La criminalización de los normalistas en los medios de comunicación
Por: Sergio Castro Bibriesca /
23 octubre, 2014
Sergio Castro Bibriesca / @SergioBibriesca
(23 de octubre, 2014).- El Diario de Guerrero,
el 27 de septiembre, un día después del ataque de policías municipales a
estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, tituló una
nota firmada por Abel Miranda: “Por fin se pone orden”. En el sumario
se escribió: “La acción de la Fuerza Estatal y Militares para evitar que
vándalos de Ayotzinapa robaran autobuses fue motivo de público
aplauso”. El 13 de octubre de 2014, el medio michoacano, Gente del Balsas encabezó:
“Suspende corridas de autobuses por vandalismo de normalistas”, a dos
años de conmemorarse una represión vivida por normalistas de la Normal
Rural “Vasco de Quiroga” de Tiripetio, Michoacán. La cobertura de
algunos medios locales, ha calificado como “vándalos” a los normalistas,
sin atender las voces de los mismos.
Los normalistas de Tiripetio, pidieron
una audiencia con Fausto Vallejo, el entonces gobernador de Michoacán.
Era 15 de octubre de 2012. En aquel momento, los normalistas peleaban
para derogar una reforma a los planes de estudio; acusaban que la
reforma tenía un enfoque “neoliberal”. La reforma pretendía introducir
cambios como la impartición de clases por competencias, tecnologías e
inglés.
Según los normalistas, la reforma se debía adaptar a las características de la población, “especialmente a los indígenas”.
Uno de los normalistas declaró:
“Queremos que se modifique la reforma, por el hecho de que el inglés no
puede ser una segunda lengua en el estado, pues en muchas regiones, la
primera lengua es el p’urhépecha y la segunda es el español. No podemos
sustituir al español por el inglés. La reforma debe abarcar las
condiciones que tiene nuestro estado.
Otra cuestión es que se quieren dar
horas de computación, estamos en contra de eso, simplemente porque
nosotros como docentes no podemos ir a comunidades a enseñar computación
cuando ni siquiera tenemos luz en las comunidades”. Los estudiantes
sostenían que aceptar ese plan era caminar hacia la desaparición de las
escuelas normales rurales
Los normalistas de la Vasco de Quiroga
fueron desalojados el 14 de octubre de 2012. Fueron detenidos 176
estudiantes. A las 10 de la noche de ese día, los estudiantes regresaban
de una audiencia con Jesús Reyna, donde acordaron “dialogar”. Los
estudiantes regresaron, “y como a las dos horas llegaron las fuerzas
federales. Lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma. Empezamos a
controlarlos un poco en la puerta principal y empezó el enfrentamiento.
Cuando entraron nos fuimos a la cancha
de fútbol, ahí nos íbamos a agrupar, pero cuando derribaron una barda,
nos dimos cuenta ya había un chingo de federales”, declaró un normalista
días después del enfrentamiento. Otro normalista señaló que “los
dormitorios, el comedor y el edificio central también lo destruyeron”.
Ayotzinapa
El Diario de Guerrero, tres días
después de la muertes de dos normalistas de Ayotzinapa en diciembre de
2011, tituló otra nota: “Normalistas de Ayotzinapa no cesan en su
vandalismo”.
A las 12 horas del 12 de diciembre de
2011, estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero, organizaron un
bloqueo en la salida de la autopista de Chilpancingo a Acapulco. Pedían
una audiencia con el gobernador Ángel Aguirre y exigían la solución a un
pliego petitorio. Entre aquellas demandas estaban: aumentar los 35
pesos diarios por estudiante que se asignaban cada día a sus tres
comidas; pedían que se repararan los baños, los dormitorios y las
instalaciones de la escuela –que tenían ocho años sin mantenimiento–;
solicitaban que la matrícula anual de 140 alumnos de nuevo ingreso
aumentara a 170 y requerían becas para los egresados. El resultado de
esa manifestación fue: la ejecución extrajudicial de los estudiantes
Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría, además de la tortura a
Gerardo Torres Pérez.
El pasado 26 de septiembre, perdieron la
vida seis personas, entre éstas tres estudiantes de la Normal; en ese
momento se informó de 57 desaparecidos, de los cuales 15 se escondieron
en sus casas y se supo de ellos horas después. En los operativos
participaron policías municipales de Iguala y personas vestidas de
civil. El resultado de ese operativo dejó: ejecuciones extrajudiciales
de tres normalistas, un jugador de futbol de un equipo de tercera
división, el chofer del camión que transportaba a la escuadra
chilpancingueña y una mujer que viajaba en un taxi. Ese 26, los
normalistas boteaban para tener más recursos para sus actividades.
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