EEUU mantiene injerencia e incrementa su financiamiento a la derecha venezolana
por Edgar Romero
Caracas, Abr. AVN.- El Departamento de
Estado estadounidense, que tiene como secretario a John Kerry, decidió
incrementar el financiamiento a la derecha de Venezuela, bajo la excusa
de “ayudar a fortalecer la sociedad civil venezolana y las instituciones
democráticas”.
El presupuesto presentado por esta cartera para el año 2014 prevé una partida de 5 millones de dólares para presuntamente “apoyar los esfuerzos políticos que protejan el espacio democrático y sirvan para resguardar los intereses y necesidades del pueblo venezolano”, explicó Kerry, el funcionario que dijo que su país no reconoce los resultados de los comicios del 14 de abril en Venezuela y pide reconteo de votos, la misma petición que ha hecho la derecha venezolana, a pesar de conocer la transparencia del sistema electoral.
El Gobierno de Estados Unidos declaró su preferencia por el candidato Capriles antes de que comenzara la campaña electoral, a comienzos del mes de marzo, y ha sido el único país del continente hasta la fecha, junto a Canadá, que no ha reconocido al presidente electo Nicolás Maduro.
En su ya larga tradición de injerencias por diversas vías, entre ellas el respaldo económico a facciones de la derecha, la “ayuda” en este caso es dada por el Departamento de Estado a través del denominado Fondo de Apoyo Económico, pero no es la única vía a través de la cual Washington financia a la oposición venezolana. Lo hace mediante el Fondo Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), que la maneja la misma Secretaría de Estado, y a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (Usaid).
De manera que Estados Unidos no sólo ha venido diversificando sus formas de injerencia, sino que incrementará en 21,95% el monto de estas "ayudas" hechas por el Departamento de Estado, lo que significa elevar en casi un millón de dólares su financiamiento a la derecha venezolana (4,1 millones recibió este año).
Dinero para el golpe de Estado
El financiamiento a los antichavistas por parte de EEUU superó entre 2002 y 2011 los 100 millones de dólares, denunció en 2012 la abogada y escritora estadounidense Eva Golinger.
Los fondos han servido para realizar los actos proselitistas de los candidatos opositores, además de las permanentes campañas mediáticas en los medios nacionales e internacionales contra la Revolución Bolivariana.
La abogada estadounidense informó que en el año 2002, meses previos al golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, la NED, el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Demócrata Nacional (NDI), la Federación Sindicalista AFL-CIO, y el Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE) canalizaron más de 3 millones de dólares a grupos de la oposición, “para ayudarlos organizarse y preparar el escenario político, social y mediático para el golpe”.
Entre los grupos e instituciones opositoras estaban la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), así como a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) Liderazgo y Visión, Momento de Gente, Gente de Petróleo, Consorcio Justicia, Asamblea de Educación. También los partidos políticos Acción Democrática (AD), Copei, Primero Justicia (PJ) y Un Nuevo Tiempo (UNT).
La NDI, el IRI y y el Development Alternatives Inc (DAI), tres de las contratistas de la Usaid, salieron de Venezuela, luego de que a finales de 2010 la Asamblea Nacional aprobara una ley prohibiendo esta clase de financiamiento externo para fines políticos en el país. No obstante, el envío de dinero no cesó, sobre todo a través de aparentes asociaciones civiles.
20 millones en 2012
Golinger reveló que en 2012 los fondos estadounidenses para la oposición venezolana alcanzaron los 20 millones de dólares, un año clave debido a las elecciones presidenciales.
De este monto, 5 millones provinieron directamente del presupuesto nacional manejado por la Casa Blanca, luego que el presidente Barack Obama los solicitara en febrero de 2011. Fue la primera vez que un mandatario estadounidense solicitaba dinero abiertamente para financiar grupos de oposición en Venezuela.
Otros 5 millones fueron destinados a través del presupuesto de la Usaid. Golinger explicó que en 2012, la embajada de EEUU en Venezuela incrementó su presupuesto en 9 millones de dólares, en comparación con 2011, recursos que serían destinados para la derecha venezolana.
La abogada informó que en el presupuesto del Departamento de Estado para 2012, también se destacó 48 millones para la Organización de Estados Americanos (OEA). En la justificación de ese presupuesto dice que parte de ese dinero sería utilizado para “continuar el despliegue de equipos especiales de 'practicantes de democracia' en estados donde la democracia enfrenta amenazas de la creciente presencia de conceptos alternativos como la ‘democracia participativa’ de Venezuela y Bolivia”.
Para el año 2013, sólo a través del Departamento de Estado, el monto de financiamiento para la oposición venezolana alcanza los 4,1 millones de dólares.
Periodistas también reciben dólares
En el año 2010, documentos desclasificados del Congreso estadounidense revelaron que las Organizaciones venezolanas como Espacio Público y el Instituto de Prensa y Sociedad (Ypis) recibieron al menos 4 millones de dólares del Departamento de Estado canalizados a través de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House y la Usaid.
Los archivos indican que en 2007 la PADF destinó más de 700.000 dólares a un proyecto denominado “El fomento de la libertad de prensa en Venezuela”, que incluía un programa de entrenamiento a periodistas para promover el uso de nuevos medios y tecnologías.
Asimismo, el Departamento de Estado capacitó a jóvenes opositores venezolanos para crear una “red de disidentes cibernéticos”, que fomentaran espacios en contra del mandatario nacional a través de blogs y otras comunidades como Twitter, Facebook y Youtube.
