"No
son las personas individualmente quienes deciden que la violencia es la
respuesta; son las instituciones que nos rodean las que están saturadas
de violencia"
Angela Davis dio una
conferencia el pasado martes en el auditorio de la Universidad Federal
da Bahía. La gente que abarrotaba el lugar escuchó a la filósofa
marxista, feminista e icono de la lucha por los derechos civiles de los
EEUU bramar contra los verdugos del siglo XXI, desde el régimen de Trump
al sistema penitenciario mundial "depósito de los humanos considerados
basura". Finalizó la conferencia exclamando "Con la fuerza y el poder de
las mujeres negras resistiremos".
La activista argumentó que es necesario relacionar la violencia de género con las "violencias institucionales" para buscar otras maneras de combatir el sexismo: "No son las personas individualmente quienes deciden que la violencia es la respuesta; son las instituciones que nos rodean las que están saturadas de violencia. Si el Estado utiliza la violencia policial para solucionar problemas (burocráticos) ... se transmite el mensaje de que la violencia también puede utilizarse para resolver problemas en otros ámbitos como en el de las relaciones de pareja. No podemos excluir la violencia de género de otras violencias institucionales", apostilló la filósofa.
La investigadora sobre los sistemas penitenciarios de los países capitalistas, que fue detenida en 1970 acusada falsamente de conspiración y homicidio tras participar en el movimiento de los Panteras Negras en EEUU, confirmó las relaciones entre el sistema esclavista y el sistema penitenciario."En el pasado hubo quien defendía el mantenimiento de la esclavitud pero de forma más humanizada. Ese argumento no tiene sentido para nosotros, pero hay quienes defienden la reforma del sistema carcelario en la actualidad. La esclavitud y la cárcel son instituciones de represión estructuradas en el racismo. Abolir el sistema penitenciario nos haría pensar en la sociedad de la que emerge ese sistema de castigo y buscar nuevas formas de justicia", defendió.
Davis recordó la trayectoria de las mujeres negras brasileñas y enfatizó su importancia para la construcción de nuevos liderazgos y sobre todo de nuevos formatos de liderazgo. Cuestionó su lugar como difusora privilegiada de las ideas del feminismo negro por el hecho de ser estadounidense. "Las mujeres de EEUU tienen mucho que aprender con la dilatada historia de lucha del feminismo negro en Brasil", haciendo referencia a la situación degradada de la mujer, más aun si es pobre y encima negra, en el país con mayores desigualdades de América latina.
"Mãe Stella de Oxóssi me habló de la importancia de las mujeres negras en la preservación de las tradiciones del candomblé. Vi la importancia de Dona Dalva para mantener la tradición del samba de roda en el Recôncavo Baiano", contó. También elogió el organizado y exitoso movimiento de las empleadas del hogar negras. "En EEUU no hemos conseguido estructurar esa categoría con éxito. El liderazgo de esas mujeres no se estructura en ese individualismo masculino, supuestamente carismático, que vemos en los medios. Es un tipo de liderazgo que enfatiza lo colectivo y las comunidades donde viven", sostuvo,
La profesora marxista citó también a la escritora afrobrasileña Carolina Maria de Jesus, autora de Quarto de despejo: Diário de uma favelada [en castellano se tituló "Quarto de despejo: diario de una mujer que tenía hambre"], diario real escrito mientras ésta se encontraba viviendo en la favela Carindé de San Pablo, a orillas del río Tieté, en condiciones paupérrimas. en los años 60. Afirmó que la escritora, feminista sin saberlo, revolucionaria a su manera, “nos recordó que el hambre tendría que hacernos reflexionar sobre los niños y el futuro”, sobre la necesidad de destruir este sistema y construir uno más justo.
Conexiones entre raza, clase y género
Demostrando un amplio conocimiento sobre la producción intelectual del feminismo brasileño, habló sobre la antropóloga y activista bahiana Lélia Gonzalez, que fue pionera en las conexiones entre raza, clase y género cuando apenas se hablaba de ello. "Ya hablaba sobre los vínculos entre negros e indígenas en la lucha por sus derechos. Esa es una de las lecciones que EEUU puede aprender con el feminismo negro de aquí".
Davis fue ovacionada al decir que considera el movimiento de las mujeres negras como uno de los más importantes de Brasil en la actualidad "en la búsqueda de la libertad". Antes de Salvador, en un encuentro internacional sobre feminismo negro y decolonial en Cachoeira (ciudad del estado de Bahía), ya había defendido el poder de transformación de la movilización: "Cuando la mujer negra se mueve, toda la estructura de la sociedad se mueve con ella, porque todo se desestabiliza a partir de la base de la pirámide social en la que se encuentran las mujeres negras. Se cambia la base del capitalismo".
