ARTÍCULO ANTERIOR DEL 30 DE JULIO DE 2017
ONU vs. Venezuela: otra inmoralidad Kaos en la red
Por Noel Manzanares Blanco
Al
margen de que ChicagoTribune publicó “Todos merecen morir: Militantes
opositores de Caracas juran tomar las armas con cócteles molotov”
Reitero que en
el análisis del tema Venezuela desde la perspectiva cosmopolita
sostengo que resulta insuficiente aceptar que la Comunidad del Caribe le
haya provocado un traspié a la Organización de Estados Americanos; al
paso que tengo la convicción de que de cara a la Revolución Bolivariana
es preciso un mayor acompañamiento internacional, si realmente queremos
que la Patria de Bolívar y Chávez estén a buen recaudo (1). La actual
maniobra en Naciones Unidas, así lo confirma.
Un
despacho de EFE fechado este 28 de Julio en Ginebra con el rótulo
“Nadie debería estar obligado a votar en elección de Constituyente en
Venezuela: ONU” da cuenta de que la portavoz de la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz
Throssell, señaló:
“Estamos muy
preocupados por la prohibición de los derechos básicos de expresión y
manifestación, especialmente en el contexto del proceso electoral del
domingo [próximo, día de votación por una Constituyente en la Hermana
nación]”. “Es por ello que hacemos un llamamiento a las autoridades para
que respeten el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión,
asociación y asamblea pacífica” (2).
Y como
quien desea atenuar su evidente parcialidad, agregó esa portavoz:
“Estamos hablando ahora porque, dada la extremadamente tensa situación
que vive Venezuela, queremos repetir nuestro llamamiento para que todos
mantengan la calma y expresen sus opiniones de forma pacífica”. No
obstante, despejó duda al señalar que “una modificación constitucional
sólo puede llevarse a cabo con un amplio consenso y la participación de
todos los sectores de la sociedad”.
Así, es indudable
un par de aspectos: por un lado, la Throssell de facto constituye una
activista a favor de la matriz tergiversadora de los acontecimientos que
coloca a la oposición como “santa” y al Gobierno Bolivariano como
“malvado”, razón por la que insisto en la pertinencia de apoyar las
acciones revolucionarias en Venezuela para contribuir a contener a que
sea víctima fatal del bandolerismo mediático (3).
Por
otro —complementando ese idea—, advierto que la actitud de la señora
¿diplomática? entronca con el desenfreno de los expresidentes de
Latinoamérica que incrementan la injerencia en asuntos internos de la
Revolución Bolivariana sumado al Mr. Trump que alimenta la Doctrina
Monroe con el beneplácito de profesores titulares supuestamente a favor
del Sur del Río Bravo (3).
Certifico
la anterior apreciación, tanto más de cara a un dato aportado por un
periódico gringo poco sospechoso de trabajar para beneficio del
Presidente Nicolás Maduro: “Todos merecen morir: Militantes opositores
de Caracas juran tomar las armas con cócteles molotov”, es el título con
el cual Chicago Tribune
el anterior día 27 anticipó que “Los activistas enmascarados lanzan sus
bombas caseras, rocas, jarras llenas de heces, cualquier cosa que
puedan conseguir. Han asaltado edificios de oficinas, destruido las
ventanas de las tiendas y bloqueado los caminos” —y otras elementos
ilustrativos del asunto de marras (4).
Entonces,
huelgan más palabras porque resulta obvio que en el suceso que acabo de
compartir la ONU se proyecta vs. Venezuela testimoniando de ese modo
otra inmoralidad (5) también condenada a fracasar con la ayuda de un
creciente acompañamiento internacional a su Revolución. ¡Amén!
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