¿Por qué Cuba puede hacer tanto contra el ébola?
Ángel Guerra Cabrera
C
uba está realizando
una aportación mayor de personal sanitario al combate del ébola en
Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry –los tres países invadidos por la
epidemia– que ningún otro Estado en el mundo. El complejo mediático que
usualmente dispara sin pausa mentiras y calumnias contra la isla no ha
tenido más alternativa que reconocerlo puesto que es imposible ocultar
un hecho de tan extraordinaria relevancia relacionado con el
enfrentamiento a una enfermedad que se ha vuelto noticia de primera
plana y que si no es frenada a tiempo puede convertirse en una pandemia
global, como alertó Raúl Castro.
El secretario de Estado John Kerry, que nunca ha pronunciado una
palabra amable hacia La Habana, y es jefe de una política exterior que
cada vez aprieta más duro la asfixiante tuerca del bloqueo, tuvo que
reconocer el aporte cubano.The New York Times va más lejos, pues días después de haber reclamado editorialmente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas Estados Unidos-Cuba y el eventual levantamiento de la medida punitiva –no sin hacer algunas alegaciones infundadas–, publica una nueva entrega titulada “La impresionante contribución de Cuba a la lucha contra el ébola”, en la que lamenta que Washington,
primer contribuyente financieroen esta lucha no tenga vínculos diplomáticos con La Habana,
dado que Cuba podría terminar desempeñando la labor más vital. El editorial propone que Estados Unidos dé cabida en un centro médico especial que ha habilitado en Monrovia –capital de Liberia– a los trabajadores sanitarios cubanos que eventualmente puedan ser contagiados con la enfermedad y contribuya de ser necesario a su evacuación. El diario censura que las autoridades estadunidenses
insensiblementese han rehusado a indicar si estarían dispuestos a brindar algún tipo de apoyo y termina dando la razón a Fidel Castro cuando en una columna publicada en Granma expresó la disposición de Cuba a colaborar
gustosamentecon Estados Unidos en aras de enfrentar la epidemia.
Posteriormente, el martes 21 de octubre, voceros del Departamento de Estado dijeron que Estados Unidos estaría dispuesto a colaborar con Cuba en el combate al ébola pero sin especificar cómo.
Esto sólo es posible porque la revolución ha construido un sólido sistema de salud pública cuyo principio ético básico es que no hay nada más importante que la vida de un ser humano. Podrán faltar medicamentos y equipos cada vez más negados por el bloqueo, pero la calidad humana y científica del personal sanitario cubano sigue asegurando que los índices de salud de Cuba sean los mejores de América Latina y varios de ellos superiores a los de Estados Unidos.
No ha de extrañar a nadie que en la isla existan miles de voluntarios dentro del personal de salud para partir a combatir el ébola ni que los cientos de médicos y enfermeros cubanos involucrados directamente en la lucha contra la enfermedad estén apoyados en labores preventivas por más de 4000 compatriotas trabajadores de la salud que laboran actualmente en 32 países africanos desde mucho antes del estallido de la epidemia.
La celebración, en La Habana, de la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (Alba) dedicada a preparar a sus miembros para prevenir y combatir el ébola, y proteger sobre todo a los países caribeños más vulnerables, complementa las acciones iniciadas por Cuba. El Alba ha invitado a convocar una reunión de ministros de salud de la Celac, que seguramente contribuirá a crear una red regional de protección de nuestros pueblos contra esta y otras epidemias.
Twitter: @aguerraguerra
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