Entretanto, la Freedom House destinó 716.346 dólares en un plan para “fortalecer los medios independientes en Venezuela”. Este proyecto contempló la creación de un “centro de recursos para periodistas”, ubicado en una universidad venezolana no especificada para realizar talleres de formación financiados por las agencias de Washington.
El presupuesto presentado por esta cartera para el año 2014 prevé una partida de 5 millones de dólares para presuntamente “apoyar los esfuerzos políticos que protejan el espacio democrático y sirvan para resguardar los intereses y necesidades del pueblo venezolano”, explicó Kerry, el funcionario que dijo que su país no reconoce los resultados de los comicios del 14 de abril en Venezuela y pide reconteo de votos, la misma petición que ha hecho la derecha venezolana, a pesar de conocer la transparencia del sistema electoral.
El Gobierno de Estados Unidos declaró su preferencia por el candidato Capriles antes de que comenzara la campaña electoral, a comienzos del mes de marzo, y ha sido el único país del continente hasta la fecha, junto a Canadá, que no ha reconocido al presidente electo Nicolás Maduro.
En su ya larga tradición de injerencias por diversas vías, entre ellas el respaldo económico a facciones de la derecha, la “ayuda” en este caso es dada por el Departamento de Estado a través del denominado Fondo de Apoyo Económico, pero no es la única vía a través de la cual Washington financia a la oposición venezolana. Lo hace mediante el Fondo Nacional para la Democracia (NED por sus siglas en inglés), que la maneja la misma Secretaría de Estado, y a través de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (Usaid).
De manera que Estados Unidos no sólo ha venido diversificando sus formas de injerencia, sino que incrementará en 21,95% el monto de estas "ayudas" hechas por el Departamento de Estado, lo que significa elevar en casi un millón de dólares su financiamiento a la derecha venezolana (4,1 millones recibió este año).
Dinero para el golpe de Estado
El financiamiento a los antichavistas por parte de EEUU superó entre 2002 y 2011 los 100 millones de dólares, denunció en 2012 la abogada y escritora estadounidense Eva Golinger.
Los fondos han servido para realizar los actos proselitistas de los candidatos opositores, además de las permanentes campañas mediáticas en los medios nacionales e internacionales contra la Revolución Bolivariana.
La abogada estadounidense informó que en el año 2002, meses previos al golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, la NED, el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Demócrata Nacional (NDI), la Federación Sindicalista AFL-CIO, y el Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE) canalizaron más de 3 millones de dólares a grupos de la oposición, “para ayudarlos organizarse y preparar el escenario político, social y mediático para el golpe”.
Entre los grupos e instituciones opositoras estaban la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), así como a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) Liderazgo y Visión, Momento de Gente, Gente de Petróleo, Consorcio Justicia, Asamblea de Educación. También los partidos políticos Acción Democrática (AD), Copei, Primero Justicia (PJ) y Un Nuevo Tiempo (UNT).
La NDI, el IRI y y el Development Alternatives Inc (DAI), tres de las contratistas de la Usaid, salieron de Venezuela, luego de que a finales de 2010 la Asamblea Nacional aprobara una ley prohibiendo esta clase de financiamiento externo para fines políticos en el país. No obstante, el envío de dinero no cesó, sobre todo a través de aparentes asociaciones civiles.
20 millones en 2012
Golinger reveló que en 2012 los fondos estadounidenses para la oposición venezolana alcanzaron los 20 millones de dólares, un año clave debido a las elecciones presidenciales.
De este monto, 5 millones provinieron directamente del presupuesto nacional manejado por la Casa Blanca, luego que el presidente Barack Obama los solicitara en febrero de 2011. Fue la primera vez que un mandatario estadounidense solicitaba dinero abiertamente para financiar grupos de oposición en Venezuela.
Otros 5 millones fueron destinados a través del presupuesto de la Usaid. Golinger explicó que en 2012, la embajada de EEUU en Venezuela incrementó su presupuesto en 9 millones de dólares, en comparación con 2011, recursos que serían destinados para la derecha venezolana.
La abogada informó que en el presupuesto del Departamento de Estado para 2012, también se destacó 48 millones para la Organización de Estados Americanos (OEA). En la justificación de ese presupuesto dice que parte de ese dinero sería utilizado para “continuar el despliegue de equipos especiales de 'practicantes de democracia' en estados donde la democracia enfrenta amenazas de la creciente presencia de conceptos alternativos como la ‘democracia participativa’ de Venezuela y Bolivia”.
Para el año 2013, sólo a través del Departamento de Estado, el monto de financiamiento para la oposición venezolana alcanza los 4,1 millones de dólares.
Periodistas también reciben dólares
En el año 2010, documentos desclasificados del Congreso estadounidense revelaron que las Organizaciones venezolanas como Espacio Público y el Instituto de Prensa y Sociedad (Ypis) recibieron al menos 4 millones de dólares del Departamento de Estado canalizados a través de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House y la Usaid.
Los archivos indican que en 2007 la PADF destinó más de 700.000 dólares a un proyecto denominado “El fomento de la libertad de prensa en Venezuela”, que incluía un programa de entrenamiento a periodistas para promover el uso de nuevos medios y tecnologías.
Asimismo, el Departamento de Estado capacitó a jóvenes opositores venezolanos para crear una “red de disidentes cibernéticos”, que fomentaran espacios en contra del mandatario nacional a través de blogs y otras comunidades como Twitter, Facebook y Youtube.
Entretanto, la Freedom House destinó 716.346 dólares en un plan para “fortalecer los medios independientes en Venezuela”. Este proyecto contempló la creación de un “centro de recursos para periodistas”, ubicado en una universidad venezolana no especificada para realizar talleres de formación financiados por las agencias de Washington.
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