El
pasado 21 de junio, en vísperas de la cumbre europea de Bruselas,
Emmanuel Macron dio una entrevista a ocho grandes periódicos europeos,
en la cual abordó en particular la cuestión siria. Se ha podido así
saber que el Presidente de la República francesa se alineaba ahora con
las posiciones de Trump y de Putin.
Emmanuel Macron ha cambiado
de punto de vista sobre Siria y ha sido él mismo quien lo ha dicho: "El
verdadero aggiornamento que he hecho sobre este tema es que no he
declarado que la destitución de Bachar al-Assad sea la condición previa
de todo. Pues ¡nadie me ha presentado a su sucesor legítimo!". Se suma
así a las posiciones de los Estados Unidos y de Rusia que, a pesar de
sus divergencias pasadas, están de acuerdo en un punto: la partida de
Bachar al-Assad no es ya la condición para una transición política en
Siria. “No hay sucesor legítimo a Bachar al-Assad”
Macron se suma así a la cohorte de quienes, a pesar de las evidencias, niegan la responsabilidad primera de Bachar al-Assad en el descenso a los infiernos que conoce Siria desde hace seis años y la bárbara represión del levantamiento democrático de marzo de 2011. Peor aún: retomando el argumento según el cual “no hay sucesor legítimo” al dictador, hace suya la retórica del régimen de Damasco: la única alternativa a Bachar al-Assad es el caos.
Y sin embargo, como han subrayado un centenar de intelectuales en una carta abierta a Emmanuel Macron publicada en el diario Libération el 3 de julio, “¿qué hay más ilegítimo que un dictador que practica el gaseo de las poblaciones civiles, el uso de barriles de explosivos, las ejecuciones sumarias, la violación colectiva de las mujeres y de los niños, la destrucción intencionada de los hospitales y de las escuelas?” Y, se podría añadir, ¿cómo imaginar una transición en Siria asociando a ella al principal responsable de esta carnicería?
“Bachar no es nuestro enemigo, es el enemigo del pueblo sirio”
La respuesta la da (¿a su pesar?) el propio Macron, con una fórmula que bate récords de cinismo:
“Bachar no es nuestro enemigo, es el enemigo del pueblo sirio”. El presidente francés difícilmente habría podido significar más explícitamente hasta qué punto se burla completamente de la suerte del pueblo sirio, obnubilado como está por su voluntad de seducir a las grandes potencias rusa y estadounidense y de “jugar un papel” en la diplomacia internacional.
Macron se atreve además a pretender que a pesar de este alineamiento, mantiene “dos líneas rojas” sobre Siria, a propósito de las cuales será “intratable”: “las armas químicas y el acceso humanitario”. En realidad, esas líneas rojas han sido franqueadas desde hace mucho por el régimen de Assad, como han explicado y documentado numerosos periodistas y ONG, y su afirmación no es sino un puro artificio retórico destinado a disimular el cinismo de su innoble realpolitik.
El conjunto está, por supuesto, recubierto con un discurso sobre la “lucha contra el terrorismo”, a propósito de la cual Macron afirma también su alineamiento con Trump y Putin. Así, sobre Trump, explica: “Sobre la lucha contra el terrorismo, tiene la misma voluntad de eficacia que la mía”. Y sobre Putin, su valoración apenas es más matizada: “Tiene dos obsesiones: combatir el terrorismo y evitar el Estado fallido. Esa es la razón por la que aparecen convergencias sobre Siria”.
Tras haber recibido a Putin, Macron ha enviado una invitación a Trump para el 14 de julio, que éste se ha apresurado a aceptar. Algunos días más tarde, se sabía que Benyamin Netanyahu también sería recibido por el presidente francés durante el mes de julio. Para quienes alimentaban alguna esperanza sobre la evolución positiva de la política extranjera de Francia, las cosas están ya claras: Emmanuel Macron será el amigo de los poderosos, de los dictadores y de los verdugos, no el de los pueblos.
Fuente: https://npa2009.org/
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur
http://www.vientosur.info/
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