El
papa Francisco envió un mensaje a los líderes del G-20 reunidos en
Hamburgo, en el que les pidió “rechazar los conflictos armados” y dar
“prioridad absoluta a los pobres y a los refugiados”. Pidió
particularmente por los países africanos “donde hay 30 millones de
personas que no tienen alimentos ni agua” y les recomendó “encontrar
reglas financieras y comerciales comunes”.
El mensaje de Jorge Bergoglio fue emitido minutos antes del inicio de la cumbre que tiene como sede la ciudad portuaria alemana y fue enviado a la anfitriona del encuentro, la canciller Ángela Merkel. El texto menciona la “trágica situación en Sudan del Sur, en la zona del Lago Chad, en el Cuerno de África y en Yemen, donde hay 30 millones de personas que no tienen alimentos ni agua para sobrevivir".
"El compromiso de ocuparse urgentemente de estas situaciones y de dar inmediato apoyo a estas poblaciones será un signo de la seriedad y sinceridad del compromiso” para “reformar la economía mundial y una garantía de su eficaz desarrollo", subrayó el pontífice.
El Papa se refirió también al "vasto panorama de conflictos actuales o potenciales". Ante ello reiteró que "la guerra no puede ser nunca una solución" y pidió "poner fin a todas estas inútiles matanzas".
Estas cumbres, agregó, "tienen que tener el objetivo de resolver con la paz las diferencias económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que consientan el desarrollo integral de todos". Esto no será posible, agregó, “si todas las partes no se empeñan en reducir los niveles de conflicto, en parar la actual carrera al armamento o a renunciar a implicarse directa o indirectamente en los conflictos o no se acepta discutir de manera sincera y transparente todas las divergencias".
El mensaje de Jorge Bergoglio fue emitido minutos antes del inicio de la cumbre que tiene como sede la ciudad portuaria alemana y fue enviado a la anfitriona del encuentro, la canciller Ángela Merkel. El texto menciona la “trágica situación en Sudan del Sur, en la zona del Lago Chad, en el Cuerno de África y en Yemen, donde hay 30 millones de personas que no tienen alimentos ni agua para sobrevivir".
"El compromiso de ocuparse urgentemente de estas situaciones y de dar inmediato apoyo a estas poblaciones será un signo de la seriedad y sinceridad del compromiso” para “reformar la economía mundial y una garantía de su eficaz desarrollo", subrayó el pontífice.
El Papa se refirió también al "vasto panorama de conflictos actuales o potenciales". Ante ello reiteró que "la guerra no puede ser nunca una solución" y pidió "poner fin a todas estas inútiles matanzas".
Estas cumbres, agregó, "tienen que tener el objetivo de resolver con la paz las diferencias económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que consientan el desarrollo integral de todos". Esto no será posible, agregó, “si todas las partes no se empeñan en reducir los niveles de conflicto, en parar la actual carrera al armamento o a renunciar a implicarse directa o indirectamente en los conflictos o no se acepta discutir de manera sincera y transparente todas las divergencias".
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