El precio del petróleo nos afecta
El Jue, 23 de Octubre de 2014, por Manuel Somoza
Manuel Somoza
Columnista en Excélsior.
La
verdad sea dicha, hace bastante tiempo que los analistas habían
ignorado los efectos del precio del petróleo en la economía. En los
últimos meses el precio del famoso “oro negro” ha disminuido
sensiblemente, a pesar de los conflictos geopolíticos que eventualmente
podrían afectar la producción en Irak, Siria y Libia que son
importantes productores, sobre todo el primero.
Las causas de la baja son varias: En primer lugar, la demanda no ha aumentado en forma importante desde los inicios de la crisis de 2008; simple y llanamente porque el crecimiento de las economías, en términos generales, ha sido bastante raquítico. China que crecía por arriba de diez por ciento, actualmente lo hace a 7.4%, y la economía que más consume petróleo en el mundo —que es la estadunidense— apenas está saliendo de la crisis.
En Estados Unidos no han incrementado su consumo como antaño, pero además, las enormes inversiones que hicieron en el campo energético, hoy les permiten estar muy cerca de la autosuficiencia, con lo cual pronto podrían dejar de comprar petróleo a sus históricos proveedores. A partir de la explotación del Shale Oil, nuestro país vecino ha incrementado la oferta petrolífera en más de tres millones de barriles diarios.
Algo que ha cambiado drásticamente en la industria petrolera, es que los nuevos yacimientos detectados en aguas profundas y los millonarios depósitos de Shale Oil, tienen costos de extracción muy altos; los especialistas los estiman entre 75 y 85 dólares por barril, razón por la cual es muy probable que el precio se estabilice en esos niveles.
Por todo lo anterior, se especula que los grandes productores como Arabia Saudita y Kuwait —que siguen teniendo mucho petróleo, con costos de extracción muy bajos— no tienen el menor interés en recortar su producción, lo que pretenden es afianzar sus cuotas de mercado y sacar a los productores caros. Otro aspecto que estimula la oferta es que naciones petroleras como Venezuela y Rusia, ésta por las sanciones que se le han impuesto, están urgidas de dólares y sería muy difícil que quisieran recortar su producción.
Así las cosas, en la próxima reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a realizarse el mes próximo, no parece factible que se logren acuerdos para nivelar la oferta y demanda del crudo con el fin de que éste regrese a 100 dólares por barril.
Al escenario anterior, habría que añadir que Irán está negociando su regreso como proveedor de petróleo en el mundo.
Para México la baja de precio no es una buena noticia; afortunadamente las ventas para el año entrante están aseguradas 50%, —por la venta de coberturas a 80 dólares por barril—. No dio tiempo de cubrir todo, porque el desplome fue muy rápido y los vendedores de estos instrumentos financieros probablemente quisieron tomar ventaja de México, ya que éste sería el tercer año, si no mal recuerdo, que se empezó a cubrir la venta de petróleo con futuros.
Pero lo que más preocupa no es la reducción de los ingresos para 2015, sino que el precio desaliente los flujos esperados, en virtud de los contratos que se están negociando por la Reforma Energética.
El gobierno debería de estar trabajando en un plan contingente, en caso de que la baja en los precios del petróleo sea más profunda o más prolongada de lo que hoy alcanzamos a ver.
No quiero que se me malinterprete, este fenómeno de baja en los precios no invalida la recién aprobada Reforma Energética; sólo nos obliga a ser más eficaces en su implementación.
info@cism.mx
@CISomozaMus
www.cism.mx
Las causas de la baja son varias: En primer lugar, la demanda no ha aumentado en forma importante desde los inicios de la crisis de 2008; simple y llanamente porque el crecimiento de las economías, en términos generales, ha sido bastante raquítico. China que crecía por arriba de diez por ciento, actualmente lo hace a 7.4%, y la economía que más consume petróleo en el mundo —que es la estadunidense— apenas está saliendo de la crisis.
En Estados Unidos no han incrementado su consumo como antaño, pero además, las enormes inversiones que hicieron en el campo energético, hoy les permiten estar muy cerca de la autosuficiencia, con lo cual pronto podrían dejar de comprar petróleo a sus históricos proveedores. A partir de la explotación del Shale Oil, nuestro país vecino ha incrementado la oferta petrolífera en más de tres millones de barriles diarios.
Algo que ha cambiado drásticamente en la industria petrolera, es que los nuevos yacimientos detectados en aguas profundas y los millonarios depósitos de Shale Oil, tienen costos de extracción muy altos; los especialistas los estiman entre 75 y 85 dólares por barril, razón por la cual es muy probable que el precio se estabilice en esos niveles.
Por todo lo anterior, se especula que los grandes productores como Arabia Saudita y Kuwait —que siguen teniendo mucho petróleo, con costos de extracción muy bajos— no tienen el menor interés en recortar su producción, lo que pretenden es afianzar sus cuotas de mercado y sacar a los productores caros. Otro aspecto que estimula la oferta es que naciones petroleras como Venezuela y Rusia, ésta por las sanciones que se le han impuesto, están urgidas de dólares y sería muy difícil que quisieran recortar su producción.
Así las cosas, en la próxima reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a realizarse el mes próximo, no parece factible que se logren acuerdos para nivelar la oferta y demanda del crudo con el fin de que éste regrese a 100 dólares por barril.
Al escenario anterior, habría que añadir que Irán está negociando su regreso como proveedor de petróleo en el mundo.
Para México la baja de precio no es una buena noticia; afortunadamente las ventas para el año entrante están aseguradas 50%, —por la venta de coberturas a 80 dólares por barril—. No dio tiempo de cubrir todo, porque el desplome fue muy rápido y los vendedores de estos instrumentos financieros probablemente quisieron tomar ventaja de México, ya que éste sería el tercer año, si no mal recuerdo, que se empezó a cubrir la venta de petróleo con futuros.
Pero lo que más preocupa no es la reducción de los ingresos para 2015, sino que el precio desaliente los flujos esperados, en virtud de los contratos que se están negociando por la Reforma Energética.
El gobierno debería de estar trabajando en un plan contingente, en caso de que la baja en los precios del petróleo sea más profunda o más prolongada de lo que hoy alcanzamos a ver.
No quiero que se me malinterprete, este fenómeno de baja en los precios no invalida la recién aprobada Reforma Energética; sólo nos obliga a ser más eficaces en su implementación.
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