Ayotzinapa, reflejo del dolor de un país con miles de desaparecidos
Por: Alina Rosas Duarte /
23 octubre, 2014
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(23 de octubre, 2014).- “Bienaventurados los que son perseguidos por luchar, porque de ellos es el reino de los cielos”.
A las 11:00 horas del día de ayer una
misa jesuita comenzó la jornada de protesta por la aparición con vida de
los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, cuyo
paradero se desconoce desde el pasado 26 de septiembre tras ser atacados
por la policía municipal de Iguala, estado de Guerrero.
Las primeras lágrimas del día por el caso Ayotzinapa rodaron en los
rostros de cientos de jóvenes presentes en la Universidad iberoamericana
en la Ciudad de México.Los padres de las víctimas abrazaban a jóvenes que no eran sus hijos mientras éstos expresaban su solidaridad con pronunciamientos y flores; recibían consignas entre suspiros entrecortados y agradecían a quienes estaban en las calles dando acompañamiento en la búsqueda de sus hijos con el puño en alto.
“Es muy triste para mí y para mi familia el no saber cómo está mi hijo, en qué condiciones se encuentra, no sé sí come, si lo están maltratando, es una cosa que no sé cómo explicarlo. Hay días que no puedo dormir esperando a que llegue” dijo con una voz frágil Clemente Rodríguez, padre de uno de los jóvenes desaparecidos.
Aquilino, estudiante normalista, insistió en la contundencia de su búsqueda: “Vamos a denunciar aunque nos desaparezcan”.
El resto de las palabras pronunciadas o reflejadas en la voz de los familiares se fueron replicando una a una el resto de la tarde: “Ayotzinapa somos todos”, “No fue el narco, fue el Estado”, “no falta uno, no faltan dos, no faltan tres, nos faltan 43″.
Diez minutos después de la convocatoria oficial, miles de manifestantes se congregaron en el Ángel de la Independencia para hacer un recorrido que se prolongaría por cuatro horas dada la magnitud de asistentes.
Sobre Avenida Paseo de la Reforma, con ojos que denotaban lágrimas derramadas en algún momento de la tarde, las consignas sonaban al unísono, “gobierno fascista que asesinas normalistas, gobierno farsante que matas estudiantes”.
La noche cayó y con ello se alzaron las antorchas, las velas, las consignas cobraron más fuerza y los padres, que encabezaron la marcha, arribaron al Zócalo capitalino mientras el final de la marcha aún cruzaba Avenida Insurgentes.
“Nomás dos días vamos a dar, si no, que se atengan a las consecuencias. Yo les doy dos días nada más”, hizo retumbar la principal plaza del país el señor Rafael, padre de uno de los jóvenes desaparecidos.
Los miles de estudiantes, campesinos, miembros de organizaciones sociales, sindicales y sociedad civil -que el Gobierno del Distrito Federal estimó en 60 mil concurrentes apenas minutos después de iniciado el mitin-, no cesaron en su apoyo a los padres y madres de los normalistas.
El mitin de los familiares y acompañantes en la jornada de protesta concluyó; no así los contingentes en su mayoría estudiantiles que ingresaron hasta pasadas las 23:00 horas a la Plaza de la Constitución; algunos sorprendiendo por la magnitud de sus filas, pues dijeron los presentes, suelen ser precarias; no así esta ocasión.
La Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM se vio en la necesidad de separar su amplio grupo por carreras para una mejor organización, mientras la Facultad de Derecho, que lejos de todo pronóstico se sumó a un paro de 48 horas con más de 3 mil votos a favor, logró reunir a cerca de mil estudiantes durante la marcha.
Estudiantes de escuelas tanto públicas -UAM, UACM, IPN, UNAM, FECSM- como privadas -Iberoamericana, ITAM, UVM, Claustro de Sor Juana- pasaban lista a los 43 normalistas con el grito “ausente”.
Las velas que habían recorrido las principales avenidas capitalinas hicieron leer en la plancha del Zócalo por una parte “Ayotzinapa” y por otro, “Fue el Estado”.
El último grupo en ingresar, con paso estruendoso de sus aproximadamente 800 alumnos, fue la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, que tras reafirmar la consigna generalizada “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”, dieron por concluida la jornada de protesta, que a decir de padres y normalistas, no será la última.
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