Momias medievales
Si bien las momias son conocidas por su proliferación en Egipto, este proceso de preservación fue utilizado por más de una cultura en la historia. Recientemente, un descubrimiento sorprendió a la comunidad científica: una momia medieval.El proceso de momificación puede ocurrir de manera natural o bien, ser inducido. Mediante éste, la piel y los órganos de un ser vivo se mantienen intactos gracias al contacto con ciertos químicos, temperaturas gélidas o vacío.
Ya en el siglo II, las observaciones del médico grecorromano Galen sirvieron como base para la medicina islámica y europea de los siglos subsecuentes. Galen trabajaba con los gladiadores y realizaba disecciones en animales, obteniendo así su valioso conocimiento anatómico.
Sin embargo, la técnica avanzada de momificación del espécimen hallado recientemente por Phillipe Charlier, fisiólogo y científico forense del Hospital Universitario R. Poincare, en Francia, refleja un conocimiento mucho mayor al que se creía se tenía del cuerpo humano en dicha época. Las pruebas de radiocarbono realizadas indican que este cuerpo vivió entre 1280 y 1200 a.c., una era "oscura" calificada como ignorante en materia de ciencia.
Pero esta última aseveración es, en realidad, un mito. Ya es sabido que durante la Edad Media la Iglesia misma llevó a cabo autopsias en búsqueda de un signo físico de santidad. En 1308, se tiene registrado el caso de la disección del cuerpo de Chiara de Montefalco, una abadesa que sería canonizada como Santa en 1881. Las monjas que llevaron a cabo la autopsia reportaron encontrar un pequeño crucifijo en el corazón de la difunta, así como tres cálculos biliares en su vesícula que interpretaron como símbolo de la Santa Trinidad.
Otras autopsias realizadas en la Edad Media tenían poco o nada que ver con la religión. En 1286, un fisiólogo italiano llevó a cabo un minucioso estudio de esta naturaleza con el fin de encontrar el origen de una epidemia local.
De cualquier modo, la momia encontrada recientemente brinda nueva e importante información en torno a la materia. No sólo se figura como la preparación anatómica europea más antigua conocida, sino que el modo de su preparación es impresionante.
La momia, compuesta por el torso y cráneo vacío de una persona, presenta una preservación magnífica. Sus venas y arterias están rellenadas con una mezcla de cera, limón y cinabrio (mineral del cual se extrae el mercurio), lo que les provee un color rojizo. Se cree que este trabajo se realizó con el fin de utilizar el cadáver para fines educativos, sin embargo, la identidad del sujeto sigue siendo un misterio.
El espécimen estará próximamente en exhibición en el Museo de Historia de la Medicina de Paris.
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