La conferencia finalizó con la insistencia de Davis en la necesidad de nuevos enfoques feministas con respecto al sistema penitenciario. "No reivindicamos ser incluidas en una sociedad profundamente racista y misógina, que prioriza la ganancia en detrimento de las personas. Reivindicar la reforma del sistema policial y penitenciario es mantener el racismo que estructuró la esclavitud. Adoptar el encarcelamiento como estrategia es abstenernos de pensar en otras formas de responsabilización. Por eso, hago hoy un llamamiento feminista negro para que abolamos el encarcelamiento como forma dominante de castigo y pensemos en nuevas formas de justicia."
La activista argumentó que es necesario relacionar la violencia de género con las "violencias institucionales" para buscar otras maneras de combatir el sexismo: "No son las personas individualmente quienes deciden que la violencia es la respuesta; son las instituciones que nos rodean las que están saturadas de violencia. Si el Estado utiliza la violencia policial para solucionar problemas (burocráticos) ... se transmite el mensaje de que la violencia también puede utilizarse para resolver problemas en otros ámbitos como en el de las relaciones de pareja. No podemos excluir la violencia de género de otras violencias institucionales", apostilló la filósofa.
La investigadora sobre los sistemas penitenciarios de los países capitalistas, que fue detenida en 1970 acusada falsamente de conspiración y homicidio tras participar en el movimiento de los Panteras Negras en EEUU, confirmó las relaciones entre el sistema esclavista y el sistema penitenciario."En el pasado hubo quien defendía el mantenimiento de la esclavitud pero de forma más humanizada. Ese argumento no tiene sentido para nosotros, pero hay quienes defienden la reforma del sistema carcelario en la actualidad. La esclavitud y la cárcel son instituciones de represión estructuradas en el racismo. Abolir el sistema penitenciario nos haría pensar en la sociedad de la que emerge ese sistema de castigo y buscar nuevas formas de justicia", defendió.
Davis recordó la trayectoria de las mujeres negras brasileñas y enfatizó su importancia para la construcción de nuevos liderazgos y sobre todo de nuevos formatos de liderazgo. Cuestionó su lugar como difusora privilegiada de las ideas del feminismo negro por el hecho de ser estadounidense. "Las mujeres de EEUU tienen mucho que aprender con la dilatada historia de lucha del feminismo negro en Brasil", haciendo referencia a la situación degradada de la mujer, más aun si es pobre y encima negra, en el país con mayores desigualdades de América latina.
"Mãe Stella de Oxóssi me habló de la importancia de las mujeres negras en la preservación de las tradiciones del candomblé. Vi la importancia de Dona Dalva para mantener la tradición del samba de roda en el Recôncavo Baiano", contó. También elogió el organizado y exitoso movimiento de las empleadas del hogar negras. "En EEUU no hemos conseguido estructurar esa categoría con éxito. El liderazgo de esas mujeres no se estructura en ese individualismo masculino, supuestamente carismático, que vemos en los medios. Es un tipo de liderazgo que enfatiza lo colectivo y las comunidades donde viven", sostuvo,
La profesora marxista citó también a la escritora afrobrasileña Carolina Maria de Jesus, autora de Quarto de despejo: Diário de uma favelada [en castellano se tituló "Quarto de despejo: diario de una mujer que tenía hambre"], diario real escrito mientras ésta se encontraba viviendo en la favela Carindé de San Pablo, a orillas del río Tieté, en condiciones paupérrimas. en los años 60. Afirmó que la escritora, feminista sin saberlo, revolucionaria a su manera, “nos recordó que el hambre tendría que hacernos reflexionar sobre los niños y el futuro”, sobre la necesidad de destruir este sistema y construir uno más justo.
Conexiones entre raza, clase y género
Demostrando un amplio conocimiento sobre la producción intelectual del feminismo brasileño, habló sobre la antropóloga y activista bahiana Lélia Gonzalez, que fue pionera en las conexiones entre raza, clase y género cuando apenas se hablaba de ello. "Ya hablaba sobre los vínculos entre negros e indígenas en la lucha por sus derechos. Esa es una de las lecciones que EEUU puede aprender con el feminismo negro de aquí".
Davis fue ovacionada al decir que considera el movimiento de las mujeres negras como uno de los más importantes de Brasil en la actualidad "en la búsqueda de la libertad". Antes de Salvador, en un encuentro internacional sobre feminismo negro y decolonial en Cachoeira (ciudad del estado de Bahía), ya había defendido el poder de transformación de la movilización: "Cuando la mujer negra se mueve, toda la estructura de la sociedad se mueve con ella, porque todo se desestabiliza a partir de la base de la pirámide social en la que se encuentran las mujeres negras. Se cambia la base del capitalismo".
La conferencia finalizó con la insistencia de Davis en la necesidad de nuevos enfoques feministas con respecto al sistema penitenciario. "No reivindicamos ser incluidas en una sociedad profundamente racista y misógina, que prioriza la ganancia en detrimento de las personas. Reivindicar la reforma del sistema policial y penitenciario es mantener el racismo que estructuró la esclavitud. Adoptar el encarcelamiento como estrategia es abstenernos de pensar en otras formas de responsabilización. Por eso, hago hoy un llamamiento feminista negro para que abolamos el encarcelamiento como forma dominante de castigo y pensemos en nuevas formas de justicia."
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