes, tormentas, granizo, malas cosechas. También sequías, terremotos, erupción volcánicas y, a largo plazo, un enfriamiento global. A todo esto añadiremos más tormentas con abundante aparato eléctrico, meteoros que pueden penetrar la atmósfera (ver «Black Death and Abrupt Earth Changes in the 14th century«, página 51) y el riesgo de erupciones solares que pueden inhabilitar la red eléctrica debido a nuestros debilitados escudos naturales, incluso en periodos de baja probabilidad de tormentas solares.
De manera cínica, los proponentes del falso dogma del cambio climático antropogénico (provocado por el hombre), o «calentamiento global», predicen el mismo clima extremo que se espera de un Gran Mínimo Solar, excepto el enfriamiento a largo plazo. Sin embargo, atribuyen esos extremos climáticos a causas erróneas. Esta debería ser la razón, aparte de su auténtica desesperación, por la que el IPCC y Al Gore (y toda su trama política) están todavía considerando la teoría del calentamiento global antropogénico a pesar de que no ha existido ningún calentamiento en 18 años.
Periodo de enfriamiento debido al Gran Mínimo Solar
Si continúa la tendencia del flujo de rayos cósmicos, muchas de las pesimistas predicciones de Al Gore se cumplirán (aunque no el calentamiento a largo plazo) y los indecisos respecto a si el cambio climático es «real» verán rápidamente que sí es real. Sin embargo, las masas aterrorizadas olvidarán el hecho de que no tendrán nada que ver con el CO2 y los gases de invernadero humanos.
Está bien demostrado que los registros de temperatura se han manipulado para crear la ilusión de un calentamiento global fuera de control. Sin embargo tampoco es conveniente deducir que cada tormenta de nieve es una evidencia de que el planeta sufre un enfriamiento en lugar de un calentamiento. Después de todo, la doctrina de que el clima cambia debido al CO2 se diseñó para cubrir todas las anomalías esperadas, excepto el calentamiento a largo plazo.
Al Gore ya preparó la manera de explicar los fenómenos de enfriamiento como un resultado del Calentamiento Global (cambio climático provocado por el hombre) sólamente 5 años después de su documental «Una Verdad Inconveniente» (2006). Ya en 2011 Al Gore declaró que «las fuertes tormentas de nieve son completamente consistentes con lo que ellos (los científicos) han estado prediciendo como una consecuencia del calentamiento global provocado por el hombre». Han llegado por lo tanto a niveles de culto religioso, en el que todo lo que ocurra con el clima tiene un origen antropogénico.
El registro de tormentas es una evidencia de que, antes que nada, la variabilidad del clima está aumentando. La caída real del promedio de temperatura puede perfectamente estar relacionado con la progresión del próximo Gran Mínimo Solar. Cuando miramos la correlación de la actividad solar con la temperatura, no debemos olvidar que lo que afecta a las civilizaciones es sobre todo el «mal clima» y la pérdida de cosechas, en lugar de una caída de temperatura. Incluso una glaciación comienza generalmente con nevadas erráticas antes de que se establezca una caída sustancial de temperatura.
Hasta el momento, el CS 24 ya es el «tercer ciclo solar más débil desde 1755 en términos de anomalías acumuladas en el número de manchas solares, según el valor medio en esta etapa del ciclo solar». Comenzó en 2008, por lo que podemos considerar que en el momento de redactar este artículo, el CS25 ya ha comenzado.
En la imagen anterior podemos ver el pronóstico preliminar, de fecha 5 abril 2019, que el organismo NOAA/NASA ha realizado del Ciclo Solar 25. Será similar en forma y duración al CS 24 y sería el de menor número de manchas solares de los últimos 200 años. Esto nos confirma que entraremos en una situación similar a la que produjo el pasado «Mínimo de Dalton». Se espera que su máximo de manchas solares ocurra no antes de 2023 y no más tarde de 2026. Se estima un mínimo de 95 manchas solares y un máximo de 130.
Predicciones de temperatura
En 2013, Mike Lockwood, profesor de física ambiental del espacio en la universidad de Reading, UK, publicó en New Scientist que ahora existe un 25% de probabilidad de que se produzca una repetición del pasado «Mínimo de Maunder». En aquella época hubo un periodo de 70 años sin ninguna mancha solar. «La actividad solar está descendiendo muy rápidamente en estos momentos. Estimamos que en los últimos 9.300 años nunca lo ha hecho tan rápidamente como ahora.»
La siguiente gráfica muestra las temperaturas registradas y pronosticadas según el estudio de Ole Humlum y sus colaboradores (2011) «Identificando las contribuciones naturales en el cambio climático del Holoceno tardío» (en inglés).
«Las causas de los largos periodos (milenios) de cambios climáticos se conocen generalmente poco. Esta cuestión es importante para comprender la variabilidad climática natural, tal como se ha evidenciado en los núcleos de hielo y océanos. También, la carencia de un ciclo de CO2 en escalas de miles de años subraya la independencia de tal variabilidad climática con el efecto invernadero antropogénico.»
«El calentamiento que sigue a la «Pequeña Edad de Hielo» se percibe generalmente como una recuperación natural del frío periodo anterior. El efecto invernadero antropogénico se ha considerado de importancia sólamente después de 1975 (IPCC, 2007). Nuestro modelo simple cíclico es capaz de predecir (línea verde) los rasgos principales de este calentamiento registrado hasta la actualidad. Esto muestra que una parte significativa del calentamiento del S.XX se puede interpretar como el resultado de variaciones climáticas naturales, conocidas para caracterizar al menos los 4.000 pasados años.»Pronóstico de los 3 próximos ciclos solares muy bajos
Estos son los resultados del estudio de V. V. Zharkova et al (2011): «Latidos del Sol desde un Análisis Constitutivo Principal y predicción de la actividad solar a una escala de miles de años» (en inglés).
El resumen es de Anthony Watts, 9 de Agosto de 2016:
«Tras estudiar el campo magnético en imágenes completas del disco solar, la profesora Valentina Zharkova de la Universidad de Northumbria y su equipo han descubierto que la dinamo del Sol está hecha realmente de dos componentes, que provienen de diferentes profundidades del Sol. La interacción entre estas dos ondas magnéticas o bien amplifica la actividad solar o bien la ralentiza. Las observaciones de la profesora Zharkova sugieren que nos espera un periodo prolongado de baja actividad solar.»Profesora Valentina Zharkova:
«Lo veremos entre 2020 y 2053, cuando los tres próximos ciclos solares se caracterizarán por un campo magnético solar muy reducido. Básicamente, lo que ocurre es que estas dos ondas se separan en los hemisferios opuestos del Sol. No interactuarán entre ellas, lo que significa que el campo magnético resultante caerá drásticamente hasta casi anularse. Y esta será una condición similar a la del Mínimo de Maunder.»Lo que le ocurrirá a la Tierra está por ver. Nadie ha desarrollado un programa o modelos de respuesta terrestre - están basados en este periodo de máxima actividad solar- cuando el Sol tiene estas fluctuaciones y cuando su campo magnético es muy fuerte. Pero nos estamos aproximadamente al escenario cuando el campo magnético del Sol va a ser muy, muy bajo.
Zharkova sugiere que podría ser una repetición de lo que se denominó «Mínimo de Maunder», un periodo del S.XVII caracterizado por una baja actividad solar que pudo haber originado un enfriamiento de la Tierra.
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Fuentes consultadas:
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